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Soft Secrets
28 Mar 2018

Los destilados de cannabis gustan mucho últimamente. Hay usuarios que disfrutan de ellos en la pipa o los utilizan para hacer comestibles. Se llenan con ellos desde jeringas dosificadoras hasta cigarros electrónicos. Se consumen solos o mezclados con terpenos e incluso con cristales de cannabinoides puros. En este artículo te explico cómo hace Clear mi buen amigo Feisal, de Oil Hunters. 


Author: Dr. Ray (@rayback420)

Ya sabéis que Feisal es un loco de todo lo que sea un extracto cannábico. Esa pasión, sumada a su escasa tendencia a quedarse un segundo quieto, ha tenido como resultado que se haya interesado de forma sistemática en dar cada día un paso más en sus experimentos. Puedo dar fe en primera persona, ya que por mi despacho en Ananda Lab cada semana viene con una nueva idea o pregunta. Experimentar con destilados era la evolución lógica de su trayectoria, y ahora que tiene todo bastante dominado me propuso que publicase lo que hace él con esta técnica.

Feisal ha echado un montón de horas encima de sus equipos Across International, hasta llegar a dominar como quería la destilación fraccionada. Mucho tiempo, pero también un gasto enorme entre los propios equipos y análisis de laboratorio. Aunque aquí desvelamos bastantes trucos y secretos que emplea en destilación, podéis aprender más de él en persona si asistís a sus seminarios y cursos.

Qué es destilar

La destilación es un proceso físico por el que se separan sustancias aprovechando sus distintas volatilidades. La destilación simple, la que se emplea para preparar bebidas de alta graduación por ejemplo, consiste en un sistema formado por un recipiente donde se coloca la muestra a separar, un condensador y un recolector. El problema en este tipo de separación es que, al evaporarse el componente de menor punto de ebullición, el de mayor volatilidad arrastra siempre una parte de los compuestos menos volátiles, sobre todo si los componentes de la mezcla difieren menos de 60 grados entre sus puntos de ebullición.

Por este hecho, y por la formación de azeótropos (mezclas de dos compuestos que entran en ebullición a una temperatura definida) nunca se pueden obtener la separación de los componentes puros de una mezcla empleando esta técnica. Para separar compuestos con puntos de ebullición cercanos se emplea la destilación fraccionada. Esta técnica se diferencia de la destilación clásica en que se añade al montaje una columna de fraccionamiento entre el matraz inicial y el condensador. Esta columna permite el contacto de los vapores que ascienden con el líquido condensado que desciende. Esto hace que se alcance un equilibrio térmico entre el vapor y el líquido. Por lo tanto, se evapora y condensa repetidamente a lo largo de la columna, de tal manera que al final de esta columna se van extrayendo los compuestos de una manera mucho más pura, evitando la formación de azeótropos.

Por otro lado, un termómetro situado en este punto nos ayuda a identificar el compuesto destilado, ya que cada compuesto sale de la columna de fraccionamiento a su temperatura de ebullición. Otra de las principales limitaciones que encontramos en destilación clásica es que no puede aplicarse a compuestos con puntos de ebullición demasiado altos. Normalmente, al trabajar con esta técnica estamos limitados hasta unos 150 grados centígrados. Para realizar la separación de compuestos menos volátiles, con puntos de ebullición por encima de los 150 grados, se emplean sistemas de destilación a vacío. Esto consiste en aislar el sistema de destilación y añadir una bomba de vacío tras el condensador. Al reducir la presión dentro del sistema de destilación, los puntos de ebullición también se reducen, por lo que los compuestos son más volátiles. Así es como conseguimos que materiales que, a priori, no podrían destilarse con esta técnica, se pueden llegar a separar.

Problemas para obtener cannabinoides de alta pureza mediante destilación

El primero de estos problemas es el material de partida. Los extractos de cannabis, ya sean producidos por la maceración en alcohol, la extracción con butano o con dióxido de carbono supercrítico; presentan en su composición ceras y parte de la clorofila de la planta. Estas impurezas afectan al comportamiento de la mezcla, cambiando su punto de ebullición e impidiendo la correcta destilación. Por esto, es muy importante eliminarlos antes. Para ello se realiza un paso de “winterizado”.

En este punto el aceite de marihuana disuelto en etanol se congela hasta que las ceras y las proteínas de la mezcla pasan a estado sólido y pueden ser filtradas. Después de eliminar la cera, se debe eliminar el alcohol de la disolución de aceite de marihuana empleando un rotavapor, obteniendo así un producto más limpio y preparado para ser destilado. El segundo problema con el que nos encontramos es que son compuestos con muy alto punto de ebullición, entre 160 y 220 grados centígrados. Por ello, este tipo de destilación debe llevarse a cabo a vacío. A temperaturas más bajas que a la que se volatilizan los cannabinoides se obtiene un destilado formado mayoritariamente por compuestos volátiles del aceite: terpenos y restos de etanol.

Cuando la columna de fraccionado alcanza una temperatura cercana a 160 grados centígrados empiezan a destilarse los cannabinoides, terminando de salir cuando esta alcanza unos 220 grados centígrados. Se suele repetir la destilación varias veces, dependiendo el número de repeticiones de la pureza del aceite original. A cada destilación va aumentando la pureza en cannabinoides del aceite y la destilación va siendo cada vez más rápida. El tercer y último problema con el que nos encontramos en la destilación de cannabinoides es la poca diferencia entre los distintos puntos de ebullición de cada uno de ellos. Por ejemplo: el THC alcanza la ebullición a 157 grados centígrados, el CBD a partir de 160 y el THCV y CBC a unos 220. Esto nos lleva a que a partir de un aceite de cáñamo o marihuana que es una mezcla compleja de compuestos, no podamos separar los cannabinoides entre ellos en un solo paso. Una vez obtenido un aceite con un alto contenido en cannabinoides, se puede seguir realizando destilaciones para separar los cannabinoides entre ellos, teniendo especial cuidado en controlar la temperatura del destilado, dentro de la columna de fraccionamiento.

Los dos principales cannabinoides, el THC y el CBD, destilan a temperaturas parecidas siendo algo menor la del THC. Cambiando el matraz de recolección podemos separar dos destilados: uno de ellos enriquecido en THC y otro a temperaturas mayores enriquecido en CBD. Trabajando así, se puede llegar a obtener cannabinoides con una pureza superior al 95%, sobre todo si se trabaja con aceites lo bastante limpios. ¿Has probado algo así? Te sorprenderá...

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