Cultivo indoor biologico con sog

Elizabeth Erhardt
11 Nov 2022

En este detallado artículo te explicamos cómo sacar la máxima calidad, a la vez que una gran producción, por encima del gramo vatio, gracias a la combinación de un sustrato completo con el estilo de cultivo denominado Sea of Green.


Artículo escrito por Xan Castro

 

Cuando empecé a cultivar marihuana a mediados de los 90, Internet no estaba tan desarrollado como lo está actualmente, y era muy difícil encontrar información sobre este tema. Además, aún no había ni growshops ni revistas sobre el cultivo de marihuana en España.

Comienzos del autocultivo de marihuana en España

La únicas fuentes a las que tenía acceso en esa época eran el libro “Manual para el cultivo de marihuana” de Mel Frank y Ed Rosenthal publicado por Alacet (en el que se explicaba cómo cultivar en interior con fluorescentes) y un artículo sobre cultivo que había sido publicado en el Especial Marihuana de la revista Ajoblanco, ambos de 1996. Aunque yo siempre había sido fumador de hachís, desde ese momento me cautivó la idea de poder conseguir mi propio suministro de Cannabis sin tener que depender de nadie más que de mí mismo.

Los primeros intentos de proveerme de yerba de autocultivo fueron cultivos de ventana, en macetas, con abonos de floristería (para flores ornamentales, no para plantas de consumo humano) realizados con unas semillas que había conseguido un amigo mío a través de un cultivador que producía sus propias semillas. La primera vez que probé fue un éxito, aunque era bastante incómodo, ya que tuve que trasladar las plantas de una habitación a otra cada 12 horas para forzar la floración. Conseguí bastante más producción de la que esperaba y logré polinizar un par de cogollos para aprovisionarme de semillas para futuros cultivos, sin polinizar el resto de las plantas.

Con el ánimo subido por ese gran primer resultado, me propuse volver a repetir la experiencia en los años siguientes. Para ahorrarme el andar trasplantando varias veces las plantas, germiné las semillas y las puse directamente en un tiesto de 20 litros. Este fue el primer gran error que cometí como cultivador. Al ser las plantas tan pequeñas, los tiestos tan grandes y yo tan inexperto, no fui capaz de realizar un riego adecuado. Los tiestos tenían un nivel de humedad demasiado elevado y el resultado fue que los dos años siguientes fui incapaz de conseguir ni un solo cogollo, ya que las plantas solo echaban dos hojas que se morían cuando salían las dos siguientes, y ninguna de ellas llegó a medir más de 10 centímetros.

A partir de 1997 empezaron abrirse tiendas y a publicarse revistas de cultivo y la cosa cambió radicalmente. La información empezó a circular, se comenzaron a comercializar semillas de bancos holandeses, lámparas de sodio para cultivo de interior, abonos específicos, etc. Cuando en 1999 abrió un grow en mi ciudad, monté mi primer cultivo indoor con lámparas de sodio y semillas holandesas, unas Skunk#1. Se me dio bien y no he dejado de cultivar desde entonces. Esta afición me ha permitido conocer a muchos cultivadores, así como asistir a gran cantidad de cursos y seminarios. De este modo, he podido ir aprendiendo trucos y técnicas tanto de unos como de otros. A lo largo de estos años llenos de aciertos y errores, he desarrollado mi propio método para cultivar en interior, que es lo que voy a compartir en este artículo. Me centraré más en la fase de floración, que es en la que mi sistema es más particular.

Lo primero a tener en cuenta, si quieres cultivar en interior con lámparas, es que tienes que crear un espacio donde las plantas puedan vivir cómodamente. Para ello debes intentar reproducir un ecosistema en miniatura, intentando recrear las condiciones climáticas que son favorables para el adecuado desarrollo de la planta. Este es un punto muy importante, ya que si el espacio donde vas a cultivar no cumple estas características, no obtendrás un buen resultado, independientemente de la genética o los abonos que uses.

Luminarias para la marihuana ¿sodio o LED?

Aunque, después años vendiendo humo, hoy en día algunas luminarias de LEDs son muy eficientes, yo siempre he cultivado con sodio y sigo haciéndolo hoy en día. No he cambiado la iluminación por varias razones. Mi sistema funciona de forma eficiente. Si cambio el sodio por LEDs tendría que adaptar la circulación del aire y, quizás, utilizar calefactores, ya que estos últimos generan una temperatura mucho más baja que el sodio durante su funcionamiento.

O sea, que no valdría simplemente con cambiar las lámparas y seguir cultivando como siempre, sino que tendría que volver a ajustar todos los componentes que generan las condiciones climáticas del indoor, hasta volver a conseguir el ecosistema adecuado y adaptar mi forma de cultivo a las nuevas circunstancias.

A esto hay que añadir que el ahorro energético que supone cultivar con LEDs en lugar de sodio no es tan elevado, ronda el 20%, y el precio de las lámparas de LEDs, con una calidad apropiada para un cultivo satisfactorio, aún es desorbitado. 

Según mi experiencia, la distancia óptima para poner las lámparas con respecto a las plantas es la menor posible, ya que las luces reducen su eficacia cuanto mayor sea la distancia. Por lo tanto, harás un mejor aprovechamiento de la luz y conseguirás mayor producción cuanto menor sea la distancia entre la punta de las plantas y la bombilla. La distancia mínima variará según diferentes factores como la temperatura de cultivo, la disponibilidad de agua de las plantas, el número de veces que se ha cultivado con esa bombilla, etcétera. A pesar de que se suele recomendar colocar las lámparas de sodio a unos 40 o 50 centímetros de las puntas de las plantas, si las condiciones son adecuadas, puedes cultivar a unos 15 centímetros de distancia de una lámpara de 600 vatios sin quemar las plantas, así conseguirás una mayor producción.

esquejes
Esquejes justo antes de pasar a floración.

Circulación del aire y marihuana

Además de la iluminación, otro factor importante dentro del cultivo de interior es la correcta renovación y circulación del aire dentro del espacio de cultivo. Logré optimizar este aspecto tras asistir en junio de 2008 al seminario “Control de clima y estimuladores orgánicos” impartido por la marca de fertilizantes BAC. Los extractores e intractores nos ayudan a mantener unas condiciones de temperatura y humedad relativa idóneas para el cultivo, y aportan a las plantas aire del exterior rico en CO2, necesario para su correcto desarrollo.

Un excelente producto para mejorar la distribución del aire que impulsa el intractor dentro del cultivo es el Airsock. Un tubo de tela de varios metros de longitud, cerrado al final, que se coloca en la boca del intractor y reparte la salida de aire por toda su longitud. Así conseguimos que el aire con alto contenido en CO2 llegue a todas las plantas del cultivo y no solo a las que están cerca de la boca del intractor.

Hasta ese momento, mi intractor estaba colocado en el suelo, debajo de la estructura de madera en la que están los tiestos. De esta forma, el aire fresco que entraba del exterior no podía ser aprovechado correctamente por las plantas. Lo que hice fue añadirle un tubo para que la entrada de aire quedase a la altura de las plantas.

Coloqué una unión en forma de T al final del tubo, puse un airsock en cada una de las dos bocas de la T, y los situé por el perímetro del cultivo a la altura de las plantas, para que el aire que entra de fuera se distribuya de forma homogénea por toda la superficie de cultivo. El extractor debe colocarse en el centro de la parte superior del indoor, para que elimine el aire pobre en CO2 que, al ir aumentando de temperatura por el calor que emiten las lámparas, tiende a subir.

En ese seminario también aprendí a situar y hacer un buen uso de los ventiladores. Hasta entonces colocaba uno o dos ventiladores apuntando a las plantas para fortalecer su tallo, como recomendaban casi todos lo manuales de cultivo. Desde mi punto de vista este es un gran error, ya que cuando lo hacía era muy habitual que se secaran (e incluso murieran) las plantas que estaban más cerca de los ventiladores.

La función de la ventilación no es fortalecer el tallo de las plantas, sino generar una corriente aire dentro del espacio de cultivo que iguale las condiciones de temperatura, humedad relativa y acceso a aire rico en CO2 en toda su superficie. Así conseguimos que las necesidades de una planta (por ejemplo de riego) sean las mismas, esté situada debajo de la lámpara o en una esquina del indoor. La manera de lograrlo es poner cuatro ventiladores, cada uno al lado de una esquina y apuntando a la pared que tiene enfrente, para generar una corriente de aire circular.

Si el espacio de cultivo es muy pequeño, puedes conseguir este efecto poniendo dos ventiladores en el medio de la pared enfocados el uno hacia el otro. La altura a la que deben estar colocados es o por encima de las lámparas o entre las lámparas y la punta de las matas, mirando hacia el frente, nunca enfocados hacia las plantas. Al realizar estos dos cambios mi forma de cultivar, ya que las plantas empezaron a desarrollarse mucho mejor y aumentó espectacularmente su producción.

quince
Quince días de floración

Variedades de marihuana

Una vez que tienes el espacio con las condiciones adecuadas creado, lo siguiente es contar con una buena genética. Hoy en día esto es algo sencillo, ya que hay una gran cantidad de bancos de semillas con variedades excelentes o cultivadores con genéticas elegidas desde hace años, de las que puede conseguirse un esqueje.

He seleccionado madres y plantado esquejes desde hace mucho tiempo. Aunque siempre he sido partidario de buscar hembras puras a partir de semillas regulares, las fotos que acompañan este artículo son de un cultivo realizado con clones de Utopía, del banco Absolute Cannabis Seeds, porque me da buenos resultados y me gusta un montón.

Crecimiento y poda del Cannabis

Aunque me voy a centrar sobre todo en la fase de floración, es importante destacar que partas de esquejes o de semillas, un buen crecimiento es fundamental. Unas plantas sanas y bien desarrolladas durante el crecimiento darán mejores resultados en la fase de floración. Enraízo los esquejes con Jiffys en mini-invernaderos y una vez asoma la raíz, los trasplanto a tiestos de 1 litro y les doy unos días de crecimiento.

El siguiente paso es muy parecido a un Sea of Green (SOG). Cuando paso los esquejes a floración, los trasplanto a tiestos de tres litros y coloco el máximo de macetas posibles, en mi caso meto 126 plantas en en un poco menos de 3 metros cuadrados. Aprovecho el momento del trasplante para realizar la poda. Les corto todas las hojas y las ramas, dejando solo la punta y, si está muy próximo a ella, el siguiente par de hojas. En ese momento miden entre 15 y 20 centímetros y cuando acaben la floración no medirán más de 50.

Lo que se consigue con este tipo de poda es concentrar toda producción de la planta en los 30 centímetros superiores, la zona más cercana a las lámparas, donde la luz es más eficiente. Al condensar toda la producción en ese espacio, se cosechan cogollos más gordos y se evita tener que pelar y procesar toda esa serie de micro cogollos que nacen en las zonas inferiores de las plantas, donde casi no penetra la luz, cosa que odio hacer.

Cantidad y calidad en el autocultivo de marihuana

Hay muchas maneras de cultivar, unas más centradas en la producción y otras que lo están más en la calidad del producto final. En febrero de 2009 asistí en Barcelona a otro seminario de cultivo, en este caso de la empresa Canna. En él tuve ocasión de coincidir con Jaime Carrión, a quien ya conocía, que acababa de ganar un premio en la High Times Cannabis Cup de Ámsterdam con la Cannatonic y era uno de los ponentes del seminario.

Charlando con él y con Jorge Cervantes en uno de los descansos, Jaime nos enseñó dos cogollos de esquejes de la misma madre cultivados de forma diferente. Uno de ellos había sido cultivado con la productividad como objetivo. Era el tipo de cogollo que estamos acostumbrados a ver: grueso, pesado, de color verde.

En el cultivo del segundo se había buscado la calidad final del producto. Este era de un color casi negro y mucho más pequeño que el anterior, a su lado parecía un recién nacido junto a un enorme culturista que ha tomado esteroides. Sin embargo, este segundo cogollo tenía más THC que el anterior y había desarrollado una relación de terpenos diferentes que hacían mucho más apreciable su olor y sabor. Desde entonces, y ya que cultivo para mí, he procurado primar la calidad sobre la cantidad en el resultado de las cosechas.

manicura

Supersoil y floración de la marihuana

La fertilización que realizo en mis cultivos es completamente orgánica. Para la fase floración, elijo un sustrato poco abonado con certificado para agricultura ecológica y preparo mi propia mezcla. A cada 50 litros de tierra le añado 10 litros de humus de lombriz, medio kilo de guano de murciélago y microorganismos, hongos y bacterias, que establecen una relación simbiótica con las plantas y son indispensables para la correcta absorción de los abonos orgánicos por parte de los vegetales.

Desde este instante y hasta el momento de la cosecha, no vuelvo a abonar. Riego solo con agua del grifo, ya que tengo la suerte de que, en la zona en la que vivo, el agua es de la calidad idónea para el cultivo de marihuana. El nitrógeno que aporta el humus se acaba al mes de floración y las hojas de las plantas comienzan a ponerse amarillas, mientras que la planta va utilizando el nitrógeno presente en las hojas más antiguas.

El segundo mes de floración las plantas tienen una pinta horrible, con todas las hojas grandes retorcidas y de color amarillo o marrón, pero con buenos cogollos. El guano aporta los suficientes nutrientes para una adecuada floración y yo no crio ni tallos ni hojas, sino flores. La razón por la que hago esto es por el tema de la calidad que comenté anteriormente.

La clorofila, formada fundamentalmente por nitrógeno, es la mayor culpable de que la marihuana rasque cuando se fuma y además, por lo que he leído, el ciclo de metabolización del nitrógeno en el cuerpo humano podría ser cancerígeno. Lo que finalmente se consigue al racionar el nitrógeno a las plantas durante la fase de floración, son flores con menos clorofila y mejor sabor.

Riego por inundación en la marihuana

Otra particularidad de mi modo de cultivo es el tipo de riego, ya que es por inundación. En mi indoor toda la superficie está ocupada por el cultivo. No puedo montar un riego automático, ya que los goteros se atoran con los abonos biológicos y no tengo ni grifos cerca ni un desagüe en el cuarto. Como las bandejas de medidas estándar tampoco se adaptaban a mi espacio de cultivo, que mide 1,5 x 2 metros, lo que utilizo son unas bandejas de cultivo a medida que miden 50 centímetros de ancho, tienen un borde de 7 centímetros y de largo se pueden cortar a cualquier medida.

Yo tengo tres bandejas de 2 metros de largo y en cada una de ellas coloco 42 tiestos de 3 litros. La cantidad de agua por riego no debe de superar el 10% del volumen de la tierra que se quiera regar. Como yo tengo 42 macetas de 3 litros en cada bandeja, eso suponen 126 litros de tierra en total, por tanto, los riegos deben de ser con un máximo de 12,6 litros de agua cada vez. Yo vacío dos garrafas de 5 litros de agua por bandeja cada dos o tres días y riego las 126 plantas en menos de cinco minutos.

Tras 60 días de floración, corto las plantas. No superan los 50 centímetros y dan un rendimiento de 10 gramos por planta, aproximadamente. Toda la producción se concentra en la parte superior de las plantas y en un solo cogollo central y alguno secundario, también de buen peso y tamaño, muy fáciles de manicurar.

En tres metros de superficie, con dos lámparas de 600 vatios (provistas con reactancias electrónicas así como bombillas y reflectores de calidad), abonos orgánicos y con un tipo de cultivo que potencia la calidad frente a la producción, consigo un resultado que está cercano a los 1.300 gramos de cogollo seco por cada cosecha. Para obtener estos resultados es fundamental escoger bien la genética con la que vas a trabajar. Yo he elegido Utopía porque, además de producir un gran cogollo central, flores muy densas, tener pocas hojas y ser muy fácil de cultivar, me encanta su sabor, aroma y efecto. Es de destacar que, a pesar de ser un banco pequeño, todas las variedades de Absolute Cannabis Seeds que he probado me han dado un gran resultado.

Espero que estas experiencias y trucos que he ido aprendiendo durante años y que he compartido contigo puedan servirte de ayuda en tus próximos cultivos. Que tengas mucha suerte.

#AutocultivoOBarbarie.

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Elizabeth Erhardt