Un aceite para las ensaladas estivales

Soft Secrets
20 Dec 2017

Los días de verano tienen sabores a ensalada fresca y ligera que además son ideales para disfrutar de un almuerzo psicodélico seguido por una siesta a la sombra de los árboles.   


Por Celine

El aceite de oliva además de ser uno de los mejores aceites a nivel nutricional es también un aliado fantástico en la cocina cannábica. El gusto pronunciado y picante del aceite de oliva permite combinar con el fuerte gusto del cannabis en muchas recetas. Además, permite una dosificación personalizada ya que cada uno puede agregar a su plato tantas cucharas como quiera. Existen varios métodos para preparar aceite de oliva cannábico, desde la infusión hasta maceración, todo es posible mientras se dejen a los cannabinoides el tiempo necesario para transferirse de la materia vegetal al aceite. Todo es cuestión de calor y de tiempo. La primera opción y la más tradicional es la técnica del baño maria, de la misma manera que se usa para preparar la manteca cannábica, se puede usar para preparar extracción con aceite de oliva, de girasol o de coco. En una olla grande ponemos agua a punto de hervor y colocamos encima una olla más chica con una mezcla de 500ml de aceite, un litro de agua y 50 a 100 gramos de materia vegetal desmorrugada (picada). Cocinamos como mínimo dos horas a fuego lento, revolviendo de vez en cuando. Si son flores, 50 gramos por 500 ml. de aceite nos dará una preparación muy potente y con una dosis de una cucharada por persona.

En caso que estemos cocinando con hojas de manicura precisaremos más cantidad para llegar a la misma potencia, todo depende de la calidad de la materia prima: más tricomas a la vista, más tricomas en el aceite. Recuerda que las hojas más chicas pegadas a los cogollos que se sacan en segunda manicura son ricas en tricomas. Acordate que el agua del baño maria tiene que tener pequeñas burbujas. Si está hirviendo con grandes burbujas es que el fuego está demasiado fuerte, baja el fuego, agrega más agua al baño maria o pone un viejo sartén bajo la olla que contiene el agua. En último caso, aparta la olla por unos minutos y luego vuélvela al fuego. Esta última técnica es muy demandante si no logras reducir la intensidad de la llama tendrás que apartar la olla cada tanto por dos horas. Transcurrida las dos horas, deja enfriar la mezcla para que no se queme. Luego, se cuela para filtrarla y separar el líquido de la materia vegetal.

Hay que exprimir bien la materia vegetal para sacarle el máximo de aceite. Se deja reposar a temperatura ambiente para luego enfriar el líquido en el congelador y dejar que el agua se congele para poder separar mejor el aceite. A baja temperatura los aceites solidifican y luego a temperatura ambiente se vuelve líquido. Una vez terminado todo el proceso se guarda en una botella en un lugar fresco y oscuro. Otro método similar pero más rápido y que recomiendo solo en caso de extrema emergencia culinaria, ya que tiene el peligro de quemar el aceite, que le da un gusto interesante pero quemará el THC, por lo que la receta no colocará. Para este método, solo precisas calentar 10 gramos de cogollos desmorrugados y descarboxilados en 100 ml de aceite de oliva por media hora sin que hierva el aceite en ningún momento, luego colar la preparación para guardar el aceite en un frasco oscuro. Un último método consiste en macerar cogollos en aceite por varios meses. Se llena un frasco de flores trituradas, se recubre de aceite de oliva, se tapa y se deja macerar como mínimo uno a tres meses máximo en un lugar oscuro y lo más importante, un espacio cálido. Esto último es muy importante ya que el calor es uno de los elementos esenciales a la hora de transferir el THC y los demás cannabinoides de la materia vegetal a la materia grasosa.

En lo posible se tiene que agitar diariamente el frasco, al menos cada vez que te acuerdes. Luego de escurrir, se filtra el aceite para seprarar la materia vegetal y se guarda en un frasco o una botella en un lugar fresco y oscuro. Uno de los inconvenientes con esta técnica es que a no estar sometido a un calor de más de 60°C, la preparación no queda totalmente activada y su potencial es mucho más suave. Para remediar este problema es conveniente descarboxilar el cannabis antes de sumergirlo en el aceite. En este último caso un mes de maceración será suficiente. Otra opción puede ser calentar por una hora el frasco luego de los dos o tres meses de maceración. La ventaja con el método de maceración es que no alteras las propiedades nutricionales y organolépticas del aceite de oliva. Para preparar una ensalada cannábica, selecciona verduras y hortalizas de tu gusto y si tienes la suerte de cultivar tu huerta, usa lo que está disponible en cada estación. En mi caso elegí una mezcla de repollo colorado, hojitas de lechuga y diente de león, zanahoria rallada, pepino, aguacate, cebolla colorada y unas hojitas de cannabis. Preparé una vinagreta con aceite de oliva, jugo de limón, sal y pimienta. Dejemos a los invitados agregar el aceite cannábico a su gusto y algunas semillas tostadas de cáñamo si tenemos la suerte de vivir en un país donde estén disponibles.

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