Producción: Trucos y técnicas para aumentarla

Soft Secrets
26 Dec 2018
Los cultivadores de interior dedican mucho tiempo, dinero y espacio doméstico a las plantas de cannabis, y por ello quieren obtener la mayor cantidad posible de cogollos de primera calidad. Es habitual entre los principiantes que las cosechas no sean demasiado abundantes, la acumulación de errores acaba repercutiendo en las plantas, que no llegan a producir todo lo que podrían. En este artículo vamos a repasar los distintos elementos que influyen en la productividad de un cultivo de interior y cómo trabajarlos para lograr la máxima eficiencia.

El concepto de alta producción

La producción es, en pocas palabras, los gramos de cogollos que se obtienen de un cultivo. En principio, si todos los factores son correctos, se puede aspirar a cosechar hasta 1 gramo por cada vatio de luz. Es decir, con una lámpara de 600w cosechar 600 gramos. La mayoría de los cultivadores domésticos no llegan a alcanzar nunca este nivel por distintas razones. Es más habitual que se queden en la mitad, 0,5 g/W. Sin embargo, corrigiendo algunos errores típicos se pueden acercar más a la producción óptima. [caption id="attachment_11141" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Las plantas sin podar hacen un cogollo central más grande pero menos producción total.[/caption]

Producción por cosecha o anual

Según el sistema de cultivo, se pueden llegar a realizar de cuatro a seis cosechas anuales en el mismo espacio si se cultiva durante los doce meses del año. Otros cultivadores optan por cultivar sólo en invierno y hacen una o dos cosechas anuales. Obviamente, quien realiza seis cosechas al año obtendrá una producción total mucho mayor que quien sólo hace una. A veces, sobre todo tras varias cosechas, cuando ya se han ido mejorando otros factores, la mejor forma de obtener más producción es ajustar bien los tiempos para aumentar el número de cosechas anuales. Ésta es una de las razones por las que las variedades de floración rápida acaban siendo más productivas anualmente que las de floración lenta, ya que permiten hacer una cosecha más al año, lo que compensa y supera generalmente la posible mayor productividad por cosecha de la variedad lenta.

El elemento débil

Un cultivo de interior conjuga un gran número de factores: iluminación, temperatura, humedad, genética de la planta, fertilización, número de plantas, tamaño de las macetas, etc. Imaginemos el cultivo como una cadena en la que cada elemento es un eslabón y la producción es la fuerza que puede soportar la cadena. El eslabón más débil es el que determina la fuerza total de la cadena, puesto que es el primero que se rompe. [caption id="attachment_11142" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Los reflectores refrigerados por aire ayudan a eliminar gran parte del calor generado por la bombilla.[/caption] En el cultivo de interior, siempre hay un factor que es el más flojo y el cultivador debe buscarlo y corregirlo. Una vez arreglado, será otro el nuevo factor limitante y la mejora de la producción pasará por localizarlo y también corregirlo. Por ejemplo, un cultivo en un mini armario de 50x50 centímetros está limitado fundamentalmente por el espacio. Aunque se busque una variedad productiva y se ponga mucha luz, digamos 250W, el crecimiento de las plantas estará supeditado al poco espacio de que disponen, ya que sólo cabrán una o dos plantas. Si manteniendo la misma iluminación se amplia el armario a 80x80 centímetros, se obtendrá seguro mayor producción, ya que se podrán poner cuatro plantas sin problemas que tendrán espacio suficiente para desarrollar un número de cogollos mucho mayor. Vamos a ver los principales elementos que influyen en la producción. [caption id="attachment_11143" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Alta densidad de plantas es igual a alta productividad, si no aparecen hongos u otros problemas.[/caption]

La genética

No todas las plantas producen lo mismo, ni siquiera en condiciones ideales. Hay variedades mucho más productivas que otras porque tienen más vigor y cogollos más grandes y densos. Dentro de una misma variedad, cada planta es un individuo ligeramente diferente. Si el cultivador siembra diez semillas y de las plantas que salen se queda con la más productiva como madre, en la siguiente cosecha podrá cultivar diez esquejes de ella. Los esquejes, siempre que salgan de una buena planta madre bien seleccionada, son fantásticos, pues permiten que todas las plantas de un cultivo sean “la mejor”. Cuanto mayor sea el número de plantas entre las que seleccionemos, mayor probabilidad tendremos de encontrar una planta excepcional. La mejor de mil plantas es siempre mucho mejor que la mejor de diez.

Selección de plantas en crecimiento

La selección de plantas no sólo se hace para escoger una madre de la que sacar esquejes. Los cultivadores que siembran siempre a partir de semillas porque no tienen o no quieren guardar madres y hacer esquejes, también pueden beneficiarse de la selección si siembran un número mayor de semillas de las necesarias y escogen las mejores para pasarlas a floración eliminando las que parecen peores. [caption id="attachment_11144" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Este cultivador coloca 16 plantas en macetas de 15 litros en cada bandeja.[/caption] La mejor forma de seleccionar plantas es cultivarlas hasta la cosecha, secarlas, pesar la producción y catar los cogollos antes de escoger, pero eso es muy laborioso y no todo el mundo tiene el tiempo, el espacio o los recursos para hacerlo. Es mucho más sencillo plantar más semillas de las necesarias e ir eliminando las peores plántulas desde las primeras semanas de vida, hasta quedarnos con el número necesario de plantas.

¿En qué debemos fijarnos?

El aspecto general de la planta es lo más importante. Eliminaremos cualquier planta débil, poco vigorosa o enferma quedándonos sólo con las que se vean perfectamente sanas. En general, se prefieren plantas con muchas ramas e internudos cortos, es decir, que las ramas broten del tallo lo más juntas posibles, pues son las más productivas. El tallo grueso también suele ser un signo positivo de que aguantarán el peso de los cogollos grandes. Las plántulas con más olor suelen producir más resina que las que apenas huelen. Las raíces son esenciales para una buena producción, por eso siempre se prefieren las plantas que enraízan abundantemente. Eliminando las plántulas que más se alejen del ideal, nos quedaremos con las que mayor probabilidad tienen de producir cosechas abundantes.

Esculpir la canopia

Llamamos canopia a la superficie que forman la copa o parte superior de las plantas. En exterior, la intensidad de la luz solar es muy alta y penetra sin problemas hasta las partes bajas de la planta, pero, en interior, las luces no son tan intensas, y para lograr una buena producción es necesario que haya una gran cantidad de cogollos situados a la distancia óptima de la lámpara, donde la iluminación es más intensa. [caption id="attachment_11145" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Estas macetas son demasiado pequeñas para el tamaño de las plantas.[/caption] Cuando crece sin intervención humana, el cannabis suele tener una forma parecida a un abeto, con un cogollo central más alto y las ramas secundarias y terciarias más bajas. Esta forma es idónea para exterior, pero no para interior, pues sólo el cogollo principal recibe la mayor intensidad de luz. La técnica más efectiva de poda en interior es el despuntado de las plantas jóvenes cuando tienen unas dos semanas de vida. Al cortar la punta del tallo central se potencia la ramificación y la planta desarrolla varias ramas principales que crean una canopia con muchos cogollos, a la distancia óptima de la lámpara. Hay cultivadores que podan las puntas varias veces para favorecer una mayor ramificación y aumentar el número de cogollos. Otros emplean la técnica del supercropping, que consiste en aplastar o chafar un tallo con los dedos para que las fibras de su interior se rompan, pero sin dañar la corteza. El objetivo es conseguir doblar el tallo por ese punto hasta formar un ángulo recto, es decir, colocarlo horizontalmente. Se debe hacer en tallos que todavía no están muy duros. Normalmente se realiza en las ramas más altas para bajar un poco su altura y potenciar el desarrollo de nuevos cogollos. [caption id="attachment_11146" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Estas plantas débiles y con crecimiento pobre nunca harán una buena cosecha ya que llegan a la floración sin fuerzas.[/caption] Hay que apretar el tallo hasta que se sienta un chasquido que nos indica que ya se han roto las fibras interiores, entonces podemos doblarlo sin miedo a que se rompa completamente. Puede parecer que la rama no va a aguantar la floración por lo débil que queda, pero en unos días la planta crea un callo para cicatrizar la rotura y refuerza la rama. El supercropping tiene un efecto similar a la poda de la punta principal pero con la ventaja de que se puede realizar en cualquier momento del cultivo, por ejemplo, con una rama que ha crecido demasiado y se acerca peligrosamente a la bombilla. Es una técnica que favorece la formación de una canopia productiva con muchos cogollos a buena distancia de la luz. Al podar las ramas más bajas se favorece la circulación de aire en torno a las plantas, lo que reduce el riesgo de que aparezcan hongos en los cogollos. Las plantas se concentran en engordar los cogollos superiores sin malgastar fuerzas en las zonas bajas menos iluminadas. La poda de ramas bajas implica casi siempre una reducción pequeña en la producción, pues se pierden los cogollitos de esas ramas, pero se gana en la calidad total de la cosecha.

Número de plantas

En general, para lograr una alta producción hay que conseguir una gran densidad de cogollos por metro cuadrado. Cuantos más cogollos a la distancia óptima mayor producción. Como hemos visto, la formación de una canopia con muchos cogollos se puede lograr con la poda, pero también es posible hacerlo por medio de un gran número de plantas, con el sistema llamado Sea of Green, que consiste en cultivar muchas plantas pequeñas por metro cuadrado. [caption id="attachment_11147" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Un generador de CO2 es un gran complemento en el jardín pero sólo se beneficiarán las plantas fuertes y vigorosas.[/caption] Las plantas no se podan y sólo tienen un cogollo principal y algunos secundarios pero, como se ponen entre 30 y 50 plantas por metro cuadrado se consigue una canopia muy productiva. Es esencial usar variedades pequeñas que no crezcan mucho y que desarrollen un grueso cogollo principal. Es mucho más fácil hacer un SOG a partir de esquejes que de semillas, ya que los esquejes crecerán todos igual. También se puede lograr una alta producción con el sistema contrario, cultivando pocas plantas grandes por metro cuadrado. Eso sí, necesitarán macetas grandes de 20 a 30 litros y más tiempo de crecimiento, generalmente entre 3 y 5 semanas, para que puedan desarrollarse bien y crear una buena estructura de ramas. Las plantas grandes tienen un sistema de raíces mucho mayor que les permite absorber grandes cantidades de nutrientes y transformarlos en cogollos.

El clima

El factor más importante en un cultivo de interior es el clima. Las condiciones de temperatura, humedad y ventilación determinan que las plantas se encuentren o no a gusto. Por buena que sea la genética, por muchos abonos que usemos o por más lámparas que colguemos, si las condiciones climáticas no son adecuadas las plantas no crecerán bien ni producirán en abundancia. [caption id="attachment_11148" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Reflectores baratos y poca luz, este cultivador no obtendrá una gran cosecha.[/caption] El cannabis prefiere vivir a una temperatura de 22º-25ºC y con una humedad ambiental más elevada (sobre el 70 por ciento) durante la fase de crecimiento. Que vaya bajando durante la floración hasta situarse las últimas semanas al 50% de humedad o incluso algo menos. Si la temperatura es más baja de lo ideal, el metabolismo de las plantas se ralentiza y no son capaces de crecer tan rápidamente, lo que reduce la producción. Por el contrario, con una temperatura excesiva necesitan emplear mucha energía en mantenerse frescas y en transpirar y también baja la productividad. Con la humedad ambiental sucede algo similar, si es muy baja, las plántulas no pueden brotar hojas grandes, pues se deshidratarían con facilidad. Si las hojas son más pequeñas o menos abundantes, la fotosíntesis se reduce y el crecimiento y la productividad también. [caption id="attachment_11149" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Es esencial seleccionar una buena planta, productiva y resinosa.[/caption] La humedad excesiva, en cambio, favorece la aparición de hongos en los cogollos y en consecuencia menos producción. Mantener estos parámetros en sus niveles óptimos es esencial para un buen desarrollo del cultivo.

Concentración de CO2

El CO2 es un gas mágico para las plantas, pues supone su principal alimento y es esencial para la fotosíntesis. Además, si elevamos su concentración en la atmósfera (que es normalmente de 400 ppm) hasta 1.000 ppm la temperatura óptima para el desarrollo del cannabis también se eleva, hasta 28-29ºC y la humedad atmosférica ideal sube hasta el 70%, aunque debe seguir siendo baja al final de la floración para evitar los hongos. Elevar la concentración de CO2 en el cuarto de cultivo es una de las mejores formas de aumentar la productividad de la plantas. Siempre que estén sanas y el resto de parámetros sean correctos la producción puede subir un 30 por ciento o más. Para compensar el metabolismo acelerado hay que aumentar también las dosis de fertilizante o la frecuencia con que se aplica. Eso sí, si las plantas son débiles o no viven en un entorno con las condiciones adecuadas el aumento del CO2 será contraproducente, ya que se estresarán y podría incluso bajar la producción. [caption id="attachment_11150" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Si ves que algunas hojas empiezan a amarillear antes de tiempo comprueba el pH de la solución nutriente.[/caption]

Iluminación

Más o menos, un cultivo de un metro cuadrado necesita iluminarse con una lámpara de alta presión de 400 W. Haciendo una regla de tres vemos que una lámpara de 600 W sirve para 1,5 m2 y con 200 W iluminamos 0,5 m2. Si la cantidad de luz que empleamos es menor, las plantas no llegan a producir lo que podrían, pues les faltan lúmenes para hacer la fotosíntesis y deberíamos reducir la superficie iluminada o añadir más lámparas o lámparas más potentes. Los lúmenes emitidos por una bombilla deben llegar hasta las plantas, y para ello se usan los reflectores que los dirigen hacia ellas. Las paredes del cultivo también reciben parte de la luz. Si están recubiertas de material reflectante o pintadas de blanco podrán redirigirla hacia las plantas. Con paredes blancas y buenos reflectores se aprovecha mucho mejor la luz y se aumenta la eficiencia considerablemente, pudiendo aumentar la producción hasta en un 20%, respecto a las paredes sin pintar y los reflectores de mala calidad. [caption id="attachment_11151" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla El oídio aparece con poca ventilación, por eso es uno de los riesgos cuando se usa una gran densidad de plantas.[/caption] La cantidad de luz emitida por las lámparas de cultivo se va reduciendo con el paso del tiempo, aunque el consumo eléctrico permanece igual. Depende mucho de la calidad de la bombilla, pero, por lo general, en un año de uso pierden de media en torno al 10%. Este dato es una media, las bombillas baratas pierden bastante más y las caras algo menos. Si las bombillas producen menos lúmenes, las plantas producen menos cogollos. Un 10% de reducción en la producción supone una pérdida en cogollos que, si los hubiésemos de comprar, costarían mucho más que la bombilla. Por eso se recomienda sustituir las bombillas cada año si son de baja calidad y cada año y medio o dos años si son bombillas de buena calidad. El coste de sustituirlas es claramente inferior al coste de lo que se deja de cosechar.

El agua

Los mejores resultados en el cultivo de interior se logran con agua de ósmosis. Como no tiene sales, se puede añadir mayor cantidad de abono sin alcanzar el nivel de toxicidad para las raíces. Si una planta aguanta que la solución nutriente con la que abonamos tenga una EC de 2 y partimos de agua con EC 1, sólo con que añadamos un punto de EC de fertilizante ya llegamos al nivel máximo. En cambio, con agua de osmosis de EC 0 se puede añadir el doble de fertilizante, sin quemar las raíces o añadir la misma cantidad y estresar mucho menos a las plantas. El agua del grifo con muchas sales tiene además otros inconvenientes, pues esos minerales se van acumulando en el sustrato y acaban interfiriendo con los nutrientes, bloqueándolos y dificultando que las raíces los absorban.

La cantidad de tierra

En igualdad de condiciones, las plantas que crecen en macetas más grandes suelen ser más productivas, pues tienen un mayor sistema de raíces y son capaces de absorber mayor cantidad de agua y nutrientes. Siempre se debe usar la maceta de mayor tamaño posible para el número de plantas deseado. [caption id="attachment_11152" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Las macetas con agujeros en las paredes favorecen la respiración de las raíces y la alta productividad.[/caption] Muchos cultivadores acaban usando macetas pequeñas para no acarrear tantos sacos de tierra, pero es un error, se logran mejores resultados cuanta más tierra se usa.

Fertilización

Una de las principales preocupaciones de los cultivadores es que a las plantas no les falte abono. Muchos usan dosis muy altas de fertilizantes en cada riego, tan altas que acaban dañando las raíces o estresando las plantas. He visto muchos más problemas en cuartos de cultivo por exceso que por falta de abono. La escasez de nutrientes no es casi nunca el eslabón débil o factor limitante y, sin embargo, aumentar la dosis de abono es la primera medida que suelen tomar muchos cultivadores para intentar mejorar la producción. Craso error, las plantas viven mejor cuando no están bañadas en una solución nutriente demasiado concentrada y suelen dar mejores resultados. Si es importante controlar el pH de la mezcla de agua con abono y ajustarlo entre pH 5,5 y 6,5, (mejor entre 5,8 y 6,2 pero tampoco es esencial) pues si el nivel es demasiado alto o bajo algunos nutrientes se bloquean y dejan de estar disponibles para las plantas, lo mismo sucede cuando las sales se acumulan en el sustrato. Manteniendo el pH ajustado y una EC moderada se logra mayor producción que con mucho abono pero un pH incorrecto. [caption id="attachment_11153" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Cuantos más cogollos haya por metro cuadrado, mejor será la producción.[/caption] Los estimuladores de la floración, también llamados boosters, contienen esencialmente, grandes dosis de fósforo y potasio. Por ejemplo, el más común es el llamado PK13-14 que tiene un 13% de fósforo y un 14% de potasio. Se usan junto al abono base, sobre todo a partir de la cuarta semana de floración, cuando la producción de flores se dispara. El potasio es esencial para la fabricación de enzimas, el intercambio de gases y la absorción de agua, mientras que el fósforo forma parte de todas las células vegetales, se emplea en la fotosíntesis, el intercambio de energía o el transporte de nutrientes. En plantas mal abonadas, los boosters pueden tener un buen efecto, pero no harán milagros cuando la salud de las plantas es precaria o las condiciones del cuarto de cultivo no son idóneas. Mi recomendación es no mezclar abonos y estimuladores de distintas marcas. Lo mejor es usar todos los productos de la misma linea de abonos, siguiendo el calendario propuesto por el fabricante, pues están diseñados para combinarse entre ellos sin causar problemas. A veces, mezclando un abono de una marca con un booster de otra, el ratio de nutrientes en la mezcla resulta descompensado.

Cosecha continua

En armarios pequeños de cultivo, una de las mejores formas de aumentar la producción es mediante el sistema de cosecha continua. Para llevarlo a cabo son necesarias dos salas o armarios, uno para floración y otro para crecimiento. El armario de crecimiento no tiene que ser grande, basta con la mitad de tamaño que el de floración y puede iluminarse con la mitad de vatios, que pueden ser de fluorescentes. Cada armario está todo el año con el mismo fotoperiodo, 18/6 el de crecimiento y 12/12 el de floración. El concepto del sistema es que no todas las plantas en floración empiezan y terminan a la vez. Por ejemplo, si en floración caben 10 plantas de una variedad de diez semanas, la idea es cosechar una planta cada semana sustituyéndola por una nueva. [caption id="attachment_11154" align="alignnone" width="800"]Producción: Trucos y técnicas para aumentarla Las plantas pequeñas se pueden colocar muy juntas pero conviene separarlas cuando empiecen a tocarse entre ellas.[/caption] Así, en el armario a 12/12 conviven plantas en diferentes momentos de la floración, unas más grandes que otras, lo que permite aprovechar mejor el espacio, situando las pequeñas en el centro y las grandes a su alrededor. Lo más difícil de este sistema es coordinar bien el crecimiento para tener todas las semanas una nueva planta con la que sustituir la que se coseche, pero, una vez se logra, los resultados son magníficos por lo bien que se aprovechan el espacio y la luz, y la carga de trabajo se reparte perfectamente a lo largo de todo el año. José T. Gállego
S
Soft Secrets