Argentina, la que se ríe del faso

Soft Secrets
16 Oct 2017

El título del libro “Marihuana: de Belgrano a las copas cannábicas” (Planeta, 2017) es bien claro. El periodista argentino Fernando Soriano se sumerge en la historia política, social de la planta de cannabis en su país.


Cuando el general independentista Manuel Belgrano quiso extender el cultivo de cannabis en su proyectada república la tensión con la corona española estaba al borde de lo tolerable. Los criollos en Buenos Aires querían su independencia. Y para el hoy héroe argentino, extender el cultivo de la preciada fibra también significaba soberanía.

El periodista Fernando Soriano baila entre los africanos cuando los negros del general Rosas fumaban el “pango”, o los malevos del arrabal fumaban sus tangos a orillas del río de la Plata. También, cómo no, recrea el endemoniamiento creado en Estados Unidos tras la ley anti alcohol: y la bajada de todo eso como política de drogas en Argentina. Los cogollos con que Bob Dylan inició a los Beatles, el cannabis en el beat porteño, y hasta el cine cómico se dan la mano.

“En mayo de 1968 se estrenó en los cines de Argentina “Humo de marihuana”, una película con pretensiones de realismo pero que resultó no más que un compendio de escenas bizarras, tontamente dramáticas”, dice el autor. En esa película debutó el actor Emilio Disi: fumando un porro. “Todo el elenco (y la sociedad) desconocían el mundo del cannabis, sus efectos. (El director) aborda en su película el tema del cannabis con absoluta desinformación.

Los personajes fuman y alucinan o se ponen violentos. Los hombres abusan de las mujeres”, se puede leer en este libro editado en Buenos Aires. En el relato también hay escenas de terror. De cuando América del Sur estaba jaqueada por tiranos rejodidos y todavía en armas. “Marihuana” es un homenaje a la centenaria negación de la planta maldita en Argentina. También la construcción de la comunidad solidaria de cultivadores o las fiestas cannábicas. El libro llega hasta hoy cuando el cannabis medicinal es ley en Argentina y la sociedad sigue siendo criminalizada.

S
Soft Secrets