No todo hongo es malo
Los hongos son parte del suelo. Las bacterias colonizan al mundo y también al cannabis. Pero no todo elemento de este reino fúngico es malo. Los saprófitos son benéficos: convierten materias muertas en humus.
Por J. Searcher
Es un clásico, a finales de primavera, principios del verano, cuando se combina la temperatura alta y la humedad en los sustratos que contienen vida, se puede presentar un moho blanco sin que afecte a las plantas. Para comprobar la gran ayuda que pueden suponer los hongos, sólo hay que ver la gran cantidad de productos disponibles para crear vida en el sustrato y estimularla.
Hongos patógenos y saprófitos
Antes de alarmarse y acudir al growshop a protestar conviene distinguir entre los hongos patógenos, que transmiten enfermedades, y los saprófitos que contribuyen a convertir materias muertas en humus. Ludwig H. Pfenning y Lucas Magalhães de Abreu tienen un interesante artículo, "Hongos del suelo saprófitos y patógenos de plantas" donde revisan la bibliografía científica sobre la interacción de los sustratos y los hongos, además de detallar sus completos experimentos.
Explican que “en sistemas agrícolas, los patógenos de plantas y sus antagonistas son particularmente importantes. Los patógenos de plantas actúan en el suelo, en la rizósfera o infectan tallos, causando que las plántulas se marchiten y, por tanto, provocan grandes pérdidas”. En este mismo artículo explican que “sin embargo, la mayoría de los hongos que habitan en el suelo pueden ser considerados saprotróficos”.
Sobre el rol que cumplen “juega un papel clave en los procesos de descomposición, mineralizando y reciclando los nutrientes de las plantas. (…) El mantenimiento de la diversidad de hongos del suelo debería, por ende, beneficiar la agricultura sustentable mediante el suministro de nutrientes, una mejor estructura física del suelo y el control de antagonistas de los patógenos de las plantas en el suelo”.
Manejo de hongos en el sustrato
El estudio detalla que “las actividades agrícolas pueden afectar la diversidad de organismos presentes en el suelo, (que) juegan un importante papel en el reciclaje de nutrientes o son mediadores del equilibrio entre los patógenos y sus antagonistas”. Un caso sería la del cannabicultor que ve moho blanco en la tierra y riega con un fungicida, lo que convierte a todo el sustrato en inerte, por lo que luego inyecta vida externa en el suelo regando con diferentes productos.
Si no queremos ver el hongo en nuestras macetas basta con dejar uno o dos días sin regar la zona donde esté, el hongo encogerá hasta que no lo veamos, pero no desaparecerá. Es posible que del micelio salgan setas, se puede decir que la flor del micelio es el hongo o seta. Si el micelio tiene unas condiciones óptimas para florecer puede desarrollarse. Ni son perjudiciales, ni beneficiosas.
Hongos en sustratos de cannabicultura
El 90% de la corteza terrestre está miceliada. La diferencia entre un suelo de bosque lleno de humus vegetal, con una finca agrícola llena de nitratos, es que el primer suelo está lleno de vida, mientras que el segundo es casi esteril, por lo que necesita aporte externo de NPK.
Los microrganismos que aparecen en estos sustratos casi siempre son beneficiosos. Dentro de esta familia, los más comunes en nuestras tierras son los trichoderma, conocidos en la cannabicultura por ser beneficioso para el crecimiento de la planta. También aparecen especies que se encargan de liberar nutrientes de la materia orgánica y ponerlos a disposición de la planta, para que pueda absorberlos y beneficiarse de ellos. Aparte de estos beneficios, al tener el medio ocupado, los hongos patógenos que provienen del exterior lo tienen más difícil para introducirse.
Hongos y alimentación
Uno de los secretos de los cultivadores expertos es el manejo de microvida, en lugar de la adición indiscriminada de NPK. Incluso en Estados Unidos, existe una corriente cada vez más grande de cultivadores que buscan expresamente tener el mayor micelio en sus macetas. Llegan incluso a cultivarlo de manera independiente para después aportarlo a sus plantas.
Sin llegar a estos extremos, en Europa esta filosofía siempre estuvo en la base de la agricultura ecológica. En todo caso, los sistemas, donde se desarrollan y alimentan cepas específicas, ya están accesibles en muchos growshop, además aparecen cada vez más líneas de productos en esta dirección. Muchos cultivadores sibaritas orientan su cultivo a estimular la vida del suelo, sin llegar casi a abonar.
Cuando se pregunta a los ganadores de copas, el secreto en muchos casos es sustituir el NPK por microvida. Hace justo un año, en el número 4 del 2016, entrevistamos a un veterano cultivador, Ignasi de Monkey Products, Sativa World y Ripper Seeds. Sobre su forma de cultivar comentaba: “Buena genética y un sustrato bien preparado, con Trichoderma y microvida, para que la planta se desarrolle de una forma natural. En vez de hincharla de manera artificial, sacas la verdadera personalidad de la planta. Cuando te acostumbras a fumar yerba de esta calidad, ya no quieres otra cosa. Además, colaboras en limpiar el planeta”.
Por esto en Monkey Products los primeros productos que diseñan son el sustrato, el guano y el humus de lombriz, pues el primer objetivo es crear un suelo vivo que alimente la planta. Ignasi nos comentó sobre esto: “Mi ilusión, con Monkey Products, es hacer una linea de productos para hacer cultivos orgánicos. Es una convicción personal, como cuando abrí el growshop, lo hago porque creo en ello. El mundo agrícola se basa en prácticas que llenan la tierra y el agua de basura. Ya está bien de contaminarlo todo”.
Las funciones de los hongos son muy variadas y están relacionadas con el ciclo de la vida. Su presencia no es sinónimo de peligro, al contrario, en muchas ocasiones resulta una señal positiva de la vida del sustrato.