Activismo
Unas hojas de cannabis gigantes, ploteadas en la vitrina de una conocida tienda de productos de belleza, capturan la atención de una estudiante sudamericana mientras recorre las calles de la ciudad inglesa donde cursa sus estudios de post grado. No duda en entrar y comprar emulsión para el cuerpo, bálsamo labial, shampoo, acondicionador y un pomo de "hemp hand protector". Todo fabricado en base a aceite de semillas de cáñamo.
"Me parece fantástico que se use cannabis para fabricar productos de embellecimiento. Pero lo que más me gusta es la provocación que generan. Me encanta la idea de ponerme crema en las manos como forma de resaltar las cualidades del cannabis, frente a esa gente que se espanta hasta con un cordel de cáñamo. En Chile hay quienes quisieran prohibirlo todo, hasta los tatuajes con forma de hoja de yerba. Esa gente se desconcierta cuando se entera de que te lavas el pelo con shampoo de marihuana (risas). ¡Deben imaginarse que uno se vuela mientras se masajea el cuero cabelludo! ¡Por eso me gustan los cosméticos a base de cannabis: siento que me vuelvo activista al usarlos! declara la chilena residente en el Reino Unido.
Y es que formas de ejercer el activismo cannábico hay muchas. La Real Academia de la Lengua Española define activismo como la "Dedicación intensa a una determinada línea de acción en la vida pública". En este caso, en relación con el cannabis. Para el argentino Mauro Favalli, quien representa a la Asociacion Rosarina de Estudios Culturales, AREC (originalmente bautizada como Asociación Rosarina de Estudios del Cannabis, pero al pretender constituirse como asociación civil el nombre fue rechazado por contener la palabra "Cannabis"), el concepto se refiere a las "acciones basadas en teorías y conocimientos de cada uno, y que llevamos adelante para modificar la situación actual de la Ley de Drogas".
Aclara que la agrupación aboga por la despenalización de todas las drogas. Pero claramente su foco central como movimiento activista se refiere al cannabis. “Se considera activismo cannábico desde la distribución de un volante hasta el regalar una semilla„ De acuerdo a la declaración de valores y objetivos de AREC, desde una perspectiva multidisciplinaria, el activismo de la agrupación se expande hacia la promoción del estudio y divulgación de las propiedades medicinales de los cannabinoides, los usos industriales de la planta de cannabis y las ventajas que esta trae para el medio ambiente. Todo lo anterior es parte del intento por contrarrestar el daño que causan las actuales leyes prohibicionistas en materia de drogas. Similar concepción tiene Movimental, organización chilena que declara trabajar por la "generación de políticas de drogas justas, democráticas y eficientes".
Movimental ha sido la organizadora de las marchas "Cultiva tus derechos" que en su última versión, el 7 de mayo pasado, congregó a más de diecisiete mil personas en Santiago. Se trata de la versión chilena de la Marcha Mundial de la Marihuana (MMM) o Global Marijuana March (GMM), que desde 1999 tiene lugar el primer sábado de mayo en diversas ciudades del mundo. En Argentina también se destaca el éxito de convocatoria alcanzado por las últimas marchas masivas como reflejo de una de las principales formas de activismo. AREC asegura que en mayo de 2011 se congregaron quince mil personas en Buenos Aires y treinta mil en todo el país. Como miembro activo y permanente de AREC, Favalli sostiene que el escenario que quisieran ver como posible es que el oficialismo se acerque para plantear la despenalización de la tenencia y el cultivo, estableciendo un cierto número, una especie de "cuota" de plantas permitidas por hogar.
De queques y galletas
El escenario sociocultural y la contingencia política claramente determinan las políticas y acciones del Estado en relación con el cannabis. Pero también influyen en la forma de desarrollar la militancia y el activismo. Fue interesante conocer a un escandinavo de vacaciones en Guanacaste, la zona Pacifica de Costa Rica. Andaba colocado desde su arribo y pensé que se había integrado rápidamente al círculo de nativos proveedores. Pero no. Me contó que desconocía la severidad de las leyes costarricenses y que en general no se arriesgaba a infringir la legalidad cuando visitaba otros países. Su estrategia era traer consigo una provisión abundante de galletas con alto contenido de marihuana en envases herméticos, sellados al vacío.
"¿Quién podría objetar el ingreso de una deliciosa golosina europea?", comentaba, orgulloso de su ingenioso mecanismo de integración de yerba. Pero el mejor ejemplo de activismo fue Oscar, un chileno que siempre se declaró como "totalmente revolucionario" y que a sus cuarenta y cinco años fue diagnosticado con un cáncer que lo dejó inválido en pocos meses. No había dosis de morfina ni metadona que mitigara su dolor. Solo el colocón de buena yerba le permitía resistir. Pocos días antes de su muerte llamó angustiadísimo a sus amigos, rogando que le consiguieran un queque de marihuana: "Me pillaron fumando un porro y me quieren expulsar del hospital.
¡Pero yo no puedo quedarme sin yerba!¡Quiero irme al otro mundo feliz!". Creo que el queque fue el último alimento sólido que Oscar ingirió. Food of the Gods? ¿Como el título del libro escrito por McKenna en plena era psicodélica? Puede ser. Pero independiente de si se le considera o no manjar de dioses, lo cierto es que se trata de un caso concreto de tratamiento medicinal, cuyo efecto benefició al paciente, pero fue rechazado por la medicina tradicional al punto de prohibirlo dentro de un recinto hospitalario.
La semilla
Nuevos grow shops, revistas como Cáñamo en Chile, Haze y THC en Argentina, foros virtuales como amigosdelcannabis.cl y marihuanaenargentina.com son formas de activismo. Hoy existen programas radiales, como "Placeres cannábicos" en la Radio Placeres de Chile o "El ojo cannábico" de Radio Rebelde y "Brócoli" de Radio Goga, ambas en Argentina que actúan como parlantes de los mensajes emitidos por los grupos activistas, como la Declaración Latinoamericana de Movimientos Cannábicos en el marco de la Tercera Conferencia Latinoamericana y la Primera Conferencia Mexicana sobre Políticas de Drogas, firmada en septiembre de 2011, reclamando que se deje de tratar a los usuarios de marihuana como delincuentes y/o enfermos.
Hoy surgen también voces que reclaman porque la Ley de Anti-discriminación aprobada recientemente en el Congreso chileno proteja también a los consumidores de droga. Ser activista cannábico puede abarcar diversos campos de acción. Desde el usuario recreativo que decide simplemente fumarse un porro en la vía pública, desafiando a los policías que se acercan amenazantes, veloces, aplastando el pasto con la moto a pedir explicaciones, hasta el usuario terapéutico, como Oscar, que encuentra en la marihuana el único alivio para los dolores de un cáncer terminal, reafirmando la creencia de que el cannabis es ante todo una planta medicinal, sanadora, desde el codiciado cogollo hasta su nutritiva semilla, cuyo aceite es el principal ingrediente de los cosméticos que hoy muchos usan por sus propiedades reparadoras y emolientes, pero también como una forma de activismo.
Muchos de estos activistas son quienes hoy se organizan en torno a movimientos y agrupaciones convencidas de que otra política de drogas es posible. "Este es un trabajo que se hace entre todos y es para todos", asegura Mauro Favalli, señalando que AREC trabaja también con agrupaciones como 3C Comunidad Cannábica Córdoba, la Agrupación Marplatense de Cannabicultores y la Agrupacion Agricultores Cannábicos Argentinos (AaCa). Sostiene además que la relación con otras organizaciones latinoamericanas y particularmente chilenas es permanente.
Agrega que se considera activismo desde la distribución de un volante y la participación en una marcha hasta el regalar una semilla o esqueje. "Cuando uno regala una semilla está militando", dice y agrega que de esa forma se combate el narcotráfico y se promueve la marihuana de buena calidad, no mercantilizada. Esta visión es la que sustenta en gran medida el activismo, compartido de distintas maneras, pero finalmente en torno a objetivos afines, como un gran club cannábico, que acepta diversos socios y grados de militancia.