Miedo a las corporaciones del cannabis
Las corporaciones acechan tras el cannabis medicinal. Colombia y Chile son algunos ejemplos.
Son tantas las situaciones de saqueos botánicos. Para qué citarlos. Las industrias se han apoderado de tantos conocimientos y prácticas ancentrales. América Latina todavía llora el saqueo, no solo económico, espiritual, cultural sino también el botánico. ¿Cuántas especies vegetales alimentan a las grandes corporaciones? ¿Y cuántas de ellas vienen de América Latina? Es un número imposible de conocer.
Nuevamente los laboratorios de la industria farmacéutica global acechan. El cannabis se convertirá en poco tiempo en otro producto fácilmente exportable. El cannabis, muy probablemente, será un bien codiciado. Ya lo es. Será un commodity, como el arroz, la soja, la carne. ¿Será otro producto de la economía primaria? Ese tipo de economí no desarrolla valor agregado a lo primario, sino que se lo agregan en otro lado.
Colombia, Chile y Uruguay han avanzado de alguna manera. Con permisos provisionales en el caso chileno y colombiano, y con la falta de interacción entre el gobierno y las empresas en Uruguay para facilitar aceite de cannabis. En todos estos países el cannabis debe ser importado, es la forma que más rápidamente se ha puesto en práctica en los tres países. Chile y Colombia avanzan en ensayos clínicos que en Uruguay no existen. Como tampoco existen laboratorios a nivel universitario, como en Argentina, que estén intentando preparar aceites de cannabis. El aceite es solo un parte, pero es una parte vital porque involucra el bienestar de cientos de miles de latinoamericanos.
Las señales claras de los gobiernos para habilitar la venta de aceites a un precio razonable para una familia de salario medio se hacen esperar mucho, demasiado. Es verdad que son procesos que demoran, pero que alguien hable de política de drogas, por favor. Basta de esconderse tras los escritorios.
El cannabis medicinal, que se podría hacer barato, se hace caro. Y tenemos pocas evidencias que nos hagan pensar que la cosa va a ser distinta con el cannabis. Y eso mostrará que perdimos una batalla importante: la de que el cannabis sea tan libre como nosotros hubiéramos querido. Es verdad que un fármaco necesita garantías, pero también es verdad que lo podemos hacer en nuestra propia cocina.
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