Cuando se criminaliza a los enfermos
Todo comenzó el pasado miércoles 22 de febrero, cuando dos policías vestidos de paisano acudieron al Centro de Atención a Minusválidos Físicos (CAMF), ubicado en Ferrol, A Coruña. Cuando entraron al recinto, buscaron a Juan Manuel Rodríguez, uno de los residentes del centro, de 45 años y tetrapléjico.
Juan Manuel estaba en ese momento fumándose su medicamento, unos cogollos de cannabis medicinal que utiliza desde hace décadas para paliar su dolor crónico de origen neuropático. Tras identificarse como agentes de la ley ante la víctima, comenzaron a recriminarle que estaba consumiendo marihuana, y le comunicaron que iban a tener que interrogarle.
Juan Manuel fue conducido a una sala y comenzaron a preguntarle sobre su consumo de cannabis medicinal. No conformes con eso, se dedicaron a intentar sonsacar información sobre dónde había conseguido la marihuana, quién se la proporcionaba y quién le liaba los porros que él, por su incapacidad física, no podía liarse por sí solo.
Tras concluir con el interrogatorio, los agentes procedieron a cachearle y le incautaron todo el cannabis medicinal que poco antes le había sido entregado por la persona que le ayuda a consumirlo, siendo consciente de que es su mejor alivio frente a los dolores que padece a diario.
Los agentes le comunicaron a Juan Manuel que se le podría imputar por tráfico de drogas, y además le presionaron para que revelase el nombre de las personas que le ayudan a conseguirlo y consumirlo, a lo que la víctima se negó. Durante todo el procedimiento, Juan Manuel no contó con ningún abogado que le defendiera, a pesar de que él mismo comunicó que le gustaría realizar dicho procedimiento con un abogado.
Finalmente, se le requisó todo el cannabis y le comunicaron que sería sancionado con una multa. Días después, la policía fue a por un amigo de Juan Manuel, cuando éste se encontraba en la calle con su mujer, y tuvo que ir a comisaría para ser interrogado sobre la relación que tiene con Juan Manuel.
Juan Manuel sigue en su centro de Ferrol, sin cannabis medicinal para paliar sus dolores. Tanto él como sus seres queridos más cercanos están siendo investigados y vigilados, además de estar amenazados con enfrentarse a cargos penales por ayudar a Juan Manuel a medicarse con la única medicina que consigue paliar sus dolores.
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