La regulación tiene muchos años
Hace algo más de 100 años algunos países industrializados empezaron a firmar convenciones y tratados para controlar el comercio de drogas.
Primero lo hicieron con países productores y después con el resto del mundo. Querían algo asi como reglamentar el tráfico de las sustancias hoy prohibidas. Con el correr de los años la mayoría de los países penaron severamente el consumo y también la venta de las drogas que se declararon de tráfico ilícito. Suprimir el consumo de drogas demostró ser un pésimo instrumento de regulación un siglo después. Mafia por todos lados. Desde Al Capone con la ley seca de Estados Unidos hasta los narcos latinoamericanos, los ejemplos son todos tétricos.
Estados Unidos, Alemania, Italia, Uruguay, Holanda, Portugal, Turquía, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia, cada vez más países tiene algún tipo de marco normativo para regular el consumo de cannabis. La sociedad libre de drogas parece más una bonita idea que una posibilidad real. La represión como política contra los usuarios demostró ser una pésima herramienta de abordaje. La ‘lucha’ contra algo tan indefinido como ‘las drogas’ no ha llevado a otros avances más que la corrupción estatal y una sangría donde los muertos o los desplazados se cuentan en cientos de miles en todos los continentes.
Por mucho de eso México anunció que regulará el cannabis en este año. Por eso Canadá también empezó a implementar un sistema de dispensación de cannabis recreativo en todo el país. A fines del año pasado el magnate excéntrico y racista que funge de presidente de Estados Unidos, que más vale ni nombrar, legalizó el cáñamo. Mientras los bancos administran por debajo de la alfombra el dinero sucio del tráfico y niegan a los dispensarios legales sus servicios financieros. Por eso repasamos algunos sistemas de regulación de drogas. Aunque imperfectos ahí están para aprender de ellos.
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