La vida secreta de una semilla
Las semas son todo vida, todo latencia, todo lo que la planta puede dar está contenido en una cápsula vegetal milimétrica. La embriogénesis es solo el comienzo de la vida y la reproducción.
La semilla del cannabis es el fruto de una planta dioica, es decir que tiene dos sexos, masculino (polen) y femenino (óvulo). Las semillas prefieren germinar en primavera y demoran entre tres y siete días en conseguirlo. Entonces aparecen sus cotiledones que serán sus hojas, en el futuro cercano. Ahí está el hipocótilo, es la parte de la semilla que crecerá, la que romperá su caparazón ni bien tenga las condiciones que necesita para hacerlo. Al estallar la embriogénesis, la semilla se hincha y asoma la radícula que se convertirá en plántula cuando su ápice empiece a crecer hacia arriba, buscando la luz. Entonces tirará sus cotiledones, las primeras dos hojas embrionarias que quedarán amarillentas al costado de la plúmula, que anuncian las hojas verdaderas las venideras. El mundo de la semilla es la de la vida en latencia.
La vida al estallar, la vida empezando a hacerse paso hacia esa planta que tanto deseamos. Los cotiledones del cannabis tienen un tamaño, habitual, de entre uno y diez centímetros. Cuando los cotiledones llegan a este tamaño aparecen las primeras hojitas que acompañarán a la planta en su ciclo vital. Entonces las plúmulas aparecerán como rotadas desde los cotiledones. Desde entonces las hojas nacerán desde cada nudo del tallo y los pequeños brotes. El pecíolo, digamos la esquina entre el tallo y el brote, es desde donde seguirá brotando la vida de aquella semilla primigenia que tenía la vida latiendo en su interior. El cannabis puede reproducirse sexualmente o asexuadamente. Las semillas son el resultado de cruzas milenarias. Almacenan el material de genético de miles de años de cruzas.
El cruzamiento, la reproducción, que se pueda dar en tu jardín es solo el último eslabón, el visible, de una serie de cruzamientos históricos del que poco conocimiento tiene la humanidad. El genotipo de la semilla, son sus características únicas que la diferencian de sus pares en la especie. La influencia del ambiente, el tipo de cultivo, los nutrientes, el cuidado, etcétera es el que permite hablar de fenotipo. Aunque la misma tanda de semillas estandarizadas se reproduzcan en condiciones distintas de cultivo, ellas compartirán su genotipo y adaptarán su fenotipo a las condiciones ambientales del cultivo.
La reproducción sexuada del cannabis, léase a través de la semilla, necesita de la unión del polen en el pistilo de la flor hembra donde está el óvulo esperando el polen. Así se recombinarán los genotipos. Tanto el polen como los óvulos se forman por meiosis. 10 pares de cromosomas intentarán replicarse pero solo la mitad de cada parte lo conseguirá. Si los genes que controlan un rasgo son los mismos en un cromosoma que en su par cromosómico opuesto (son cromosomas homólogos), es altamente probable que la planta se cruce con un individuo de genotipo idéntico para ese rasgo.
Así los rasgos que posee, pongamos por caso el polen, se transmitirán a la descendencia que se parecerá en tal y cual rasgo al padre, por ejemplo. Si los genes en un cromosoma difieren de los genes en su cromosoma homólogo, la planta se denominará heterocigótica. Es decir, la descendencia resultante podría no poseer los rasgos parentales. La selección natural, la que ha hecho la planta y la naturaleza durante años, incluso la que se sigue viendo por ejemplo en los campos de Paraguay, hace que luego de la polinización la semilla se desarrolle en la flor y caiga al suelo. Allí permanecerá latente hasta la próxima primavera para desarrollarse y volver a cumplir el ciclo de la vida. La semilla es vida latente, es vida que da vida, es la reproducción de la especie que tanto adoramos y que debemos preservar. Así que a preservarla y dejar que sea vida.
Las propiedades nutricionales de la semilla
La semilla de cannabis es una de las fuentes más geniales de proteína y aceite. Aproximadamente de un quilo de semillas se pueden obtener unos 300 gramos de proteína cruda y un porcentaje similar de aceite. Las semillas de cannabis contienen importantes concentraciones de vitaminas E, B1, B2, fósforo, potasio, magnesio y calcio, además de otros micro y macro nutrientes. Es muy rica en omegas 6, 3 y 9. La harina de cáñamo, o su aceite tienen grandes propiedades nutritivas por su elevado contenido de ácidos grasos, proteínas, minerales y vitaminas. Cada vez más se incorporan a diversos alimentos. Alpargata Haze