Los agentes patógenos
En este artículo vamos a hablar de los agentes patógenos más frecuentes en nuestros cultivos, a fin de poder conocer mejor cómo surgen, cómo atacan a nuestras plantas, cómo son y las consecuencias reales para la salud que conlleva el consumir plantas que se encuentren infectadas o con esporas. Al poder conocerlos mejor también nos resultara más fácil prevenirlos y combatirlos.
Oídio
El Oídio es un tipo de hongo parásito que se encuentra clasificado dentro del reino Fungi y en la familia de las Erisifáceas. También suele ser habitual denominarlo o llamarlo vulgarmente “el mal blanco”. Se manifiesta a la vista en nuestras plantas muy clara y fácilmente, ya que ataca sus partes aéreas de una forma aislada al comienzo, para luego expandirse con gran rapidez por toda la planta, pudiendo llegar a dañar, ya no solo toda la planta en sí, sino toda el área de cultivo en poco tiempo.
La gran ventaja es que el síntoma más determinante y característico que es la aparición de manchas blancas de una forma puntual al principio, para hacerse más generalizada en las hojas de la planta, llegando a cubrirlas en buena medida con su micelio -éste tiene un color o tono que va de grisáceo a blanquecino o blanco- de aspecto y textura o tacto algodonoso.
De todas formas, estos síntomas nos resultan indicativos del desarrollo normal del Oídio, ya que si se diese el caso de un ataque que llegase a ser muy severo y agresivo, este hongo podría llegar a hacer que la planta amarillease prácticamente todas las hojas y después se secase.
¿Cómo combatimos el Oídio? ¿qué se puede hacer?
Por experiencias de muchos cultivadores y propias, ante cualquier agente patógeno lo más importante es la prevención y control, es lo más eficaz y económico para evitar la proliferación y desarrollo del Oidio o de cualquier otro agente patógeno que quiera acosar o invadir nuestros cultivos. Pero si aun con todo (mantener unas medidas básicas de control y prevención correctas), el cultivo o plantas llegasen a resultar dañadas por este hongo, lo más conveniente (al igual que explicaremos con otros patógenos) sería, antes de llevar a cabo cualquier tipo de tratamiento, la eliminación mediante la retirada o poda de las partes infectadas o con principio de estarlo que se vean en las plantas.
Una vez hecho esto, podremos tratar a nuestras plantas con algún fungicida (actualmente existe algún fungicida biológico que va muy bien contra el oídio). Deberemos tener cuidado al eliminar las partes dañadas de no tocar con las manos o tijera plantas sanas sin antes lavarnos y quitarnos los guantes, a fin de evitar propagar las esporas del oídio.
También se puede aplicar algún remedio casero clásico como es el bicarbonato de toda la vida, el de casa, usando un par de cucharillas de postre pequeñas de bicarbonato por cada dos litros de agua que una vez mezclado y disuelto vamos a aplicar a nuestras plantas con un pulverizador y empapándolas bien siempre y cuando se encuentren en fase de crecimiento, ya que si lo realizamos en floración dañaríamos las flores.
Fusarium
Hablar del Fusarium es hablar de uno de los patógenos más duros y temidos por cualquier agricultor o cultivador. Se trata de un hongo filamentoso del reino Fungi de la familia Nectriaceae y del genero Fusarium, que se encuentra ampliamente distribuido por el suelo, siendo capaz de sobrevivir en agua, suelos y alimentándose de materiales en descomposición. Es fácil que aparezca tanto en exterior como en cultivos interiores por igual, sobre todo aquellos que se realizan con sistemas de cultivo hidropónicos o recirculación de agua, donde el Fusarium encuentra las condiciones y parámetros más que favorables para atacarlos.
Año a año produce devastadores, cuantiosos y continuos daños en gran variedad de cultivos agrícolas por todo el mundo (incluida nuestra querida planta favorita) como también podredumbres de raíz en las plantas o muerte en los semilleros de clones y de brotes nuevos. Su ataque es letal y actúa colonizando las raíces de las plantas para que ya una vez colonizadas éstas y los conductos de las mismas, continúe tapando los vasos de los conductos y haciendo a la planta amarillear, marchitar y mostrar una base del tallo con síntomas claros de calcificación hasta que muere.
El Fusarium es un agente patógeno temible y causante de más de un centenar de patologías vegetales, entre las que desgraciadamente destaca llamativamente la denominada “enfermedad de Panamá” (los bananeros de Panamá-fusarium oxysporum). Además, está el tema de su casi inmunidad a cualquier remedio, al tener una amplia resistencia.
Debemos saber que es un hongo resistente a los fungicidas (a prácticamente todos), pero es que además hay que tener muy en cuenta que algunas especies de Fusarium llegan a producir unas toxinas altamente perjudiciales y peligrosas por su capacidad real para afectar gravemente a la salud de los seres humanos, si estas toxinas llegasen a entrar en la cadena alimentaria del hombre.
Estas toxinas se conocen por el nombre de “micotoxina” (micotoxina tricoteceno t-2) y para poder tener un ejemplo de su verdadero potencial llegaron a ser usadas en varias ocasiones y posteriormente pasaron a estar prohibidas en la guerra bacteriológica, para acabar siendo unos años más tarde el famoso “agente verde” que el gobierno norteamericano estudió para utilizar en el plan antidroga del “Plan Colombia” contra las plantaciones de hoja de coca.
¿Como combatimos el Fusarium? ¿Que se puede hacer contra él?
Una vez más, y comprobaremos que será una pauta repetitiva a lo largo de las próximas líneas, hablaremos de la prevención y el control. Para evitar problemas y disgustos innecesarios, la mejor manera de luchar contra el Fusarium es la prevención, y esta vez nos resultará muy económica y cómoda, ya que nos bastará con preparar un riego a todas nuestras plantas en el momento del trasplante al tiesto o maceta definitivo con una solución de agua mezclada con Trichoderma Harzianum.
Se trata de un agente de control biológico de doble efecto beneficioso para nuestras plantas (y que resulta totalmente efectivo como preventivo) ya que coloniza la raíz y evita así que otro hongo lo haga, pero además de evitar que otro hongo colonice a la planta, también realiza una función de ayuda a las raíces de nuestras plantas favoreciendo considerablemente la estimulación del desarrollo radicular que hará que nuestras plantas estén más fuertes y sanas.
Después de haber aplicado el Trichoderma, podemos estar tranquilos en lo referente al Fusarium ya que nuestras raíces colonizadas están plenamente protegidas.
Botrytis
La Botrytis se encuentra catalogada dentro del reino Fungi, es un hongo Ascomicetes de micelios tabicados que produce ascosporas endeogenas (si realiza reproducción sexual) o sino también mediante conidios: esporas asexuales e inmóviles formadas directamente a partir de una célula conidiogena para una reproducción asexual.
Este agente pátogeno cuenta con unas 22 especies conocidas de Botrytis, a las que debemos añadir un híbrido. Se puede encontrar en ambientes terrestres y acuáticos, incluso en la madera, estiércoles, uñas, suelo, plumas, etc., llegando incluso a poder ser parásitos del ser humano.
Pero en lo que se refiere a las plantas, es causante de diversas enfermedades descritas en la fito-patología o ciencia que se encarga del conocimiento, diagnóstico y control de las enfermedades que afectan a las plantas. El hongo de la Botrytis actúa induciendo a la muerte celular de la planta atacada, lo que conlleva un decaimiento progresivo y continuo de una forma generalizada en las plantas, en las zonas que se encuentran o resultan afectadas por donde el hongo toma sus nutrientes.
Resulta una plaga patógena más habitual en los cultivos de exterior, bien sean cultivos situados en balcones, huertas o en invernaderos(en este caso mediante el uso de ventiladores y de extractores podríamos crear un clima más adverso en lo referente a humedad y temperatura para que los patógenos no se desarrollen con tanta comodidad) aunque no la podemos ni mucho menos descartar en los interiores, ya que si se dan los parámetros adecuados prolifera sin problemas y más si nuestras flores suelen salir grandes, densas y compactas (estas no respiran tan bien como las de tamaño medio o pequeño) siendo ahí donde pueden hacer acto de presencia.
En el caso de que tras un control rutinario de nuestras plantas apreciemos alguna parte de la planta, bien sea cogollo o rama infectada, deberemos proceder inmediatamente a la retirada de esa parte infectada e incluso quitar la flor o flores que estén tocando, aunque estas no parezcan infectadas, debemos ser rigurosos y no pensar en quitar lo menos posible a fin de perder poco, sino lo que sea necesario.
¿Cómo combatimos la Botrytis?
La Botrytis ataca las flores o frutos, incluso a los bulbos y hojas, generando podredumbre. Para combatir la Botrytis, lo más eficaz es la prevención y control una vez más. Observar bien como están nuestras plantas y en cuanto notemos la mínima señal, deberíamos de cortar la zona afectada para evitar se extienda.
Tener una planta con un régimen de alimentación correcto y equilibrado, no haber cometido errores de peso a lo largo del cultivo o no haber sometido a cualquier tipo de estrés a la planta debería llevarnos a una planta o plantas sanas y fuertes, lo cual debe de hacer más difícil el ataque y colonización de cualquier plaga a nuestra planta, si lo sufre será más resistente al ataque.
Ahora bien, una vez hay flor y si entra el hongo no soy partidario de pulverizar a la planta con nada. ¿Por qué? por la sencilla razón de que darle más agua al cogollo es favorecer a las esporas y los hongos a que se desarrollen más, ya que la humedad penetrara en nuestras flores, pero será más difícil que salga por lo que gran parte se quedará dentro y solo favorecería a las esporas.
Otra cosa es que el ataque se de en crecimiento, en ese caso y sin la presencia de flores en nuestras plantas, no estaría mal utilizar algún producto, a ser posible biológico, para poder combatir y controlar ese ataque antes de que comience la floración.
Alternaria
La Alternaria es un hongo ascomiceto (ascomycotos) que se encuentra en el reino Fungi. Es de la familia Pleosporales y del genero pleosporaceae, que se reproduce por esporas, tratándose además de un patógeno conocido por su capacidad para producir daños, que es igual a su capacidad de resistencia.
Para que nos hagamos una idea de su capacidad real de ataque y producción de daños, basta con decir que es el responsable de aproximadamente un 20% de las pérdidas mundiales anuales agrícolas totales (las causan algunas de las 44 especies distintas de Alternarias que existen). Resulta ser peligrosa incluso para el propio ser humano y los animales, ya que puede producir afecciones tales como alergias, rinitis, asma y diversos trastornos de salud denominados Alternariatoxicosis.
Son omnipresentes en el ambiente (sus esporas se encuentran suspendidas en el aire, suelo, tierra, agua, etc.) y uno de los agentes activos en la descomposición. Pero no todo son aspectos negativos los que encontramos que posee este tipo de hongo, ya que se utilizan y con una buena efectividad como elementos de bio-control y controladores biológicos de especies de plantas invasoras (plantas no autóctonas que generan y producen determinados cambios en los ecosistemas naturales llegando incluso a hacer peligrar la biodiversidad), que inconscientemente y de forma insensata y errónea el ser humano introduce donde no debe.
¿Cómo combatimos la Alternaria?
La Alternaria se puede dar en cultivos de exterior y de interior, aunque donde más estragos causa desde siempre es en el exterior. Además, y tal como decíamos antes, resulta más que resistente a la hora de intentar erradicarlo, siendo un objetivo casi imposible.
Lo único que resulta eficaz es mantener un control continuo y ante cualquier síntoma quitar la planta o plantas que lo presenten del área de cultivo. Resultará más práctico sustituir las plantas de un área de cultivo que combatir la alternaria para eliminarla, algo que no conseguiremos.
Recordad que la mejor forma de evitar que cualquiera de estos agentes patógenos u otros nos invadan el cultivo y dañen a nuestras plantas es la prevención y control asiduo de las mismas, ya que siempre resultara más fácil atajar una infección si no damos tiempo a que se extienda y se propague. Huguillo