Cuidados para cambiar de maceta en el cannabis

04 Mar 2020

Sacar una planta de marihuana de su contenedor inicial y llevarla al definitivo, o a uno más grande con mejores condiciones para el desarrollo, permite una correcta propagación de la marihuana. Para evitar problemas en esta delicada operación elaboramos este artículo.


¿Cómo trasplantar marihuana?

Por Nico Vaia
Los trasplantes en la marihuana son como comprar ropa nueva para el bebé que crece. Son indispensables para darle al niño o niña un ambiente cómodo para su desarrollo. Comprar nuevos zapatos para el niño es perfectamente comparable a trasplantar cannabis. Con la única diferencia que como mucho con los trasplantes no deberás de invertir más. En cambio, con el niño comprarás nuevo calzado muchas veces.

Cambiar de contenedor para la marihuana es imprescindible. Porque la planta primero necesita desarrollar su sistema radicular en un espacio reducido para justamente consolidar el desarrollo de su rizosfera. Pero después que las raíces colonizaron su cuna buscarán más lugar. Si las raíces colonizaron las paredes y la base del cepellón es momento de trasplantar.

El trasplante se pueden realizar en cualquier momento durante la fase de crecimiento. Si se tienen que hacer en floración, deben realizarse lo antes posible o será contraproducente y se alargará la cosecha. Además de probablemente verse mermada la producción en la cantidad y en la calidad.

Es aconsejable trasplantar a última hora e intentar aprovechar las horas de oscuridad, para que las plantas descansen y se recuperen. Así se evita exponerlas a los momentos de mayor intensidad de luz y calor.

Esquejes, plántulas en semilleros y en pastillas de turba prensada deberán ser trasplantados una vez que las raíces sean visibles. Si están en cubos de lana de roca, el mejor momento para trasplantar es cuando las puntas de las raíces asoman por la parte inferior, ya que penetran directamente en el nuevo medio.

En el caso de plantas de mayor tamaño debemos cambiarlas cuando observamos que esta es demasiado grande para la maceta y/o presenta síntomas de ralentización en el desarrollo.

Que la tierra se seque muy rápido y que haya que regar más a menudo son también síntomas claros de que es la hora de realizar un trasplante.

Las plantas sanas sufren menos con los trasplantes que las enfermas. En el caso de plantas excesivamente encharcadas, el cambio a un nuevo medio libre de tanta humedad a veces es la única opción para evitar que marchiten y mueran.

Lo primero para realizar un trasplante es prepararlo con antelación, adecuar los riegos en los días anteriores al cambio de medio evita que se partan las raíces por el peso. No debemos dejar que se sequen en exceso tampoco. Preparamos el nuevo contenedor o agujero rellenándolo con arlita o grava que proporciona un buen drenaje. Y se rellena con un sustrato de similares características al que de las plantas. Introduciremos un contenedor de igual tamaño para preparar un agujero acorde al cepellón de raíces. Así evitamos el daño a las raíces.

Para sacar el cepellón se presionan ligeramente las paredes y la base de la maceta. Este se desprenderá solo en un bloque si nuestra planta está correctamente enraizada.

Las raíces han de estar expuestas a la luz y al aire el menor tiempo posible. Aseguraremos el tallo con dos dedos índice y corazón, a la vez que sujetamos el cepellón con la palma de la mano.

Tras esto la introducimos en el hueco realizado previamente en el nuevo contenedor y rellenamos con más tierra si fuera necesario. Y presionaremos la tierra muy ligeramente. Intenta trasplantar el cepellón entero dañándolo lo menos posible.

Después de cada trasplante es aconsejable dar un pequeño riego de agua con algún estimulador de raíces, a fin de humedecer todo el sustrato y promover el crecimiento radicular lo más pronto posible.

Utilizar hongos, como Trichoderma Harzarium y otras bacterias beneficiosas, ayuda a prevenir enfermedades que pueden contraer a través de las heridas que sufra el sistema radicular en los trasplantes, a la vez que reducen el estrés producido. Tanto la presión como el riego al nuevo medio deben ser muy ligeros.

O arriesgamos a que las plantas mueran por exceso de riego o asfixia de las raíces.

En las variedades autoflorecientes no es recomendable realizar ningún trasplante. Al tener un ciclo de vida tan corto, cualquier mínimo estrés influye muy negativamente en desarrollo y resultado final. Es mejor sembrar directamente en el contenedor definitivo.

Cuando un sistema de raíces está sano se ve a simple vista. Una raíz sana es de color blanco y desprende buen olor. Los colores marrones, amarillentos o el olor a putrefacción son indicadores de problemas en el sistema radicular.

Beneficios de trasplantar cannabis

Un trasplante bien realizado consigue la mejora general de las plantas y no tiene por qué producir ningún problema.

El sistema radicular puede extenderse de nuevo. Lo que se traducirá en plantas más grandes y mejor alimentadas. La reserva de nutrientes y oxígeno aumenta a la vez que se fomenta la resistencia ante un posible ataque fúngico.

Realizando varios trasplantes aprovecharemos mejor el sustrato y la distribución de las raíces. Ya que apenas utilizan la parte central de la maceta, tienden a crecer hacia el fondo y los bordes.

Problemas al cambiar de maceta en cultivo de marihuana

Aun realizándolo de la mejor manera posible siempre se genera un mínimo de estrés a las plantas. Durante un breve periodo la fotosíntesis y la producción de clorofila, al igual que el trasporte de agua y nutrientes a través de las raíces, se reducen. Y el crecimiento vegetativo se frena momentáneamente.

Si además del trasplante se producen otros cambios como el traslado al exterior o un cambio en interior con distintas condiciones, como por ejemplo alteraciones de temperatura o humedad o diferencias en la iluminación, se puede provocar un estrés añadido. Trasplantar esquejes mal enraizados y presionarlos con demasiada fuerza y el exceso de agua, suelen ser las causas que producen más bajas en los trasplantes realizados por cultivadores inexpertos. Así que hazlo con cuidado.