Dana Valencia capítulo 2. Top Crop ya está en marcha
Los días después de la Dana, en Valencia conducir es sinónimo de coches parados en un atasco, de paciencia al limite, de gente cansada de lodo y atascos. El camino hacia la nave de Top Crop tiene también ese aderezo de aventura y pena, de Far West triste.
En un momento de especial embotellamiento siento que me han golpeado por detrás. Echo el coche a un lado, busco en la guantera los papeles del coche y me pongo las botas para salir sobre un charco. Compruebo que mi coche no tiene daños porque lo ha protegido la bola de enganche. Miro al otro conductor, es un señor de pelo blanco, corto, delgado, detrás de sus gafas la mirada está perdida. Por delante no tiene daños apreciables, porque estábamos casi parados, pero por detrás le ha impactado otro conductor mucho más joven, muy moreno, que sale con aire de normalidad y pregunta “¿qué paso?”. Hay algo de improcedente, ahora, en esa pregunta. El señor mayor se vuelve y responde “¿qué paso?”, “pues que sacaron a mi vecino de un garaje, eso es lo que pasó”. Así que les digo ¿A mí me necesitan? El señor me mira con cara de extrañeza, mira la parte delantera de su coche, me mira otra vez y dice “no”, “¿seguro que no me necesitan?”, “no”, “pues entonces me voy”. Y me quito las botas otra vez, antes de unirme de nuevo al atasco hacia Masanasa.
El preludio ya anunciaba la temperatura en Masanasa y la entrada lo confirma, torres de coches destrozados y charcos infinitos, a lo piscina olímpica de humor amarillo. Uno de los mas grandes está a la entrada, como aviso último, el que cometa la imprudencia de traspasarlo, ya sabe a donde se dirige.
Hay algo de desesperación y soledad en como luchan las pequeñas naves de Masanasa, algunas parecen tenerlo bajo control, pero la mayoría siguen pugnando contra el lodo una semana después, alguna incluso con la persiana reventada. El GPS se confunde hasta sin atasco y me lleva a la mitad de la calle, donde hay varias personas en un corro improvisado, antes de empezar a sacar barro. No saben donde está Top Crop. Conduzco entre charcos a bulto, hasta que encuentro la nave, dejando en el coche un customizado Valencia 2024 inconfundible.
Al llegar a Top Crop me recibe una formidable barricada de lodo endurecido. En cambio, dentro de la nave parece que tiene la situación bajo control. Top Crop es una Spin Off de Hemp Trading y la casa madre mandó los primeros días a casi todos los trabajadores a limpiar en Top Crop. Además el equipo de mantenimiento de Hemp Trading, Emilio y Alfonso, en vez de acudir directos a la emergencia, invirtieron tiempo en hacer su propia maquinaria. Por ejemplo, construyeron una especie de pala quitanieves casera que engancharon a un toro mecánico para sacar barro. Así se formo la barricada de lodo exterior, todo estaba dentro de la fabrica, de donde lo sacaron con paciencia. La Dana les estropeó fertilizante embotellado y materias primas, además de miles de etiquetas ya impresas en distintos idiomas.
Tras los primeros días el equipo de Hemp Trading volvió a sus tareas, pues el almacén central quedo a salvo del lodo y reanudó pronto su actividad, si bien con problemas logísticos derivados de los megaembotellamientos de Valencia. En ese momento el equipo de mantenimiento de Hemp Trading se quedó solo ante la gran nave, cientos de metros de fango húmedo. Ya que es western podríamos titularlo “Duelo en el barro” o “tres hombres y un destino”. Como no tenían presión de agua, se hicieron con depósitos de mil litros que van moviendo por la nave, junto a una hidrolimpiadora profesional. Detrás pasan con unos cepillos de espuma XXL que también han construido ellos. Así, poco a poco, recuperaron primero la zona de la factoría. La ventaja de la fabrica de Top Crop es que la principal maquinaria está en alto, por lo que casi no quedo afectada.
Además son maquinas clásicas, de las que arreglas con una llave inglesa y un destornillador, les cambias un fusible y vuelven a la carga. Efectivamente, Emilio me confirmó que solo tenía que cambiar una pieza eléctrica para intentar arrancar la maquinaria. Días después me cuenta que ya han hecho las primeras pruebas y ha arrancado la maquinaria. Ahora, mientras los fertilizantes de Top Crop vuelven a embotellarse, el equipo sigue sacando los restos de lodo del inmenso almacén.
A la salida de la factoría más y más lodo. Algunos almacenes siguen tan llenos como el primer día, con las puertas rotas, como si los dueños hubieran renunciado a rescatarlos. De pantalla final un túnel con un charco en el fondo, de esos que cuando entras te preguntas si saldrás. Recuerdo el accidente y el señor con el vecino en el garaje. Luego la abogada Gabriela Sierra me diría que técnicamente, según la ley, tenía que haberme quedado a rellenar el parte, pero cuando estás en Saigón, firmar papeles no es tan importante.