Jardín Sediento
Entramos en diciembre, un mes de muchas celebraciones y planificación: reuniones, salidas, Navidad, vacaciones, etc. Para tu cultivo de cannabis también es una época muy ajetreada y necesita que no bajes la guardia en tu dedicación. Te brindamos unos valiosos consejos para que puedas disfrutar de los días de mayor crecimiento de tus plantas y no correr detrás de los problemas que las altas temperaturas, la humedad y el sol pueden ocasionar en tu jardín del Edén. Por Alfredo Pitarrosa El calor se empieza a sentir con fuerza en el sur y debemos aprovechar sus bondades al máximo.
Riego
Brindar a tus plantas un riego adecuado es el mayor desafío de un cultivador en verano. Se estima que un 75% de la planta de cannabis es agua. El agua es tan importante como la luz o la temperatura ambiente. Si riegas mucho, puedes ahogar la planta, ocasionar la pudrición de las raíces (pythium) y la aparición hongos (como el moho gris o el oídio). Si riegas poco, la planta puede padecer estrés, ralentizar el crecimiento y menguar tu deseada producción. Las plantas necesitan un sustrato aireado, con oxígeno. Un sustrato excesivamente mojado, sin drenaje, acaba con el oxígeno disponible. Recuerda siempre que la tierra debe estar húmeda, nunca mojada. Riega de a poco, si el sustrato está seco y tiras mucha agua de golpe corres el riesgo que se vaya por el borde de la maceta. La forma más eficaz de rehidratar la planta es regar de a poco en el centro. Luego de que el agua sea absorbida, realiza otro riego similar. Te recomendamos regar cuando está por salir el sol, de esta manera permites que la planta tenga una noche plena y durante el día evapore el agua mientras se siente fresca. Además de favorecer unos cuantos procesos de crecimiento de la planta que se producen con la luz del día. Regar de noche supone varias horas de mucha humedad, esto favorece el desarrollo de hongos. También debemos tener en cuenta que si hay mucho viento se llevará la humedad consigo.
Raíces
Mantener las raíces sanas es el mejor abono de floración. Si bien el tallo y las hojas soportan bien el calor del verano, las raíces sufren en las macetas. En el suelo las raíces se expanden hacia abajo, en la maceta hacia los bordes del contenedor y es junto al plástico donde toman mayor temperatura en verano. El reflejo del sol de diciembre sobre el piso de un balcón o una terraza, puede convertir el lugar de las macetas en un horno y cocinar las raíces del cannabis. Puedes cultivar las mejores genéticas, utilizar el mejor sustrato y los mejores abonos, pero si las raíces se queman, las plantas no van a expresar todo su potencial y podrían incluso morir asfixiadas.
Macetas
Siempre es mejor utilizar macetas grandes y de color de blanco para tu cultivo. Las macetas de color negro o marrón, absorben más luz y calor de lo que reflejan. El color blanco refleja más la luz solar y absorbe menos calor. Si no tienes macetas blancas, una solución puede ser ubicar tu maceta dentro de otra de mayor tamaño, de modo que le provea sombra y una temperatura más adecuada a las raíces. El siguiente paso es aislarlas del suelo. El suelo de madera para exterior, tipo rejillas o palets, son un buen aislante, pero cada año hay que pintar la madera o por lo menos sumergirlas en agua con hipoclorito, para eliminar las plagas que pudieron alojarse allí durante la cosecha pasada.
Sombreado
Con el sombreado evitamos que el calor del suelo cocine directamente las raíces en la maceta, pero no acabamos con el calor que irradia el suelo, que hornea nuestras plantas como pan. Lo mejor es utilizar una tela de sombreado que permita el paso de la luz y brinde sombra en el suelo de las macetas. Puedes fijar la tela de sombreado rodeando el balcón, lo que ayudará también a tener tu jardín de placeres de una forma más discreta. Una malla que aporte un 40% de sombra dejará pasar suficiente luz para florecer sin problemas, a su vez, bajaría unos siete grados al lugar de cultivo. Lo más importante es combatir el calor que irradia del suelo. En este caso, conviene perder rayos de sol y conseguir un ambiente que le permita a las raíces alimentarse y estar sanas y fuertes.
Plagas
El riesgo de plagas también aumenta en verano, sobre todo las arañas rojas, moscas y pulgones. Las plantas sanas se defienden mejor. Como tu propio organismo, si tienes defensas bajas estás más expuesto a las enfermedades. Diversas especies de hongos, incluyendo Botrytis, Pythium y Fusarium, están presentes en el aire, el medio de cultivo, la planta o la semilla. Esta enfermedad se desarrolla en condiciones húmedas y en medios de cultivo mal aireados y con exceso de riego. Para prevenirlos es ideal pulverizar con aceite de neem entre una y dos veces por semana, siempre a la noche. Las plantas infectadas deben ser aisladas, tratadas y en último caso, sacrificadas en caso que la infección esté fuera de control. Así que ya lo sabes: refresca las macetas, sombrea el cultivo, mantenlo limpio y desinfectado, con una temperatura menor a los 21ºC y con menos del 50% de humedad para ralentizar el proceso reproductivo. No decaigas, todos tus esfuerzos están cada vez más cerca de cristalizarse en una buena cosecha y sabes muy bien que tantas atenciones tienen una deliciosa recompensa.