Energía eléctrica de marihuana legal no es verde
La industria de la marihuana no es tan sustentable como muchos queremos creer. Es una de las actividades agrícolas que más gases de efecto invernadero aportan a la atmósfera.
Energía eléctrica para marihuana legal escupe 15 toneladas de CO2
La marihuana es una industria intensiva, así lo muestra su consumo de energía eléctrica. Y su huella de carbono. Aire acondicionado, luces, robots, domos, seguridad, ventilación, la suma de todo eso para atender la demanda legal en Estados Unidos arroja un número impresionante de kilowatts por hora (kWh). La industria consume al año lo que un millón y medio de hogares en Estados Unidos. Y tira el C02 lo que tres millones de automóviles emanan en el medio ambiente al año: 15 toneladas de gases de efecto invernadero. Las estimaciones más recientes, a cargo del investigador Evan Mills del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, aseguran que la producción en Estados Unidos se consume 41.710 millones de kWh. Con un costo de 6.000 millones de dólares al año. En 2017 se estimó que solo un 25% de la marihuana en Estados Unidos se producía de forma legal.
Así que el cálculo puede aumentar por los aires. O por lo menos por cuatro. La situación no es nueva en Estados Unidos. Varios estudios han advertido de la situación. Incluso en Colorado, uno de los estados donde la industria se ha desarrollado más vigorosamente, ha puesto un impuesto. Se trata de dos centavos de dólar que cobran a la industria cannábica para hacer frente al excesivo consumo. En Seattle se pide a los cultivadores que consigan más eficiencia en el consumo. Dos de las soluciones que han encontrado es pasarse a LED. Falta mucho por recorrer para que el cannabis a gran escala sea verde de verdad. La energía eléctrica para la marihuana debe ser sostenible. Esto es: limpia. Quizás sea hora de apostar por el sol.