Chilombiana una cepa con denominación de origen
La chilombiana para uso recreacional tuvo su boom entre los años 70’. Cuando muchos se aventuraban a encontrarla en los campos chilenos.
La chilombiana como palabra nació en los años 60’ y 70´. Era una forma de diferenciar la marihuana nueva de la que tradicionalmente había en Chile. Es un término que finalmente busca denominar que es una marihuana que hace volar. “La marihuana chilena tenía bajo contenido en THC. Cuando se populariza el fumar marihuana.
El tener chilombiana era una forma de decir que se tenía un buen producto”, cuenta Pablo Trujillo, documentalista de “En busca de la Chilombiana”. La visión del documentalista concuerda con lo planteado por el historiador Nelson Rivas. Quien dice que “con el paso del tiempo, la esta cepa tradicional pasó a ser sinónimo de cualquier planta de marihuana que crecía entre Valparaiso y la Octava Región.
Todas estas variedades de cannabis se habrían adaptado bien al Valle del Aconcagua. Su altura y condiciones climáticas lo transformaban en un verdadero indoor natural”, comenta Rivas.
Chilombiana: de lo industrial a lo recreacional
Hasta los 90’ se podía conseguir en el mercado negro en algunos barrios de Santiago y otras ciudades. Pero, la aparición de la marihuana prensada y luego de razas realmente potentes, llevaron a que perdiera popularidad entre los fumadores. Hasta casi desaparecer como concepto del panorama cannábico actual.
"Si bien en un comienzo la chilombiana era sinónimo de buena marihuana. Con el tiempo esto dejo de ser así. La gente dejó de cultivarla fundamentalmente por dos cosas. No era tan potente como otras variedades que llegaban. Y sus fuertes rasgos sativos hacían que su floración fuera bastante lenta. Además, era una planta muy grande. Por lo que no servía mucho si tu intención era pasar piola”. Remata Pablo Trujillo.
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