Entrevista al doctor Sergio Sánchez de Latinoamérica Reforma

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26 Aug 2019

El doctor Sergio Sánchez de Latinoamérica Reforma ha sido un actor en la discusión sobre cannabis medicinal en Chile y la región. Aquí conversa sobre la importancia del Summit Internacional de la Industria del Cannabis Medicinal de la THC Expo y comparte sus apreciaciones sobre políticas de drogas.


Por H. Madera —¿Por qué funda Latinoamérica Reforma en 2014 en lugar de unirse a otros grupos activistas? —Cuando surgió la idea de crear la Fundación Latinoamérica Reforma, estábamos pensando en la posibilidad de instalar un nuevo paradigma de orden sanitario y basado en los Derechos Humanos, que implicaba proponer una nueva política de drogas, amplia, de todas las sustancias psicoactivas, legales o no. En ese momento en Chile había organizaciones de activistas, pero se limitaban sólo al derecho a usar cannabis y no tenían esta visión panorámica y sanitaria que teníamos nosotros. También pensábamos que era necesario que se erigiera una institución que interpelara a los médicos y pusiera a los profesionales de la salud en el debate sobre el derecho a usar drogas con seguridad y por tanto, se erigía como una institución con esa impronta.

 

—¿Cuáles han sido las actividades principales de Latinoamérica Reforma desde entonces? —Antes incluso de conformarnos como Fundación, organizamos el primer Seminario de Política de Drogas y la Primera Conferencia Internacional de Política de Drogas, ambos patrocinados y realizados en el Colegio Médico, el 2011 y 2013. Este último inaugurado por Enrique Paris, el presidente del COLMED de ese año. Pasaron varios años con muchos proyectos en carpeta, hasta que el 2016 implementamos la primera consulta médica especializada en tratamientos con cannabis de Chile. Desde allí hemos podido hablar sobre el uso medicinal de los fitocannabinoides, pensando incluso en el uso terapéutico de otras sustancias psicoactivas de los reinos vegetal y fungi. Esta nueva plataforma dio la oportunidad de realizar diversas actividades de difusión en el uso médico de esta planta en varios lugares del país y de la región, desde un discurso más académico y científico, desde la formación de profesionales, conformación de asociaciones cannábicas, hasta la atención y defensa del usuario medicinal. Junto con ello formamos un grupo de trabajo conjunto con varios médicos y profesionales del continente americano, tanto del sur como del norte, a fin de influir en la regulación y, sobre todo, en las reglamentaciones de los países a fin de facilitar el acceso tanto para el usuario, como para fines de investigación científica. Ya realizamos la primera versión en Lima, Perú el 2019 y esperamos poder realizar la segunda en enero del 2020 en Santiago de Chile.

 

—¿Cómo surge la ida de hacer el Summit Internacional de la industria del cannabis medicinal? —Surgió a propósito de la THC Expo. Los organizadores de la feria nos contactaron a fin de darle al evento una orientación que sumara valor agregado en cuanto a promover negocios, difundir información y educar a la industria nacional sobre las diversas tendencias, soluciones, usos, aplicaciones y desarrollos tecnológicos que está teniendo la Cannabis en Chile y en el mundo en la actualidad. Con esa idea, buscamos entre nuestras redes quiénes pudieran aportar en este sentido y entregar una visión donde Chile pueda posicionarse y desarrollarse en torno a estos temas.

 

¿Por qué lo denominas Mercados Globales y Regulaciones Locales?

Porque en lo que respecta a la cannabis, y el uso de drogas en general, el marco de movimiento siempre dependerá de las regulaciones que establezcan los distintos gobiernos. En general, para invertir hay que tener las reglas del juego claras y tener la confianza suficiente para saber que esas normas no cambiarán en el futuro. La cannabis es, querámoslo o no, un negocio que promete grandes dividendos si se asegura un mercado sano, con regulaciones claras, definidas y que podría beneficiar no sólo a los usuarios, si no que también al país y al mundo entero. Actualmente habitamos en una “aldea global” y lo que ocurre en una región rápidamente tiende difundirse con real rapidez, es cosa de observar los Estados Unidos, Canadá y en nuestra misma región con todo lo que está aconteciendo en Colombia, Brasil, Perú, Chile, Argentina y Uruguay, en relación a la cannabis. Los mercados van a desarrollarse siempre y cuando las regulaciones locales lo permitan y es por esto todo va unido. Cuando hablamos de un evento de este tipo, es necesario observar que estos dos ámbitos corren por rieles paralelos, dependiendo siempre uno del otro. Eso nos da una visión más global del fenómeno, nos permite movernos y tomar decisiones adecuadas.

 

—¿Influyen demasiado los mercados globales en las regulaciones locales?

Reconocemos que hay un mercado internacional inmenso, que está regulado desde la prohibición y que existen esfuerzos de algunos Estados en racionalizar la situación, pensando en impuestos, permisos y licencias para permitir incorporar tal comercio en nuestras sociedades. El fenómeno mundial se intensifica gracias a los avances en las comunicaciones, siendo Internet en este minuto un protagonista en la difusión de los sucesos que ocurren en cada rincón del mundo. Los desplazamientos también se han facilitado y por ello, el intercambio de información es ultra vertiginoso. Es inevitable que los mercados y las regulaciones deben ser revisadas por todos los países, pero no desde una lógica prohibicionista, sino desde los derechos de las personas, de la disminución de los daños asociados a las drogas y desde la salud de la población. Es muy difícil huir de la influencia del vecino y por ello es fundamental considerar cómo los fenómenos mundiales influyen en el acontecer local. Actualmente todos somos espectadores de lo que está ocurriendo en los países donde la regulación de la Cannabis es una realidad, ya sea para el uso medicinal, adulto o para ambos. Tarde o temprano esos contextos le muestran al mundo que existen posibilidades reales de instalar un mercado legal y transparente que satisfaga las necesidades de las personas y aporte al país en crecimiento económico y ganancia impositiva.

 

—El colegio médico chileno ha perpetrado declaraciones muy críticas con el cannabis medicinal ¿Te presionan por abrir la clínica o por este Summit?

El Colegio Médico (COLMED) ha sido critico en el sentido de que es necesario llevar el uso medicinal hacia ámbitos profesionales y de estándares de calidad necesarios para un consumo humano seguro. Es cierto que históricamente muchos médicos han transmitido la idea de que la Cannabis produce mucho daño a la salud, pero también es verdad que muchos colegas hoy en día, están aceptando que puede ser muy beneficiosa en el tratamiento de ciertas patologías. Existe al interior de COLMED una vertiente más conservadora que está completamente en contra y es la que ha hecho los mayores esfuerzos en difundir esas ideas. Sin embargo, hemos participado en debates organizados por el COLMED y en otros ámbitos en los que se han planteado las visiones con mucho respeto. Lo que no se quiere, en general, es que el tema se trate con cierta liviandad, basado en eslóganes marketeros y mediáticos superficiales. En eso estamos de acuerdo muchos colegas, tanto a favor como en contra del uso de la cannabis.

 

—También estará Ashley Kilroy, encargada de las licencias de cannabis en Denver (Colorado). ¿De qué hablará? ¿cuánto le falta a Chile para una regulación como la de Denver?

Lo que sucedió en Denver, Colorado, en Estados Unidos, puede ser una tremenda experiencia para nuestros países. Lo que más nos interesa es oír, de voz de su propia protagonista, cómo fue el proceso de legalización, sobre todo porque se trata de una regulación que permite todo tipo de uso adulto de la cannabis. Después de servir durante casi tres años como Directora Ejecutiva de Política de Marihuana en Denver, Ashley Kilroy pasó a dirigir el Departamento de Impuestos Especiales y Licencias de la ciudad el 2016. Desde allí se gestionan las licencias para una amplia gama de negocios, incluidas licorerías, bares, restaurantes, tiendas de marihuana e instalaciones de cultivo, administrando e implementando la política de marihuana para Denver. Esa experiencia debe servirnos a fin de esclarecer mitos y realidades de la legalización de la cannabis y poder extraer de ahí un modelo de reglamentación que ya tiene varios años de puesta en práctica. Es un marco que nos hace falta para saber cómo se pueden ejecutar algo tan complejo. Es difícil establecer exactamente cuánto le podría faltar a Chile para llegar a tener ese tipo de regulación, aunque pensamos que podrían bastar unos 5 a 10 años probablemente, quizás más o menos, es imposible vaticinar el futuro. Lo que sí sabemos, es que todas las regulaciones han empezado aceptando el uso medicinal y luego de un tiempo, se abre el camino hacia el uso adulto. Chile es un país conservador en lo moral pero liberal en lo comercial  y es un lugar que ha estado a la vanguardia regional de muchas tratados internacionales. Está en manos de la sociedad civil, presionar a los tomadores de decisión para que introduzcan marcos regulatorios acorde a los tiempos que corren. Este tipo de eventos están orientados al logro de ese propósito.

 

—Otra de las invitadas, Jodie Emery, es una conocida activista canadiense muy crítica con la regulación de su país. Pues considera que es negocio para las farmacias mientras sigue la represión de los auto cultivadores medicinales ¿podría suceder esto en Chile u otros países?

Pienso que en la medida que exista una oferta de Cannabis regulada, la represión contra los auto cultivadores irá en descenso, pues lo que persigue la ley es el comercio ilegal. Mientras más restricción exista mayor será el tamaño del mercado negro. El cultivo para uso personal no está penalizado en Chile.

Sin embargo, siempre se sospecha de la venta ilegal y ahí está el cuestionamiento. Si las personas pueden acceder a la planta o a un medicamento de buena calidad, a precios convenientes y en lugares seguros, quienes prefieren optar por el uso a partir de sus propios cultivos, no tendrían nada que temer pues no habría necesidad de vender plantas de maceteros personales si se puede adquirir cannabis en un mercado regulado.

No deberíamos sancionar conductas de personas que ejercen su libre albedrío, si nos apegamos al pie de la letra de la ley, solo deberíamos perseguir los delitos de tráfico ilícito de drogas, no de consumo. No estoy de acuerdo con Jodie en eso. La persecución de los cultivadores no está vinculada con la instalación de la industria farmacéutica. La persecución, al menos en Chile, no es utilitarista, más bien tiene una raíz grotesca: el miedo a perder el control, a la locura y la libidinosidad del pueblo de los arrabales.

Estamos en la cabeza del “Tea Party”. Pero nada de eso ocurrirá si nos preocupamos de proteger todos los accesos y todos los usos con reglamentos que incorporen la complejidad del fenómeno y acojan el derecho pleno de las personas. Por eso es bueno conocer otras realidades y cómo los países están resolviendo estas problemáticas.

 

Comente brevemente el resto de los temas que se tocarán el sábado 14 y domingo 15 de septiembre. 

Nos interesa abarcar el fenómeno de la Cannabis en su mayor amplitud y complejidad, tratando de incorporar a la industria, los reguladores, la academia, las asociaciones, los activistas, los profesionales y los actores que están detrás de las redes sociales y los medios informando. De ahí que hablaremos sobre la realidad regulatoria de diversos países, tanto de América como de Europa y cuáles son sus perspectivas para el futuro.

Nuestros panelistas nos darán un cuadro sinóptico respecto del estado de la industria, no sólo del cannabis medicinal, sino que también de las potencialidades del mercado del cáñamo, en especial en Chile. La extensión universitaria y las posibilidades del desarrollo de la investigación científica estarán presentes en la jornada, mostrando qué tan importante es la intervención de las instituciones académicas en el escenario de la regulación y el perfeccionamiento y avance en el conocimiento.

Los derechos de los usuarios juegan un rol fundamental al momento de pensar en las posibles regulaciones y por ello hablaremos también del papel que han jugado importantes e históricos activistas de la región y cómo se van a insertar en este escenario que está por venir. Junto a ello, también conoceremos los alcances obtenidos por las asociaciones de cultivo colectivo, cómo se han formado en el contexto de la prohibición y qué les queda por hacer frente a una probable reglamentación y si es posible que se abran hacia el uso adulto en el futuro.

Comprendiendo que vivimos en un mundo de información y que internet ha influido notablemente en la forma de relacionarnos y organizarnos, vamos a tener también un momento de reflexión respecto a la función de las redes sociales y los medios de comunicación masivos como importantes agentes de cambios e influencia y cómo eso nos determina socialmente en torno a este tema. Pensamos que es una parrilla bastante completa y que las persona que asistan al evento, quedarán bastante al día con la situación actual del tema regulatorio y sus proyecciones de corto y largo plazo, tanto en Chile como en el mundo.

 

¿Por qué en un Summit medicinal expondrán destacados profesionales de otras áreas como la agronomía? 

La cannabis tiene una potencialidad comercial e industrial enorme, no sólo en al área de lo medicinal. Una regulación que busque integrar de manera a adecuada a todos los actores de una industria en formación no puede limitarse frente a una diversidad compleja. No sólo debemos quedarnos en la discusión sobre el derecho al cultivo, ya sea personal o industrial, y si es legítimo sólo para uso medicinal. Es necesario dar visibilidad al derecho que tiene cualquier persona de innovar y entregar al país un polo de desarrollo de enorme magnitud si pensamos que el cáñamo es un producto amigable con el ambiente y que se puede aplicar a la industria textil, alimentaria y de la construcción, por nombrar algunas y que, además, puede potenciar y mejorar al campo, dando nuevas fuentes de trabajo, introduciendo nuevas tecnologías e innovación científica.

 

¿Podría resumir por qué acudir a este Summit Internacional? 

En resumen, este evento busca primero, actualizar el escenario de la regulación desde la experiencia de los propios protagonistas y de quiénes han tenido que vivirla. Conocer el pasado para vislumbrar el futuro. Quienes trabajamos con sustancias controladas, debemos tener extrema claridad sobre lo que podemos hacer amparados por la ley. Actualmente y para la mayoría de los países, es muy difícil ya que las legislaciones siguen siendo muy ambiguas, excluyentes y la capacidad del movimiento siempre es gris.

Finalmente, siempre es una convención amplia de lo que se puede o lo que no se puede hacer y ahí siempre nos entrampamos en el análisis. Por otro lado, y pese a la prohibición, ya existe un mercado, una proto industria y una masa critica de usuarios de cannabis, tanto medicinales como de uso adulto, que no podemos ignorar. Los gobiernos tienen que dar cuenta de esta realidad. Para ello deben conocer la realidad y los ejemplos de legislaciones que se han dado la tarea de enfrentar el tema. Aún prevalece mucha mitología, difundida con fervor por grupos de poder y de diversos intereses, pero para eso existen los expertos, para desmentir las ideas surgidas de la propaganda de la prohibición y abordar el tema desde un punto de vista serio, científico, basado en evidencia.

Este evento es un encuentro de especialistas, de personas que, pese a todo, han elaborado reglamentos, tratan pacientes, hacen activismo, producen investigación científica e innovan en el campo y la industria. Es un nuevo fenómeno que debemos describir y analizar entre los involucrados a fin de avizorar un futuro donde el uso de la Cannabis sea posible, de manera incluyente y que favorezca tanto a los usuarios como a los países, que pueden ver en esta industria, una posibilidad de crecimiento importante, en derecho de las personas, en nuevas formas de trabajo y en innovación científica y tecnológica. Todo aquel que esté involucrado en este tema y quiera dedicarse, este Seminario Internacional, le será de mucha ayuda.

 

¿Cómo ha sido el proceso de la apertura de la primera clínica cannábica en Chile y Latinoamérica?

La verdad es que cuando abrimos la consulta médica cannábica no esperábamos que tuviera tanta aceptación. Nos habíamos dado cuenta de que había una necesidad porque muchas personas se me acercaban para preguntarme cómo usar la planta para tal o cual patología, de qué forma y cómo acceder a ella con seguridad. El lanzamiento fue casi una acción política, pensando en estas personas.

La ley 20.000 de drogas en Chile, permite el consumo y porte si se justifica para uso médico y de investigación científica, así es que fue también una forma de proteger al usuario. Por ello se configuró como un espacio donde el usuario no se siente discriminado, el paciente acude y encuentra soluciones, sirviendo además como plataforma para hablar de derecho, regulación, formación médica y científica, apoyar el auto cultivo y el asociativo, con actividades de difusión y generación de redes con profesionales y activistas de todo el mundo, que abogan y trabajan en torno al tema de las drogas y en específico, al de los fitocannabinoides.

Desde el 2016 hasta hoy la experiencia ha sido fructífera y se han levantado varias consultas cannábicas en el país y en la región latinoamericana. A partir de nuestra experiencia se han formado médicos que ahora trabajan con personas que usan fitocannabinoides en Chile y la región y en ese aspecto, sentimos que ha sido un gran aporte para el país y para nuestros vecinos, que poco a poco han ido abriéndose a la discusión y a las posibilidades de trabajar el área médica y científica con la mayor seriedad y profesionalismo posible.

 

Un tema muy importante en el cannabis medicinal es que está excluido en los convenios que establecen la prohibición. Estos convenios pedían un informe de la Organización Mundial de la Salud que tuvo 60 años de retraso. Ahora ha salido y pide reclasifica. Es un gran golpe a la arquitectura internacional de la prohibición. De momento la ONU ha decidido retrasar la votación de este informe. ¿Qué cree que pasará?

El Comité de expertos de dependencia a las drogas (ECDD) de la OMS ha enviado recomendaciones al Consejo de drogas narcóticas (CND) de las Naciones Unidas (NNUU) de reclasificación de los cannabinoides, extractos y tinturas, que incluye la salida del canabidiol de las listas de control y eliminación de las duplicaciones del control sobre THC y derivados que actualmente aparecen listados en más de una lista y/o convenciones. Sin duda hay mucha presión de grupos de interés que influyen en las decisiones en esta instancia, podemos verlo como la filtración de la carta dirigida al Secretario General de las NNUU, Antonio Guterres sobre estas recomendaciones.

También hay presiones de estados, como Rusia que alegan que la nueva buena prensa de la Cannabis es producto de la manipulación de los activistas y otros, como Uruguay y México, que se mostraron abiertamente molestos por el aplazamiento. Hay mucha controversia al interior de las Comisión de drogas Narcóticas de las NNUU. Hay otra ofensiva del gobierno federal de EE.UU. para volver a conseguir un aplazamiento de la votación, para ganar más tiempo al cabildeo conservador, que probablemente consiga algunos de sus objetivos. No obstante, los liderazgos renovados de Uruguay y Canadá posiblemente se vean apoyados por Colombia y quizás el México de AMLO. Por lo tanto, es difícil vaticinar como van a votar los países esas recomendaciones, aunque se puede visualizar mayorías conservadoras en el escenario de hoy.

 

¿Quiere añadir algo más para acabar la entrevista?

Hay que decir que esperamos que venga mucha gente a este seminario. Será la oportunidad de entrar en contacto con quienes llevan años trabajando en las regulaciones de la Cannabis, desde distintas áreas profesionales y han sido testigos vivos de los procesos de cambios respecto a este tema. Compartir experiencias es hacer crecer el conocimiento que nos permitirá avanzar y generar redes que impulsen las ideas hacia una reglamentación que nos permita acceder de manera segura y legal a fin de aprovechar las potencialidades de una planta que por décadas, ha sido desterrada de manera injusta.

 

Dr. Sergio Sánchez (bio)

Es médico y Magíster en Salud Pública de la Universidad de Chile. Doctor en Humanidades Médicas y Ciencias Sociosanitarias de la Universidad Complutense de Madrid. Fue secretario técnico de la Comisión Reguladora de Fármacos Cannabicos del Instituto de Salud Pública (ISP) y del Ministerio de Salud de Chile en el 2015. Fue director del Hospital de Urgencia Asistencia Pública (HUAP) ex Posta Central. Desde el 2016 se ha especializado en medicina con cannabinoides, siendo Director Médico de la clínica cannabica y socio fundador de la Fundación Latinoamérica Reforma.

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