Argentina: cultivador imputado presenta apelación
Iván Malajovich nunca hubiera imaginado que iba a terminar imputado por un fiscal de su ciudad por dar una charla. Un taller informativo en la ciudad de Paraná puso a este cultivador argentino en un grandioso brete. Uno tan grande (y absurdo) como nunca antes se había visto en la historia (ya bastante absurda de por sí) de América Latina. El 14 de abril de 2017 dio una charla en la Asociación Civil Barriletes de Paraná sobre la historia del cannabis en la humanidad. En mayo, un taller de autocultivo (conducta permitida por la jurisprudencia) en otro centro social. Su tercer taller fue sobre cómo hacer aceite de cannabis para quienes lo necesitan como medicina. Iván, integrante de la Agrupación Paranaense de Agricultores Cannábicos (APAC), no lo sabía pero inteligencia policial lo seguía. El 31 de julio de 2017 sufrió un allanamiento donde le incautaron cannabis. También aceite, semillas y hasta sus carpas de cultivo. Fue detenido y estuvo en el penal durante tres días. Declaró y el juez lo dejó en libertad durante el proceso. El mismo día hubo otros dos allanamientos. Uno en el domicilio de otro integrante de APAC que sufre esclerosis múltiple y no fue implicado en la causa por su condición. El otro allanamiento fue en El Esqueje, su growshop, “lo saquearon”, recuerda. Le imputaron las desactualizadas leyes antidrogas de Argentina. Pero apeló y espera en su casa la resolución.
Un fallo injusto
Su defensa argumenta que las actuaciones policiales y el pedido de prisión que recaer sobre el cultivador violan la libertad de expresión, de asociación, igualdad y reserva. La defensa también expresó en su escrito dirigido a las autoridades judiciales que estudian el caso, que las actuaciones policiales surgen de un “criterio político criminal policíaco” y “obsoleto”. Y que también va en contra de la jurisprudencia del país como lo muestran varios casos judiciales. El viernes pasado se presentó la apelación al pedido de procesamiento con prisión que solicitó el juez. La cámara de apelaciones determinará si hacen o no lugar a la apelación en unos 90 días. El diálogo con Soft Secrets, Malajovich dijo sentirse impotente. “Siento que esto que pasa es una clara señal de la urgente necesidad como colectivo cannábico de que haya un marco regulatorio para nuestros derechos. Queremos consumir cannabis. Y queremos elegir cómo obtenerlo. Exigimos una ley que contemple el autocultivo”.
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