Sabini: En el futuro vamos a tener que pensar no sólo en cannabis en Uruguay
Sebastián Sabini en entrevista con Soft Secrets antes que se votara el proyecto de regulación del mercado de cannabis en Uruguay. Es un diputado joven para la media de los políticos uruguayos: tiene 32 años. Integra el mismo partido que el presidente José Mujica y es uno de los motores políticos para que se aprobara la ley de regulación del mercado de marihuana en la Cámara de Diputados el 31 de julio pasado. El proyecto de ley permitirá el cultivo en el hogar, la compra en farmacias y los clubes de membresía. Los cultivadores podrán almacenar hasta 480 gramos por hogar y estar cultivando hasta seis plantas de efecto psicoactivo. De todo ello hablamos con Sabini.
Entrevista con Sebastián Sabini, diputado uruguayo impulsor de la ley de regulación del cannabis
-¿Cómo viviste la repercusión en la región de la votación al proyecto de regulación del mercado, que todavía debe estudiar el Senado?
-Uruguay ha estado en la tapa de los diarios del mundo por el fútbol, por un presidente muy particular y porque estamos presentando proyectos que están cambiando la idea en torno a ciertos temas como el aborto y el matrimonio igualitario. En esto de la marihuana somos los primeros en tomar una medida tan radical en el sentido de ir al fondo del asunto y de cambiar las cosas desde el origen.
Es raro, pero nos reubica en la posición que tiene Uruguay en el mundo. En este tipo de cosas podemos llevar una política que sea más sensata a escala regional, y creo que ese es un factor para que del proyecto se haya hablado en todo el mundo.
-¿Es parte del asunto que esta iniciativa contagie a la región?
-Hay que reconocer que el Informe sobre el Problema de las Drogas en América de la OEA plantea -al menos en tres de los cuatro escenarios- el apoyo a pensar nuevas estrategias para el combate al narcotráfico y pone de manifiesto que el problema no es tanto la droga sino el narcotráfico. Creo que es importante para la reflexión colectiva, porque al final las cosas que se quieran resolver se hacen peores.
Hay que tener un poco de memoria histórica para saber qué pasó cuando se regularon otros mercados y qué pasó cuando esos mercados se prohibieron. Esa es la riqueza del debate. Poder plantear una cuestión en términos integrales y no quedarnos solo en la consigna de la legalización o del autocultivo, sino ver todo el problema en su dimensión.
-Cuando presentaste el proyecto de ley que aprobó la Cámara de Diputados dijiste que éste no salió de un despacho, sino que fue un trabajo entre organizaciones sociales y especialistas también. ¿Cómo fue ese trabajo colectivo?
-La Comisión del Parlamento recibió a más de 50 delegaciones, pero además hubo treinta debates públicos organizados por todo el país. También hubo participación directa de organizaciones sociales en un grupo de trabajo para establecer propuestas y criterios en relación al proyecto. Nosotros no legislamos para ningún grupo empresarial ni grupo social alguno.
Pero con la sociedad civil hemos tenido un contacto muy grande para el proyecto. Una cosa que no se puede decir de todos los proyectos que vota el Parlamento y habla de un diálogo muy importante con la sociedad para tocar estos temas, incluso con las organizaciones que están en contra.
-Otra cosa que explicaste es que la propuesta uruguaya no es un ejemplo ni para el mundo ni para la región, sino para resolver un problema que hay en Uruguay.
-Se ha dicho varias veces que Uruguay va a ser un modelo para el mundo o para la región. Nosotros no realizamos una propuesta para ser un modelo sino para solucionar una serie de conflictos y problemas que tenemos en la sociedad uruguaya. El proyecto está hecho en esa medida. No sé si otros países pueden tomar esto como modelo.
Sí analizamos las experiencias de otros países para ver qué opciones tomar y en qué medida eso se ajusta o no a la sociedad uruguaya. Eso formó parte de nuestro método de trabajo, pero la intención y el objetivo de Uruguay no es ser un modelo para nadie, sino establecer una política para los uruguayos.
-Uno de los avances del proyecto son las garantías para el usuario eliminando las discrecionalidades a las que la policía y los jueces muchas veces sometían al usuario de marihuana. ¿Por qué?
-Esos son los efectos inmediatos de la ley, hasta pedagógicos podemos decir. Hasta 40 gramos vas a estar tranquilo que no te van a llevar preso por tener cannabis y a partir de eso el juez tiene que demostrar que si tienes más de 40 gramos efectivamente es para traficar, y lo tiene que probar. Es un avance importante para todos los ciudadanos, es uno de los cambios más trascendentes a la ley de estupefacientes y en el futuro vamos a tener que empezar a pensar en otras drogas y no sólo en el cannabis.
-Uno de los objetivos fundamentales de este proyecto es lo de combatir al narco quitándole una porción del mercado. La suspicacia popular dice que el mercado clandestino va seguir porque no se legalizan todas las drogas. ¿Como ves ese convivir de dos mundos?
-Es cierto que va a continuar el fenómeno del narcotráfico. Pero el cannabis es la droga ilegal más consumida en Uruguay y bastante más lejos están la cocaína o la pasta base. Vamos a regular el mercado negro en términos monetarios, vamos a sacar a unas 200 mil personas de ese círculo delictivo. Si no terminamos con el narcotráfico por lo menos le vamos a dar un golpe bastante duro.
-Luego que se votó el proyecto de ley, el candidato presidencial con más posibilidades de ser electo en 2014, Tabaré Vázquez, anunció públicamente que apoya el proyecto. ¿Cómo tomás ese espaldarazo?
-Es un respaldo al trabajo que se hizo y a la línea de Mujica para poner el tema arriba de la mesa y establecer regulaciones. Creo que es un respaldo muy importante y que despeja dudas. Está bueno que esto se haga público porque va a ayudar poco a poco a la aceptación de esta política y sus beneficios. Tabaré además de político reconocido es médico, y creo que ayuda mucho.
-Uno de los capítulos más criticados al proyecto es el del registro de los usuarios. ¿Por qué es necesario un registro?
-Los derechos de los usuarios están resguardados por varias disposiciones: en los registros se establece que la identidad estará protegida y que se preservará el anonimato de la persona, por tanto se resguarda su derecho al consumo. Los cultivadores deberán firmar una declaración jurada de que la cosecha es una tenencia para uso personal, también se protegen estos datos y lo mismo vale para los clubes de membresía. Este aspecto de regulación es necesario porque la marihuana no es legal en el resto del mundo.
En la sociedad moderna para casi todas las actividades que realizamos pasamos por algún tipo de registro y eso no es un problema para nadie en casi ningún ámbito. Y si fuera un problema con el cannabis es porque todavía estamos pensando en el modelo actual y no en el futuro, donde no existirá posibilidad de penalizar el consumo. Si bien es una medida antipática para algunos usuarios, es un costo relativamente bajo a pagar si comparamos que puede estar en juego la libertad de la persona en el modelo anterior.