Labores diarias - No hay atajo sin trabajo

Soft Secrets
31 Jan 2019
author TricomaTeam (tricomateam@gmail.com) Las plantas de Cannabis exigen un mantenimiento casi diario. La abundancia y calidad de nuestra cosecha dependerá en gran medida de los cuidados que le demos a nuestras semillas durante todo su ciclo vital. Observarlas de cerca a menudo para detectar a tiempo cualquier enfermedad o ataque que puedan sufrir, así como ajustar correctamente los distintos parámetros que influyen en su desarrollo es imprescindible sino queremos tener problemas durante el cultivo. La limpieza es otro punto muy importante a tener en cuenta si deseamos tener éxito en nuestro cometido. Una lista de tareas habituales y un calendario nos ayudarán a ser constantes y a saber qué labor debemos realizar en cada momento. Para disponer de un cuarto de cultivo con plantas saludables debemos emplear algo de tiempo. Las plantas no tienen las mismas necesidades en todas las fases de su vida, ya que éstas van cambiando poco a poco según las plantas van creciendo. Durante las primeras semanas, las semillas apenas necesitan luz, agua o nutrientes, pero a medida que van desarrollándose estas necesidades aumentan y se van modificando. Debemos aportarle a cada planta lo que necesite en cada momento si queremos sacarle el máximo partido a nuestro cultivo. [caption id="attachment_11355" align="alignnone" width="800"]Labores diarias - No hay atajo sin trabajo Planta tutorada.[/caption] Para conseguirlo necesitamos unos mínimos conocimientos sobre marihuana, pero también tiempo para llevar todo al día. Los buenos cultivadores no se descuidan de sus tareas habituales, ni dejan fuera de su control ninguno de los múltiples factores que intervienen en el desarrollo del cannabis. Esto evita a la larga la aparición de múltiples problemas, además de acumulaciones innecesarias de trabajo que implican emplear más tiempo del que en un principio era necesario. Hay que tener el cultivo muy organizado y programado en espacio y tiempo para sacarle el máximo provecho. Un cuarto bien cuidado y aseado produce cogollos de primer nivel, libres de hongos y plagas.

Calendario y lista de tareas

Algunas labores de cultivo han de realizarse a diario, otras a menudo y algunas solo se pueden hacer una vez que hemos cortado la hierba. El tiempo que empleemos para cada tarea irá determinado por nuestra habilidad y experiencia como cultivadores, y por el tamaño de nuestro cuarto de cultivo. Una agenda nos puede servir para planificar con tiempo el cultivo y organizar con antelación las tareas que debemos realizar cada día. Además, nos servirá para tomar notas acerca de la salud y características de las plantas, registrar los días que abonamos, qué productos usamos y en qué concentración o para marcar cuándo se aplicó un tratamiento y la fecha en la que debe repetir la aplicación. También podemos apuntar el tiempo que tardamos para cada tarea y así organizar aún mejor los futuros cultivos. [caption id="attachment_11357" align="alignnone" width="800"]Labores diarias - No hay atajo sin trabajo Inicio de la floración en perfecto estado.[/caption]

Limpieza

Aunque no es uno de los factores que intervienen directamente en el desarrollo del cannabis, sí es un elemento clave para evitar posibles problemas que echen a perder nuestro cultivo. Hay que mantener los cuartos de cultivo limpios y desinfectados para evitar la aparición de plagas y enfermedades. Una limpieza casi diaria no lleva mucho tiempo. Si se acumula la suciedad será más difícil eliminarla. Recoger las hojas caídas, barrer el suelo con asiduidad y pasar la fregona con un poco de lejía no hace ningún mal a los cultivos y mantiene alejados a hongos y plagas. Tras cada cosecha es aconsejable limpiar y desinfectar con lejía las paredes y el suelo para eliminar la suciedad y cualquier tipo de moho. También deberíamos limpiar las macetas y demás enseres del cuarto. Los reflectores, las bombillas y especialmente los ventiladores y extractores cogen mucho polvo rápidamente. Conviene pasarles un trapo cada cierto tiempo para que funcionen a pleno rendimiento.

Riego

A medida que las plantas van aumentando de tamaño las necesidades de agua son también mayores. Debemos medir la cantidad con la que regamos e ir aumentándola paulatinamente, según nos los vaya pidiendo, para que en ningún momento se seque demasiado el sustrato y se dañen las raíces. Una excesiva cantidad de agua al regar tampoco es buena para las plantas. El cannabis agradece un sustrato húmedo, pero no empapado, debemos esperar hasta que casi se seque para volver a regar. Hay que medir siempre el pH de la solución nutriente y ajustarlo en cada riego. También es recomendable recoger el agua y dejarlo reposar al menos 24 horas antes de regar.

Plan de abonado

A lo largo de las distintas fases de desarrollo, las plantas demandan concentraciones mayores o menores de los distintos nutrientes. La demanda de alimento no es la misma durante todo el ciclo de la planta. Por ejemplo, en crecimiento, las plantas demandan mayores cantidades de nitrógeno, mientras que en floración apenas lo necesitan, y suelen agradecer un mayor aporte de fósforo. Además, a medida que se desarrollan las plantas, la cantidad de abono en el riego ha de ser cada vez mayor. Todos los fabricantes disponen de tablas orientativas donde nos indican la semana y la dosis que debemos añadir. Para asegurarnos de que la concentración de la solución nutriente que estamos empleando es la correcta utilizaremos un medidor de EC. Controlando este parámetro a diario daremos el alimento exacto que nos demanden nuestras plantas.

Sustrato

Conviene observar a menudo el sustrato. Podemos aprovechar de la que regamos para ver si existe algún problema en la parte superior de la maceta o en el inicio del tallo de la planta. La tierra tiene que estar húmeda, pero no empapada. [caption id="attachment_11358" align="alignnone" width="800"]Labores diarias - No hay atajo sin trabajo Cogollos secando.[/caption] Hay que percatarse de que el sustrato no se seque en exceso y se contraiga separándose de las paredes de la maceta y que a la hora de regar el agua se escape por los bordes. Levantar las macetas, para ver si pesan o no, es una de las mejores maneras de saber si las plantas necesitan ser regadas.

Iluminación

Durante la fase vegetativa y en las primeras semanas de floración, las plantas crecen sin freno si todo está funcionando correctamente. Por lo tanto, debemos subir también casi a diario las lámparas, para mantener una distancia adecuada respecto a la punta de las plantas. Si el foco está demasiado elevado, las plantas crecen débiles y espigadas. Si por el contrario, está demasiado cerca, puede llegar a quemarlas. Si disponemos de bombillas específicas para cada fase debemos acordarnos de cambiarlas. Hay que controlar que los balastros y temporizadores no se sobrecalienten y que el cableado del equipo de iluminación esté en buenas condiciones. También hay que vigilar que el temporizador funcione bien y esté correctamente programado. Un fallo en la luz supone muchos disgustos. Los reflectores y en especial las bombillas deben ser limpiados a menudo para que la cantidad de luz emitida sea la máxima.

Aire

Es uno de los factores más importantes para que el cannabis tenga un desarrollo explosivo. A partir de los primeros días de crecimiento, debemos conectar los ventiladores y extractores. Al estar funcionando de manera continua enseguida se llenan de polvo y pierden efectividad. Hay que mantenerlos limpios para un uso eficiente. Es una tarea que apenas conlleva tiempo y muy agradecida por las plantas.

Temperatura y humedad

La temperatura y la humedad han de ser controladas a diario. Los termohigrómetros con indicador de máximas y mínimas son perfectos para esta labor. Un cambio brusco en alguno de estos dos factores o un exceso o falta puede desencadenar el ataque de hongos patógenos o el asentamiento de una plaga. Durante todo el ciclo vital del cannabis debemos mantener la temperatura de los cuartos entre los 20ºC y los 30ºc durante el día y evitar que descienda más de los 18ºC durante la noche. La humedad debería rondar el 60% en crecimiento y el 45/50% en floración.

Enfermedades y plagas

La mejor cura es la prevención. Emplear una pequeña parte de nuestro tiempo en observar las plantas es una de las tareas más fáciles y efectivas para saber qué les pasa o qué necesitan. Si todos los días nos fijamos un poco en las hojas y en los tallos, para ver algo que se escape a lo normal, será difícil que no descubramos una plaga u hongo el primer día que aparece en el cuarto. De esta forma, pondremos remedio inmediatamente, evitando que el problema aumente y se extienda a otras plantas. Productos como el extracto puro de neem ayudan a prevenir la aparición de insectos.

Semillas

Cuando germinamos un paquete de semillas los cuidados durante los primeros días son muy importantes. Si las ponemos en trapos o servilletas mojadas mientras aparece la primera raicilla, estos han de estar siempre húmedos y a una temperatura alrededor de los 25ºC. Una vez trasplantadas a tierra hay que controlar diariamente que el sustrato no se seque del todo en ningún momento, o las semillas morirán. Tampoco debemos encharcarlas en exceso, ya que los primeros días las plantas apenas tienen raíces y podrían llegar a ahogarse. Si las hemos introducido en un maceta pequeña estaremos atentos a cuando las raíces hayan colonizado todo el sustrato, para realizar un trasplante a un contenedor de mayor tamaño. [caption id="attachment_11359" align="alignnone" width="800"]Labores diarias - No hay atajo sin trabajo Iniciando un correcto desarrollo.[/caption]

Esquejes

Los clones son bastante fáciles de cuidar. Una vez realizados apenas exigen mantenimiento. Únicamente debemos limpiar a diario el exceso de humedad que se acumula en las tapas de los invernaderos y vigilar que el medio de enraizamiento no se llegue a secar del todo. Cuando éstos tienen un sistema de raíces abundante es el momento de trasplantarlos.

Plántulas

Es muy importante que nuestros ejemplares estén sanos en la fase vegetativa y lleguen a la floración en las mejores condiciones. Hay que vigilar tallos y hojas en busca de plagas y poner los medios necesarios, en caso de que aparezcan, para que una vez las plantas sean pasadas al cuarto de floración no se desencadene de nuevo el problema. A simple vista, mirando la planta de arriba abajo y en especial a través de sus hojas, podemos hacernos una idea de su estado de salud, y de si tiene carencias o está sobrefertilizada para remediarlo antes de pasar a 12 horas.

Plantas en floración

Una vez que los cogollos empiezan a estar formados, el moho puede aparecer en cualquier momento y en especial cuanto más grandes son los cogollos. A base de cultivar y encontrarse por desgracia, en muchas ocasiones con este problema se aprende a ver de una simple pasada con los ojos si algo se está pudriendo. En los cogollos más grandes y densos puede ser más difícil observar algún problema, cuando nos demos cuenta puede ser ya tarde. Tendremos que abrirlos un poco para cerciorarnos de que el moho no está creciendo dentro. Si alguna plaga se cuela en el cuarto en fase de floración intentaremos acabar con ella, sin utilizar ningún producto a menos que la plaga sea incontrolable, y no nos quede otro remedio. En caso de ser así utilizaremos productos ecológicos.

Cuarto de secado

Aunque la hierba esté ya colgada secando aún debemos prestar atención para que no se nos estropee. Hay que mantener una buena ventilación y vigilar que la temperatura esté alrededor de los 18ºC y que la humedad no suba demasiado y se sitúe entre un 50% y un 60%. Si la temperatura es demasiado alta, los cogollos se secarán demasiado rápido y rascarán al ser consumidos. Si la humedad sube demasiado nos arriesgamos a que el moho pueda instalarse entre los cogollos y pudrir la cosecha que tanto hemos cuidado durante meses. Un ventilador oscilante que mueva el aire sin enfocarlo directamente hacia los cogollos es efectivo para evitar el desarrollo de los hongos.
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