El cáñamo durante la colonia en Chile

Exitable
18 Mar 2019

El vasto patrimonio cultural cañamero de Chile tiene una historia de casi 500 años. Es una de las más antiguas y tradicionales de América.


El cáñamo durante la colonia en Chile fue un destacado cultivo.  “El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos. Sino que comprende tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados”, define la UNESCO. Por eso el cáñamo, aunque no esté reconocido, es un verdadero patrimonio cultural. Sin la influencia y existencia de productos cañameros no podrían concebirse varios juegos típicos. Entre ellos, “tirar la cuerda”, jugar al “trompo”, o al “emboque”. Ni tampoco correr las “Carreras de Ensacados”. Juegos clásicos de nuestras festividades.

Cáñamo en la colonia de Chile

En este contexto podemos ver una pequeña parte de la influencia del cáñamo en la sociedad chilena. Desde la perspectiva de las tradiciones y expresiones heredadas, podemos considerar el oficio de los artesanos de las cuerdas que hoy en día se confeccionan con materiales sintéticos o importados (como el yute). Actualmente también podemos hablar de una cultura cannábica de lo lúdico hasta lo medicinal. Que paso a paso, y a punta de esfuerzo, ha ido ganando un espacio dentro de la sociedad chilena. Mientras ocurre el cambio, continuemos tomando conciencia de lo que significa la planta de cannabis. No solo para un grupo que busca en ella sus derechos personales, medicina y usos sacramentales. Sino también recuperarla para las presentes y futuras generaciones que están llamadas a reincorporarla en los campos chilenos. Y así, continuar el trabajo realizado por miles de personas a lo largo de estos casi cinco siglos. Un trabajo borrado a la fuerza por el brazo infame del prohibicionismo. La tarea a seguir realizando en el ámbito del Patrimonio Cultural Inmaterial es mantener sus principios: que sea integrador, representativo y que se base en la comunidad. Esto es lo más importante ya que la postura actual no debe enfocarse en los derechos de una parte del movimiento. Sino apuntar específicamente a la unidad de los usuarios ya que esta reivindicación debe ser reconocida por la integridad de las comunidades, grupos o individuos que mantienen, transmiten y crean, ya que son ellos los que le dan validez al patrimonio que manejamos. El cáñamo de los tiempos de la colonia en Chile merece resignificarse.

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