Canna Warmi feminismo cannábico en acción
Las compañeras de Canna Warmi escriben por qué el feminismo cannábico es importante no solo para la mujer.
Por Organización Comunitaria Canna Warmi, Ecuador
Antiprohibicionistas unidas y adelante en Ecuador
Warmi en lengua Kichwa significa mujer. Canna Warmi es una organización comunitaria de mujeres diversas, feministas y antiprohibicionistas. Entre nosotras hay madres, hijas, pacientes, estudiantes, artesanas, cultivadoras, médicas, productoras e investigadoras del cannabis en distintas áreas.
El nuestro es un compromiso social vigente que nace de una visión clara de la sociedad patriarcal en el país y la región de la que somos parte. Hemos sido históricamente criminalizadas por el sistema y también por el mundo cannábico que no está libre de machismo. Nos reconocimos siendo activistas y defensoras de la cannabis, pero todas compartimos estar expuestas e invisibilizadas como usuarias, médicas, abogadas, profesoras o pacientes. Necesitamos reivindicar nuestras luchas dentro del abanico del feminismo como mujeres en contra de las prohibiciones corporales y mentales para recuperar nuestras libertades.
Como mujeres cannábicas decidimos juntarnos para sumar ideas a la discusión del fenómeno socioeconómico de las drogas y montar proyectos desde una organización cannábica con enfoque de género. Es vital visibilizar la discusión política de la cannabis mientras el sistema enfatiza su política antidrogas en la mujer. Ante esto alzamos la voz, buscamos romper esta realidad y el prohibicionismo infundado históricamente en las familias.
El derecho al autocultivo del cannabis para nuestro disfrute y medicina es nuestra premisa política desde el respeto a la tierra y la sostenibilidad. Queremos afianzar y reivindicar el derecho de quienes usan sustancias psicoactivas. Cada vez conocemos a más poblaciones atravesadas por el prohibicionismo y sabemos que son muchas las personas, mujeres, lesbianas, trans y no binaries que usan cannabis y otras sustancias. El estigma se multiplica sobre nosotras por el poder moral y religioso que rige las políticas públicas en Latinoamérica.
El encierro pandémico nos puso a prueba y sacó lo mejor de nosotras tejiendo una red nueva. Hemos realizado conversatorios en línea con ponencias de activistas y profesionales en salud, política, producción y derechos. Llevamos ocho charlas como Canna Warmi además de intervenciones con colectivos nacionales e internacionales.
Canna Warmi: participación activa para el debate
Actualmente Canna Warmi trabaja de forma activa en la participación política y en investigaciones conjuntas con la comunidad cannábica en temas de salud junto a nuestras médicas y la relación directa con la academia pública para obtener datos sólidos. En julio ejecutaremos una encuesta y grupos focales para usuarixs relacionadas al cannabis medicinal entre poblaciones clave.
Desde la educación, la comunicación y la comunidad seguimos trabajando en alianza porque tenemos la necesidad de sumar acciones políticas conjuntas entre las organizaciones de activistas para los procesos actuales de regulación de la cannabis. Un trabajo donde las autoridades gubernamentales nos quieren fuera. Estas alianzas con organizaciones hermanas dentro y fuera del país nos permiten compartir saberes, experiencias y problemáticas comunes en la misma lucha por los derechos.
Hay mucho por delante ahora mismo en Ecuador. El estado trabaja en imponer una ley criminalizadora a las poblaciones usuarias de sustancias que va en contra de nuestros derechos constitucionales. Nuestra Constitución indica que en ningún caso se permite la criminalización ni la vulneración de los derechos de quienes usan sustancias. El proyecto de ley “contra el consumo y microtráfico de drogas” revive la prohibición. Entrega a las competencias administrativas de los gobiernos autónomos descentralizados. Es decir, los municipios del Ecuador tendrán la potestad de reprimir y sancionar a las personas usuarias en el espacio público. Así se fomentan la persecución y la estigmatización.
Esta ley también busca implantar cámaras de seguridad en las escuelas, colegios y universidades. Supuestamente para prevenir. Todo este retroceder de derechos ocurre mientras que agencias gubernamentales promocionan al cannabis como el nuevo boom económico priorizando a las corporaciones. Ante estas acciones hemos decidido mantenernos visibles, juntas y trabajando. Resistimos de forma cooperativa.
Canna Warmi, como no podía ser de otra manera, nació un 8 de marzo. Un día de lucha conocido como el Día Internacional de las Mujeres. Hoy somos 10 mujeres activas en el grupo y pronto esperamos ser muchas más. Estamos junto a las poblaciones cannábicas con compromiso social.
La mayoría del equipo somos también activistas cannábicas de hace tiempo. Organizamos, marchamos, participamos de las reuniones, trabajamos y forjamos la discusión en conjunto. La nueva regulación planteada en Ecuador es solo para el cannabis no psicoactivo con menos de 1% de THC. ¿Si eso no es discriminar qué es?
Feminismo cannábico: Pandemia y política
Durante la pandemia realizamos conversatorios en línea con ponencias de varias activistas y profesionales en temas de salud y derechos, llevamos 8 charlas como Canna Warmi, más varias intervenciones con colectivos nacionales e internacionales. Este intercambio con organizaciones pares y sectores históricamente vulnerables e invisibilizados por el sistema es muy importante por el impacto que proyecta en la sociedad y la política pública, son las distintas caras de la discusión al rededor de la cannabis.
Hay mucho trabajo educativo y político por delante ahora mismo en Ecuador, el estado aprobó una ley criminalizadora que afecta a las poblaciones usuarias de sustancias, La Ley de Prevención de Microtráfico y uso de sustancias en espacios públicos que va en contra de derechos constitucionalmente ganados, mientras que promocionan al cannabis como el nuevo boom económico, priorizando en la reciente reglamentación, a las corporaciones y multando a los pequeños productores. Ante estas acciones hemos decidido mantenernos visibles, juntas y trabajando de forma cooperativa, resistimos.
Canna Warmi, feminismo marihuana
La cannabis es muchas veces percibida como un asunto de hombres. Se los visualiza como quienes más usan sustancias. Las mujeres éramos una minoría dentro de la lucha social y también lo somos en el mundo cannábico. Esta contradicción de ser la mitad de la población en todo el mundo pero estar subrepresentadas en lo político y lo social nos ataca desde que somos pequeñitas.
El patriarcado no es un problema exclusivo del mundo cannábico. Esa costumbre de hacer cosas a escondidas a nivel social, en cuanto al uso de sustancias fiscalizadas, para las mujeres es un esconderse por dos. Hay cosas que se le permite a los hombres por ser hombres pero no a las mujeres. Siendo “minoría” también debemos reivindicar derechos, alzar la voz y cantar contra el prohibicionismo buscando nuestro espacio en esta lucha.
No podemos estar del lado de la mujer de billete o más acomodada. Nuestra realidad no es esa. La nuestra es una reivindicación natural con importancia en la ancestralidad y la construcción de saberes en comunidad. Que son la base de la cosmovisión andina.
Nuestro nombre quiere decir algo. Hablamos a menudo con términos Kichwa para recordar la relación milenaria con las plantas en los países andinos donde la agricultura es un patrimonio. A futuro queremos conocer más a las mujeres que están en la tierra y viven no solo del conocimiento de la cannabis sino de los enteógenos y otras plantas. Y de aquellas que no las conocen pero trabajan la tierra.