Cuartos de cultivo

Los cuartos de cultivo requieren un espacio seguro, un entorno consistente y un esquema de mantenimiento regular. Además, aumentan la huella de carbono.

Los cuartos de cultivo requieren un espacio seguro, un entorno consistente y un esquema de mantenimiento regular. Además, aumentan la huella de carbono. El clima, la consistencia y la seguridad son los mayores motivos para cultivar en interior. El cannabis médico también puede empezar a ser cultivado en un cuarto de cultivo y trasladarse a un invernadero o al aire libre. Las plantas logran adelantarse con un impacto ambiental mínimo al sacarse al exterior. 

Para montar un cuarto de cultivo, primero tienes que definir las necesidades y los deseos. ¿Cuánto cannabis medicinal quieres cultivar? ¿Cuánto tiempo, espacio y dinero puedes invertir para conseguir este objetivo? ¿Quieres construir el cuarto de cultivo, o prefieres comprar un “armario de cultivo” prefabricado? Construir un cuarto de cultivo requiere tiempo, pericia y presupuesto. El cuarto, además, necesita una fuente adecuada de corriente eléctrica, una salida de ventilación y una toma de agua fresca.

interior como éste de principio a fin exige una inversión de tiempo, dinero, planificación y trabajo duro.

También es importante tener en cuenta tus características y tus hábitos. ¿Llevas un horario regular? ¿Dispones de tiempo suficiente para dedicárselo a este proyecto? ¿Tiendes a dejar sin terminar los proyectos que empiezas? ¿Estás fuera de casa varios días seguidos? Todos estos factores influyen en tu capacidad para mantener un jardín de interior de cannabis médico. 

Tendrás que hacer tus propios esquejes si no dispones de un proveedor de clones. Tendrás que dividir el cuarto en dos para crear un cuarto de clones y madres, y un cuarto de floración. La cosecha puede ser periódica o perpetua.

Una vez hecha la división, los cuartos necesitan extractores y filtros, ventiladores, termohigrómetros y fuentes de electricidad y agua.

El tamaño del espacio de jardín determina el tipo, vataje y número de lámparas. Las luces más eficientes, con la conversión más alta de lúmenes por vatio, incluyen las LFC (lámparas fluorescentes compactas) y las DAI (lámparas de descarga de alta intensidad). Las LFC están disponibles en diversos tamaños y vatajes. Véase el capítulo 17, Luz, lámparas y electricidad, para más información sobre cada tipo de lámpara. 

El objetivo del cuarto de cultivo es poder proporcionar todo lo que el cannabis médico necesita para desarrollarse bien.

Aire 20%
temperatura
humedad
contenido de CO2 y O2

Luz 20%
espectro (color)
intensidad
fotoperiodo (horas de luz diarias)

Agua 20%
temperatura
pH (medida de acidez o alcalinidad)
EC (conductividad eléctrica)
contenido de O2

Nutrientes 20%
composición
pureza

Medio de cultivo 20%
contenido de aire
contenido de humedad

Este barril lleno de agua ilustra que el cannabis sólo puede crecer tan deprisa como permite el factor que más limita su crecimiento. La luz, el aire y un sustrato desequilibrado son los factores que limitan el crecimiento en interior con más frecuencia.

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Huella de carbono

Según un estudio realizado por el doctor Evan Mills*, los cultivadores de cannabis de interior estadounidenses gastan el 1% de toda la electricidad que se consume en el país, lo cual se traduce en 5.000 millones de dólares anuales para las empresas eléctricas. Esto equivale al gasto de 2 millones de hogares medios. Aproximadamente, se consumen 22.000 millones de kilovatios por hora. Se estima que en California, uno de los 16 estados que permite el cultivo de cannabis médico, se consume el 3% de toda la electricidad que usa el estado. Los generadores eléctricos diesel y de gasolina gastan unos 530 litros de combustible para producir una planta.  

*Puedes leer el sumario y el informe completo, Energy up in Smoke: the Carbon Footprint of Indoor Cannabis Production, en http://evan-mills.com/energy-associates/Indoor.html.

Incluso los cuartos eficientes de cultivo en interior como éste dejan una huella de carbono. Por fortuna, estas plantas serán pasadas a exterior en las semanas siguientes.

Los jardineros cultivan cannabis médico en interior para producir cosechas de alta calidad y proteger de los ladrones su producto de alto valor. El mantenimiento del cannabis como sustancia ilegal aumenta la huella de carbono que dejan los cultivadores. Criminalizar el cannabis contribuye a que haya que conducir largas distancias, suprimir olores y ruidos, y que se produzca una cantidad enorme de energía a partir de combustibles fósiles.

Haz que tu huella de carbono sea menor reduciendo el gasto eléctrico, de gas y de combustible diesel. Fomenta la generación de energía renovable. Utiliza de manera más eficiente los sistemas de calefacción, refrigeración e iluminación del cuarto de cultivo. Instala paneles solares fotovoltaicos. 

Las prácticas de cultivo más eficientes reducen las huellas de carbono, al igual que el uso de lámparas de menor vataje y de menos aparatos eléctricos y de combustibles fósiles. El empleo de todos los principios naturales posibles ayuda a reducir las huellas de carbono. La energía calórica humana es mucho menos costosa que la energía de combustibles fósiles, y podemos producir más energía humana con rapidez, mientras que la energía de combustibles fósiles tarda mucho tiempo en crearse de nuevo. Cultivar cannabis médico al aire libre elimina la mayoría de costes, aparte de algunas herramientas, transporte, agua, enmiendas para la tierra y abono.

Mezcla tus propios abonos a partir de elementos simples y asequibles. Cuando compras ingredientes locales y mezclas tus propios abonos orgánicos, estás apoyando a la industria local y a los granjeros de la zona. También estás reduciendo tu huella de carbono total al disminuir los costes de venta, transporte, envasado.

Puedes usar herramientas online para calcular tu huella de carbono. Introduce la información sobre el consumo de electricidad, el uso de combustible diesel y gas, y el consumo de combustible para vehículos, así como la generación de energía renovable para medir tu huella total de carbono. Dedica un par de minutos a rellenar los datos del calculador de huellas de carbono de Nature Conservancy 

(www.nature.org/greenliving/carboncalculator/index.htm) para hacerte una idea del desperdicio medioambiental que produces.  

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Cuartos cerrados (sellados)

Los cuartos de cultivo cerrados o sellados tienen la mayor parte de las características de un fitotrón, una cámara de cultivo científica, y producen una huella de carbono muy grande. Al igual que ocurre en un fitotrón, el control preciso de cada factor –luz, temperatura, humedad, CO2, y demás- puede controlarse de forma individualizada en un cuarto cerrado. La habitación está completamente sellada, por lo que todo el aire que entra y sale está controlado. Los cuartos sellados, enfocados específicamente al jardinero de alta tecnología, es para cultivadores con habilidades avanzadas.

Este cuarto cerrado tiene los balastos fuera, de manera que toda la habitación puede mantenerse sellada. De hecho, varios meses antes de tomar esta fotografía, se produjo un incendio en este cuarto. Como la habitación estaba completamente sellada, había una cantidad limitada de oxígeno, y el fuego se extinguió. Después del incendio, el jardinero trasladó el origen del fuego –los balastos- fuera de la habitación. A pesar de esto, no cuentes con que los fuegos se apaguen solos en un cuarto sellado. Este cultivador tuvo suerte. 

Este cuarto sellado está montado y listo para que el jardinero introduzca clones y empiece a cultivar. Toda la habitación está impoluta y libre de patógenos.

El cuarto ha de estar completamente sellado para que no entre ni salga aire. Utiliza masilla para sellar las esquinas, y pon burletes en las puertas. Hay jardineros que instalan un extractor para crear una cantidad mínima de presión negativa. Un aparato de aire acondicionado es esencial para proporcionar aire filtrado fresco. 

Puede instalarse un sofisticado filtro de aire para retener el etileno, los óxidos nitrosos y otros contaminantes, como los hongos, del aire de la habitación. De esta forma controlas de forma precisa el intercambio de aire fresco.

Un tanque de CO2 de 10 kilos dura dos semanas en un cuarto sellado con diez lámparas de 1.000 vatios. La sala debe estar equipada con un aparato grande de aire acondicionado para enfriar y deshumidificar el aire adecuadamente. El cultivador ha de calcular cuántos vatios consume el aire acondicionado, y cuánto podrá enfriar la habitación.

Recomendaciones en BTU (British Termal Unit = 1055,056 julios) de aire acondicionado para cuartos sellados

Los GrowBots (www.growbot.com) son capaces de realizar un control robotizado, incluyendo una monitorización remota con video a través de iPhone. Un cuarto de cultivo completamente equipado con 12 lámparas cuesta alrededor de 60.000 euros, y tiene una gran huella de carbono. El desorbitado coste inicial supera los 5.000 euros por lámpara de 1.000 vatios instalada. Se necesitan dos cosechas perfectas y abundantes para cubrir el coste inicial, sin contar genética, material de cultivo y electricidad. La conveniencia resulta cara, tanto en dinero como en huella de carbono. Un pequeño cuarto de cultivo semisellado de construcción casera cuesta unos 700 euros, y funciona con casi el mismo nivel de control.