Organización Mundial de Salud mantiene coca como sustancia controlada

Demian Jara
03 Dec 2025

La hoja de coca seguirá bajo estricta y tonta regulación internacional tras la reciente decisión de la OMS en diciembre de 2025. La revisión, impulsada por Bolivia y apoyada por Colombia, fracasó por el momento.


OMS mantiene hoja de coca bajo control internacional: un error

En diciembre de 2025, la Organización Mundial de Salud (OMS) resolvió que la hoja de coca continúe incluida en la Lista I de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes. Es decir, en el mismo nivel de control internacional reservado para sustancias como la heroína o la cocaína. Un disparate que solo muestra como algunas agencias de Naciones Unidas en sus Torres de Babel resuelven de espaldas a la realidad del mundo. En este caso de los pueblos de Los Andes.

La decisión se adoptó tras una revisión del estatus de la planta, iniciada en 2023 por solicitud del gobierno de Bolivia, con respaldo de Colombia, como parte de un proceso de “examen crítico” que evalúa si la inclusión de la hoja de coca en los tratados internacionales sigue estando justificada. 

El argumento central de la OMS fue que la hoja consigue una “fácil conversión” en cocaína: según el informe del órgano técnico responsable, la extracción de pasta de coca a partir de la hoja y su posterior purificación hacia cocaína son procesos relativamente simples, que no requieren conocimientos especializados ni infraestructura sofisticada. Además, la organización consideró que, con el aumento global del mercado ilícito de cocaína, reducir o eliminar los controles sobre la hoja de coca representaría “un riesgo especialmente grave para la salud pública”.

Aunque la revisión incluyó consideraciones sobre usos tradicionales, culturales e incluso posibles aplicaciones medicinales —un tema planteado por los gobiernos implicados—, la OMS concluyó que la evidencia científica disponible no era suficiente para justificar una reclasificación. Y claro, cómo va a ser suficiente si el sistema de control internacional no permite su investigación.

Historia, derechos y debates sobre la hoja de coca

La hoja de coca ha sido consumida durante milenios por pueblos andinos y amazónicos, con usos tradicionales, rituales, medicinales y alimenticios por los pueblos originarios de Los Andes en Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador. Sin embargo, desde la aprobación de la Convención de 1961 quedó incluida — sin un examen científico riguroso — en el listado de estupefacientes, prohibiendo su uso tradicional junto con sustancias altamente peligrosas

La petición de revisión presentada en 2023 buscaba corregir lo que muchos activistas y líderes indígenas califican de “error histórico y colonial”. Argumentan que la fiscalización global ignora derechos consagrados —como la autodeterminación, el uso cultural de plantas medicinales y la preservación de prácticas ancestrales— consagrados en instrumentos internacionales de derechos humanos. 

El dossier presentado por el gobierno boliviano para la revisión destaca las propiedades nutricionales, medicinales y culturales de la planta —usos que, según sus promotores, deberían permitir su uso regulado en su forma natural, sin que ello implique legalizar su conversión en cocaína. 

A la OMS no le gusta la coca: consecuencias inmediatas y críticas

Al mantener la hoja de coca bajo control estricto, la OMS cierra por ahora la puerta a su legalización, regulación de usos tradicionales o industriales, e investigación más amplia de sus posibles beneficios terapéuticos o nutricionales. Y también las amplias posibilidades económicas para los pueblos que milenariamente la usan.

Para organizaciones como International Drug Policy Consortium (IDPC), esta decisión representa un retroceso que desoye “evidencia clara” sobre seguridad en su uso natural y deja de lado los derechos de pueblos indígenas, perpetuando lo que califican de criminalización injusta.

Además, la clasificación —junto con sustancias extremadamente peligrosas— alimenta el estigma internacional sobre la hoja de coca y dificulta cualquier intento de reconocer su valor cultural o medicinal. Otra vez más el mundo se pierde de una planta sagrada para millones.

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