Punto de corte, lavado de raíces y secado
Los cultivadores de marihuana hemos asumido una serie de mitos para cultivar. Son varios. Y han sido necesarios para aprender de una planta que la historia nos ha negado. El punto de corte carga unos cuantos de esos mitos. Pero también el lavado de raíz o el estrés en los días finales de la cosecha para supuestamente generar más tricomas. Los nuevos conocimientos de la planta nos alumbran.
Desmontando los mitos de la cosecha de cannabis
Por Jhohan Rincón
Cuando estamos en los últimos días de vida de la planta de marihuana vemos que la floración llega a su fin. Muchos aspectos deben tenerse en cuenta para culminar un proceso exitoso de cosecha. Uno que permita conservar un sabroso aroma y una buena textura. Pero sobre todo, una buena calidad de los cogollos.
Lo más importante es tener en cuenta que un fallo en este momento determinante puede llevar al fracaso absoluto, en otras palabras, podemos perderlo todo. Haremos un breve recorrido por los asuntos más importantes a tener en cuenta para contar con una cosecha y poscosecha exitosa.
Mencionaré algunas prácticas problemáticas que ciertos cultivadores suelen —y recomiendan— hacer que son sólo consejos convertidos en mitos clásicos en la comunidad cultivadora. Mitos que finalmente terminan siendo inútiles y por demás peligrosos en esta etapa clave de nuestro proceso.
El punto de corte
Uno de los asuntos más cuestionados en el mundo del cultivo de cannabis es saber cuándo deben cortarse las plantas y si existe algún método para identificar ese momento. La realidad es que tal cosa no existe. Hay un montón de factores que impiden que las plantas sean cortadas a tiempo como ocupaciones de los cultivadores, problemas para identificar el estado de maduración de los tricomas, gustos personales, y tantos otros temas.
Los análisis de laboratorio se han constituido en un avance reciente en la determinación de los componentes que tiene una planta en el momento de su cosecha. A través de la cromatografías de gases o líquidas es posible determinar en qué proporción se encuentran todos los cannabinoides, terpenoides y flavonoides, incluyendo los tres que serán objeto de interés: THC, CBD y CBN. Para cada cultivador habrán variaciones entre sus gustos por uno de los tres.
Pero lo que está claro es que con estos resultados puede verse el momento de mayor disponibilidad de THC, principalmente. Pues con el paso del tiempo, y por su proceso de maduración, pasa a convertirse en CBN. Así mismo, en el proceso de secado los tricomas continúan su proceso de deterioro y maduración, aun después de cortadas las plantas. De esta manera el punto de corte ideal sería antes de que los tricomas cambien a un tono ambar claro y se encuentren en un tono blanco prominente, pues las concentraciones de THC, por ejemplo, sufren un menor grado de deterioro y el CBN se encuentra en menor proporción.
El corte de la planta y algunos mitos para una mejor cosecha
Lo cierto es que entre más se demore la planta en ser cortada, habrá más posibilidades de contagio de un hongo, plaga o cualquier patología. Pues la planta en flora avanzada queda totalmente vulnerable. Y ante la presencia de un bicho o un fungi es contraproducente aplicar productos para combatirlos. Por lo que uno de estos problemas se resuelve cortando a tiempo.
Por muchos años, se han venido difundiendo y asumiendo como verdad una serie de consejos que para la comunidad de cultivadores representa la posibilidad de aumentar la producción de tricomas o de limpiar residuos no deseados en las plantas durante los últimos días de vida. Someter la planta a un supuesto “estrés” debería garantizar mayor producción de tricomas en la semana antes de la cosecha, lo cual es totalmente falso.
Los tricomas glandulares precisan de entre 12 y 17 dias para tener un desarrollo de cannabinoides como el THC. Por lo que provocar el estrés con aplicación de cortes, chuzar con agujas, o hasta aplicar hielo sobre el sustrato como lo sugieren algunos cultivadores es un proceso inútil, pues si la floración no obtuvo un buen desarrollo de tricomas estos no van a aparecer y menos desarrollarse y madurar de la noche a la mañana.
¿Lavado de raíz? Innecesario
Otra práctica ampliamente difundida es el llamado “lavado de raíz”, la cual supone que si aplicamos muchísima agua sobre nuestra planta está podrá limpiar de residuos de abonos, sales, minerales y agentes tóxicos que alteran el sabor, el aroma y la condición del cogollo y que esto se percibe al momento de consumirla.
Al hacer esto lo único que se logra es un gran desperdicio de agua que la planta no necesita, pues como lo demuestran los análisis cromatográficos, las trazas de metales pesados, tóxicos y cualquier complemento no deseado permanecen en la planta aunque se haga ese “lavado” al sustrato. Pues su ciclo de vida ya está finalizando y tal limpieza resulta un simple mito. Una forma de evitar estos problemas es utilizar compuestos orgánicos libres de tóxicos y mantener vigilancia constante de los niveles de pH de los productos aplicados y del sustrato mismo.
Preparando la cosecha
Luego de que tenemos identificado el punto de corte llegamos al momento del corte. Que debe basarse más en el estado de maduración de los tricomas y de salud de la planta que en otras características fenotípicas como color del pistilo, color de las hojas, color de las ramas, etc.
Lo mejor es utilizar tijeras previamente desinfectadas con alcohol y lavarse las manos previamente, y ya sea con guantes o sin guantes, lo ideal es tocar lo menos posible la zona con tricomas, pues con nuestras manos podremos destruirlos con un simple roce. Para preparar la cosecha se debe realizar un proceso de manicura que consiste en cortar la materia vegetal sobrante para facilitar el secado.
Pues aquellas partes de la planta que no están cubiertas por tricomas son un buen vector para la aparición de plagas y hongos durante el secado. Pero aún más importante, es tener un ojo atento al momento de la cosecha. Toda vez que debamos revisar los cogollos intenta no llevar ningún agente patógeno a la zona de secado.
Es importante cortar la planta a la luz del dia, incluso al sol, para detallar estos problemas que pasan desapercibidos con la luz artificial. Finalmente, es importante reducir el tamaño de los cogollos cortando las uniones de los brazos pequeños para evitar al máximo la presencia de ramas, tallos y peciolos de las hojas en el secado. Pues tienden a enfermarse a gran velocidad por su rápido deterioro. Y esto lleva a la aparición de hongos y plagas microscópicas que afectan severamente el olor y la contextura de los cogollos.
El secado de la flor y la poscosecha
Secar las flores también tiene una pluralidad de maneras de hacerse. Pero aquí trataremos de mostrar la forma más básica. Sin importar los materiales usados buscaremos las condiciones ideales para hacerlo. Lo primero es saber que los cogollos no deben estar a menos de 10 grados ni a más de 28 grados pues la flor podría dañarse.
Por lo que debe realizarse el secado en el lugar más fresco de la casa o área de cultivo, bajo techo y bajo poca luz. Suelen usarse mayas o redes metálicas para el secado y recipientes como cajas de cartón o plástico. Se debe evitar colgar las plantas, pues las ramas tienden a complicar el secado y a generar patologías.
También es posible usar silicato o bolitas de sílice en la superficie donde se ubican los cogollos. Pues ayuda a controlar mucho mejor la humedad. El secado puede durar un mínimo de 12 días y un máximo de 15 en las condiciones ideales señaladas. Es importante saber que el secado no es un abandono de la flor, pues debemos estar revisando constantemente las flores.
Percibiendo su aroma y cambiándolas de posición para que la misma parte no toque la superficie siempre. Por eso, prestar atención a estos elementos ayudará a prevenir la aparición de enfermedades y hongos saprófitos como la fumagina, que comúnmente aparece en las ramas y tallos o en ambientes de mucha humedad relativa (superior al 75%).
Es recomendable que después de estos 15 dias comience el consumo de las flores y estas permanezcan siempre en el lugar de secado. Así sugerimos ciclos más cortos de cultivo y más continuos con cosechas más reducidas. Pues el almacenamiento de muchas flores por periodos largos de tiempo, tal y como se vio en los análisis de laboratorio, suele ser la causa de muchos de los hongos y enfermedades.
Teniendo claro los asuntos que aquí describimos podremos esperar mejores resultados en el proceso de cosecha y poscosecha. Unas flores finamente manicuradas, pocas ramas y una vigilancia permanente a los cogollos evitará que nos llevemos al secado un gran número de patologías que suelen arruinar el trabajo de varios meses de cultivo. Las buenas prácticas garantizan mejores resultados en el producto definitivo de la cosecha sin mayores recursos .