La Chilombiana hija del punto rojo colombiano
La Chilombiana es una hija de Los Andes. Si bien en Colombia existe el punto rojo como variedad. En Chile el punto rojo pasó a ser sinónimo de chilombiana.
“Sabemos que hay variedades autóctonas de Colombia que llegaron a Chile. Se las conoció como el Punto Rojo o Santa Maria Golden. Pero acá se mezclaron con otras variedades. Y finalmente cualquier cogollo que tuviera un matiz de color distinto y que volará pasó a ser punto rojo”. Así lo entiende el historiador del cannabis chileno Nelson Rivas. Lo planteado por Rivas coincide con lo investigado en estos dos años de realización por el documentalista Pablo Trujillo.
El documentalista narra “que el punto rojo pasó a ser como el marketing de la chilombiana. En lugares como Chacarillas, donde en los 90’ se comercializaba hierba, comenzó a ofrecerse la chilombiana punto rojo o la chilombiana punto morado. Funcionaba casi como un apellido y se asociaba a que era una chilombiana más fuerte que a la que estaba acostumbrado”. Si bien hoy en día cuesta pensar en un valle del Aconcagua lleno de marihuana producto de la prohibición decretada en los 90, en lo últimos días del gobierno de Pinochet, la industria del cáñamo fue durante siglos una de las fuerzas productivas más activas en lugares como el valle del Aconcagua.
Chilombiana la dispersa
“Sabemos que la historia de la chilombiana es dispersa. Y por lo mismo creemos que la construimos entre todos”, sostiene el director Pablo Trujillo. “Cabe preguntarse en qué momento elegimos prohibir una planta que no había dado siglos de estabilidad agraria. ¿Qué nos pasó como país que elegimos criminalizar una planta? Una planta que nos acompaña desde la conquista española. Y que sirvió como motor al desarrollo de Chile”, concluye Nelson Rivas.