La revolución del Rosin
Los extractos experimentan un desarrollo espectacular en los últimos años. La ultima novedad, la técnica Rosin, está causando furor entre los dabeadores más exigentes. Es un tipo de extracción sencillísima con resultados muy buenos. Nos introducimos en una técnica que revolucionará el escenario de las extracciones: el Rosin.
La primera vez que leí algo sobre la técnica Rosin fue hace años en Icmag. Era un post sobre un forero (Comphashon) que trata hachís en seco o ice de tal forma que obtiene un full melt. No me llamaba demasiado la atención, además no me apetecía arriesgar mis apreciados extractos, por mucho que pudiese convertirlos en hachís de fusión completa. Jamás llegué a intentarlo. Hace poco vino la segunda parte. Un usuario de Instagram (Soilgrown) empezó a difundir su variante de la técnica, empleando una plancha de pelo, papel de horno y flores. En un principio toda la comunidad se mantenía escéptica, las novedades suelen ser difíciles de asimilar; encima calor y presión no parecían la mejor receta para mantener los terpenos en nuestro hachís.
Surgieron voces críticas y defensores, pero la mayoría o bien no prestó demasiada atención o decidió esperar a ver en qué quedaba la cosa. Yo me mantuve indiferente, pero Isaac de Delicatessen Glass, gran entusiasta de las extracciones, buen catador y mejor persona, el mismo que hace años me dio a probar por primera vez un BHO de calidad, insistió lo suficiente como para que me interesase por el tema un poco. Para ser sincero, seguía pensando que no podía salir nada demasiado bueno, pero viendo el “hype” que se había levantado alrededor de la técnica me veía forzado a probarla. Además, aunque no saliese el mejor hash de la historia, tampoco podía estar tan mal si grandes conoisseurs como Isaac o Hashmasta Kut estaban dándole bombo a este tipo de extracción.
Probando el Rosin
Con curiosidad pero sin demasiadas expectativas, me dispuse a pasar una tarde con Isaac y su plancha de pelo. Nos dispusimos a planchar cogollos de varias genéticas dado que la extracción da poco trabajo, requiere poco material y se puede consumir de forma inmediata. Empezamos con la tarea, la verdad que es muy rápido, pero había visto ya varios vídeos así que eso no me sorprendió. Me gustaba que fuese así pero aún me mantenía escéptico. Cuando empezamos a “planchar” noté que durante el proceso se desprendía bastante olor. Pensé para mis adentros que esto confirmaba mi teoría, los terpenos más volátiles iban a tener muy reducida su presencia.
Quizás hasta tenía ganas de que saliese regular, para darme la razón a mi mismo de que esto no podía ser tan bueno, al ser tan sencillo. Apenas un par de minutos después, Isaac me ofrecía los primeros dabs de Rosin, en concreto de Sweet Blue, que no había probado en mi vida. Miré el hachís, era ambarino y bien transparente, muy bonito, con algún pequeño resto de vegetal apenas perceptible a simple vista, la verdad que bastante oloroso, lo mismo no iba estar tan tostado, “desterpenado” cómo me esperaba. Lo probé en un clavo electrónico acoplado a un Queen Stemline de Sovereignty que tira como una moto.
El dab, bastante grande, entró suave como la seda, dejando un sabor en mi boca a flor de Sweet Blue que me conquistó. El único fallo que le podía dar hasta el momento era que el rendimiento no parecía demasiado, pero ya era un fan más del Rosin. Le propuse a Isaac que preparase en un par de días su casa y su cámara guapa para hacer un reportaje y seguimos a lo nuestro. A lo largo de esa tarde probamos a planchar cogollos de calidad de varias genéticas. Aunque algunas apenas devolvían algo, otras, por ejemplo la Amnesia Haze, daban un gran retorno de más del 15%. Ya era un adicto a hacer Rosin.
Metodología
La técnica no puede ser más sencilla. Consiste en presionar con calor una flor dentro de un papel de horno doblado. El prensado se lleva a cabo con una plancha de pelo que limita bastante el tamaño de cada tirada. Intenta conseguir una que sea más ancha de lo normal, para que sea menos limitante, hemos probado con varias, las pequeñas son un problema. Están surgiendo “experimentos” por toda la red que emplean superficies calientes más grandes (como planchas de camisetas) para poder llevar esta técnica a una mayor escala, no tardará en desarrollarse bien. El papel de horno también será importante. Pudimos probar varios papeles y encontramos buenos, pero también algunos que podían dar problemas al filtrar hacia la plancha y otros que absorbían algo de resina.
También he probado con una tira muy fina de silicona de horno con buen resultado. Cada día saldrán en Icmag nuevos intentos, desde teflón para horno, hasta cualquier cosa no permeable imaginable, siempre que no retenga mucho calor, investiga. El calor y tiempo requeridos cambiará según la plancha que tengas y la presión que seas capaz de ejercer. Aún estamos experimentando, pero desde los 140 hasta los 200 grados hemos sacado cosas aceptables. Yo con un planchazo de cinco segundos lo dejo más que aplastado. Cambio el papel y plancho otra vez, ya puedo desechar la flor. Luego con algo fino retiramos los pequeños trozos de vegetal que podamos, luego procedemos a retirar la resina con una cuchilla.
Y ya tenemos Rosin. Es importantísimo, como en toda extracción, partir de un material de calidad. Hemos observado que algunos cogollos que dan rendimientos ínfimos y otros todo lo contrario. En algunos casos influía la calidad del cogollo, pero creo que en otros la genética era determinante. Pudimos apreciar que el punto de secado influye bastante, no vale la hierba húmeda. Tampoco muy seca porque ensuciará más y para entonces habrá perdido demasiados terpenos. Esta es una forma estupenda, rápida y barata para que todo el mundo pueda hacerse unos pipazos sin correr riesgos. El BHO está muy bien, pero requiere equipo profesional, además de muchas precauciones y conocimientos. Con este descubrimiento se acaban los accidentes. ¡Saludos y pipazos para todos!