Cuándo cosechar las plantas de cannabis

Soft Secrets
07 Mar 2015

Cortar, secar y curar la marihuana tiene su técnica que permite obtener los mayores beneficios, no solo en cantidad, sino en calidad, olores y sabores.


Por El Polaco

Es importante cosechar en el momento justo, así obtendremos mayor cantidad de cannabis con mejor calidad; es decir, con un gran sabor, un suave fumar para el aparato respiratorio y un colocón, diría, inolvidable. Pero mejor es decir un buen colocón. Hay varias formas de saber cuál es el momento idóneo para cosechar nuestras plantas. Puedes guiarte por el color de los estigmas, el color de los tricomas y/o el grado de dureza de los cogollos. Las plantas cosechadas fuera de tiempo no deben menospreciarse en absoluto, y ante problemas por plagas, hongos o lluvias siempre es mejor recolectar algo aunque no esté listo que perderlo todo. Recuerda que los cogollos cosechados temprano tendrán un efecto más euforizante que si estuviesen recogidos en su punto, mientras que los que se pasen serán más relajantes.

Estigma o tricoma: cosecha segura

Si nos guiamos por los estigmas (los pelitos de los cogollos), debemos cosechar cuando entre un 70 y 80 % de estos se haya vuelto marrón. Algunos cultivadores no recolectan hasta que todas las hojas hayan amarilleado. Piensan que al dejar de abonar en las últimas semanas, la planta gastará hasta la última gota de alimento que pueda quedar en las hojas, y así el sabor del cogollo será más exquisito.

Esto no es así exactamente; podemos conseguir lo mismo con un secado lento, si bien es cierto que no todos los cultivadores se pueden permitir el lujo de curar la cosecha, normalmente por la impaciencia. Para ellos esta técnica les irá bien. Yo particularmente me guío por los tricomas (las glándulas de resina).

Corto cuando veo aparecer las primeras cápsulas resinosas de color ámbar. Recuerda que al principio los tricomas son transparentes; luego de un tiempo se vuelven blancos opacos. Este es su punto álgido, es en este momento cuando la acumulación de THC es máxima.

A partir de aquí irá a menos, y cambiarán a un color ámbar cuando el THC comience a degradarse. Es por esto que cuando veamos las primeras glándulas de color ámbar deberíamos cosechar (nos ayudaremos con una lupa de 40 a 60 aumentos). La forma de cortar la planta dependerá, principalmente, de su tamaño. Si es muy grande y tiene muchas ramas laterales, cuando los cogollos de las puntas estén listos para cosechar los cogollos intermedios y de las partes más bajas todavía estarán a medias, porque habrán recibido menos sol por estar tapados por las ramas superiores; esto hará que su floración se retrase.

Lo mejor en estos casos es cortar solo las puntas y dejar que el resto reciba un par de semanas más de sol para que engorden y maduren bien. Las plantas pequeñas pueden ser cortadas enteras y después dividirlas por ramas cuando las estemos manicurando. El tamaño ideal de una rama es de menos de 20-30 cm; así podremos manejarla con facilidad y no se nos cansará la mano que la sostenga. El momento ideal para cosechar es al amanecer; las plantas aumentan sus niveles de THC en la oscuridad y los disminuyen con la claridad.

Manicurado del cannabis

Una vez que tengamos cortadas las ramas, procedemos a quitarles las hojas exteriores de forma que nos quede un cogollo limpio. Es muy importante utilizar una tijera cómodas, con mango de plástico si es posible, y con aros en los que quepan varios dedos; también es recomendable que tengan una punta fina para acceder a los pecíolos (los tallitos de las hojas) más profundos.

Lo primero que quitaremos son las hojas grandes, las cortaremos lo más pegado al tallo principal que sea posible, por eso es importante una tijera con punta fina. Cortadas las hojas grandes deberemos cortar todas las puntas de las hojas que salen de los cogollos. Esta parte es mucho más fácil y rápida, es como si le cortáramos los flequillos tiesos, así le damos forma y dejamos solo la redondez del cogollo a la vista. Una vez manicurados, ya los podemos colgar para secar.

 

Secado en la cosecha de cannabis

El secado es la parte más importante de todo el proceso; un mal secado haría que todo el tiempo invertido se eche a perder. Si la humedad en la zona de secado es muy alta, superior al 60-70 %, sin duda tendremos problemas con los hongos. Si esto ocurre, tendremos que tirar los cogollos.

Si, en cambio, la humedad es demasiado baja, las flores se secarán en 4-5 días, e incluso antes. Esto tampoco es bueno, ya que aunque los cogollos no se estropeen del todo, perderán aroma y sabor y se volverán tan secos que no necesitaremos un grinder, picador o morrugador (según el país). El tiempo ideal de secado está en torno a los 12-15 días, pero dependerá de la humedad y las características del ambiente.

La humedad del secadero debe rondar el 50 %; la temperatura, unos 15-20 grados. La forma más común de secar los cogollos es colgarlos por ramas separadas entre sí para que se aireen bien. Deben quedar a oscuras ya que la luz perjudica el THC; el lugar debe estar fresco y ventilado. Las altas temperaturas también perjudican el secado de nuestra flor. Si no hay espacio suficiente para colgar las ramas, existen secaderos de 1 m2 por 2 m de altura y armarios pequeños para tal fin.

Sabremos que está seca y lista para curar si al doblar una rama esta cruje y se rompe; cuando aún guarda humedad, se dobla. El objetivo no es secarla del todo; debe guardar entre un 5 y un 10 % de humedad para que preserve sus aceites esenciales que guardarán como en una caja de seguridad terpenos y flavonoides, sus principios activos, es decir olores, sabores y propiedades. Conservar esta humedad hará que la textura de la hierba al triturarla sea esponjosa y no un polvillo difícil de fumar, típico de los cogollos resecos, esos que dan tos y raspan la garganta.

Cosecha y curado del cannabis

El curado es la fase en que nuestras flores, después de entre una y dos semanas de secado y cuando aún conservan entre un 10 y un 15 % de humedad, son depositadas en recipientes. Pueden ser de madera, cristal e incluso plástico, aunque los mejores resultados se consiguen con los dos primeros materiales.

La clave está en este proceso. Los cogollos necesitan “respirar”; cada dos o tres días debemos abrir los contenedores para asegurarnos de que no haya hongos en los cogollos y para intercambiar el aire por el nuevo oxígeno del exterior. Con el curado se consigue que la resina termine de madurar a través de una descomposición enzimática. La clorofila, con su amargo sabor, desaparecerá con un buen curado.

La flor irá ganando en sabor, aroma y potencia conforme vaya pasando el tiempo, que no debería ser inferior a un mes ni superior a dos.Una vez que sobrepasamos la etapa de abrir y cerrar frascos, dejaremos cerrados los recipientes durante un mes. Ese momento es el punto ideal de curado de nuestra cosecha. Allí puede ser catada.

Es muy importante hacer el proceso bien porque de ello dependerá el éxito o fracaso, ya que una flor mal curada puede tener mal sabor. Una vez que nuestras flores estén curadas podemos guardarlas por tiempo indefinido en frascos, preferentemente de cristal, herméticos o cerrados al vacío, o podemos también congelarlas, aunque a partir de los seis meses el THC se irá degradando. Darle importancia al proceso completo de la planta es básico, a menos que quieras fumar tu planta de mala manera; es decir, verde o pasada. El curado es la llave del éxito.

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