¿Por qué usar invernaderos?

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10 Sep 2014

Los invernaderos son una manera estupenda de cultivar porque se emplea la luz solar para obtener la energía fotosintética y porque proporcionan un entorno controlado que se ajusta a las necesidades del cultivo. Estos dos factores son increíblemente importantes porque el funcionamiento de las lámparas es uno de los mayores costes que tienen que sufragar los cultivadores, y la duración de la temporada de cultivo afecta tanto al rendimiento como a la calidad.


Usos que pueden darse a los invernaderos

  • Para cultivar plantas durante todo el año.
  • Para florecer plantas temprano o fuera de temporada.
  • Para empezar a cultivar plantas de forma temprana para que hayan alcanzado un gran tamaño cuando llegue el momento de sacarlas al exterior.
  • Para madurar plantas de exterior en contenedores a final de temporada. 

 

En Holanda, los invernaderos comerciales son la columna vertebral de la exportación agrícola. Su empleo, combinado con alta tecnología, permite que la fría y nublada Holanda compita en el sector agrario con países que tienen climas cálidos y soleados y mano de obra barata. Los invernaderos están operativos todo el año, produciendo verduras como los mundialmente famosos pimientos holandeses y flor cortada como la rosa.

 

Los cultivadores de exterior tienen una temporada de cultivo corta. Los invernaderos con calefacción se emplean todo el año. Incluso en invierno, cuando los días son cortos y la luz es débil, se produce un ahorro sustancial gracias a la luz natural. Durante la fase avanzada de la primavera y todo el verano el uso de luz eléctrica se reduce a casi nada.

 

La marihuana es un cultivo de día corto. La planta mide el periodo de oscuridad ininterrumpida cada día y, cuando alcanza una duración crítica durante varios días, empieza a florecer. Al regularse la duración del día (en realidad, el periodo de oscuridad ininterrumpida) mediante cortinas de oscurecimiento, o lámparas para alargar la duración del día o interrumpir el periodo de oscuridad con el fin de impedir la floración, la planta puede ser forzada a florecer en cualquier época del año.  

 

En los invernaderos dotados de calefacción, se puede empezar a cultivar plantas de forma temprana. Para evitar la floración a principios de primavera, cuando los días son cortos y la luz tiene poca intensidad, la luz diurna se suplementa mediante lámparas de sodio. Éstas también pueden usarse para interrumpir el ciclo de oscuridad, de manera que las plantas sigan creciendo en estado vegetativo.

 

Cuando las plantas se hacen lo bastante grandes, a finales de primavera o principios de verano, se emplean cortinas de oscurecimiento para acortar los días a 12 horas, forzando las plantas a florecer. Los cogollos se forman durante el periodo de luz solar más intensa, en vez de en otoño, cuando la intensidad lumínica disminuye. Esta intensidad da como resultado cogollos más grandes y potentes.

 

Las plantas de exterior que empiezan a cultivarse de forma adelantada y tienen oportunidad de hacerse grandes antes de ser trasplantadas, tienen más probabilidades de éxito, y alcanzan un mayor tamaño antes de lo normal. Cultivar las plantas en invernadero hasta que se trasplantan al aire libre representa una utilización excelente del espacio que ofrecen los invernaderos. Una vez que las plantas se pasan afuera en primavera, otro grupo puede propagarse y permanecer en el invernadero hasta terminar la maduración.

Trasladar las plantas de maduración tardía que crecen al aire libre en contenedores transportables, cuando llega el fin de la temporada, las protege de las inclemencias. Añadir lámparas suplementarias, ya sean de sodio o de halogenuro metálico, durante las horas diurnas acelera la maduración y aumenta el rendimiento en comparación con la acción única de la luz otoñal, de intensidad cada vez menor. 

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