De la represión al doctor - Nueva coordinadora en Perú

Soft Secrets
08 Sep 2017
El caso del allanamiento a una organización que fabrica aceite medicinal en Perú disparó nuevas asociaciones en el país. Y también apuró a los políticos que estudian tres proyectos distintos de cannabis medicinal. La sociedad organizada exige cambios, avances. Fernando de Lima es director de la revista Pitay, que en quechua significa fumar. Los que hablaban la lengua en tiempos en que los lagos y las montañas eran sagradas en Los Andes, fumaban unos “blends” de hierbas ancestrales, lo hacían como medicina. Lamentablemente los tiempos han cambiado. De Lima es comunicador, trabajó en el Congreso como asesor de Javier Diez-Canseco, un fallecido congresista de izquierda. Entre los temas en los que se especializaba, estaba la discapacidad. En la oficina del Congreso, Fernando veía llegar familias con hijos con epilepsias que ya habían probado con la farmacopea tradicional sin resultados. Como asesor en comunicación del diputado, empezó a investigar el asunto del cannabis medicinal. “¿Si el país no te puede ayudar, qué haces?”, todavía se pregunta. [caption id="attachment_3870" align="alignnone" width="500"]De la represión al doctor - Nueva coordinadora en Perú Represión en la Marcha Mundial de la Marihuana de Perú. Foto: Hanslitt Cruzado.[/caption] A partir del allanamiento en febrero a Buscando Esperanza, una organización que se dedica a brindar asesoramiento cannábico para la salud, el tema del cannabis medicinal en Perú pasó a la agenda pública y también creció el número de interesados en este tema, tanto en grupos como en individuos que empiezan a bregar por cambios en las leyes. Entonces, Fernando y otros empezaron a pensar en la Coordinadora Cannacional. Algo que aglutinara al disperso movimiento cannábico peruano. No todos participan. No todos creen en esta coordinadora. Pero ya congregan ocho grupos donde se juntan pacientes, familiares, activistas, investigadores, medios de comunicación procannabis y hasta marcas comerciales. “Al comienzo la coordinadora no funcionó”, admite Fernando. “Pero luego, con los grupos que se quedaron, lo sacamos adelante. Está Mamá Cultiva y Purple Joy, que se dedica a la asesoría de cannabis medicinal vía teléfono o chat para que la gente esté informada y canalizan consultas con doctores que conocen del tema. También hay un círculo de investigación del cannabis en la Universidad Agraria del Perú. Ellos están investigando los temas del cannabis desde la óptica de lo que ocurre afuera y cómo implementarlo acá. También participa de la coordinadora el Grupo de Estudios de Cannabis que cuenta con un químico farmacéutico y biotecnólogos. La revista Pitay integra la coordinadora y una marca distribuidora de productos para la floricultura, Marley Planet, también. Otra marca es Cannabien, que hacen productos de uso tópico a partir del cannabis. “El papel de la coordinadora es hacer una organización dentro de los grupos. Ahora somos ocho grupos en Lima y de a poco irán apareciendo otros grupos en provincias”, adelanta Fernando. De hecho, Cannabis Medicinal Trujillo es una fuerte organización alejada de Lima. Pero también está Mamá Cultiva, que tiene sede en la capital, en Arequipa, Cusco y Tacna. La demanda de la sociedad seguirá creciendo, como en todos los países latinoamericanos.

Sopa de palos

Hace ocho años que el movimiento Legaliza Perú organiza la Marcha Mundial de la Marihuana (MMM) en Lima. El año pasado los pacientes medicinales se plegaron a la marcha. “Los usuarios medicinales ya participaban antes de la marcha, pero no como asociados o agrupados”, explica Luis Gavancho, referente de Legaliza Perú, el movimiento cannábico primigenio del país. Durante la MMM en Lima, a principios de mayo, hubo una feroz represión donde los gases lacrimógenos hicieron llorar a niños y adultos. Hubo golpes y varios detenidos, a nueve personas les abrieron una investigación judicial. Entre ellos varios activistas. Luis Gavancho se llevó la peor parte. Lo encausaron por violencia y desacato a la autoridad. El activista empujó a un policía que golpeaba a un fotógrafo. “Las que fueron más afectadas fueron las mamás de Buscando Esperanza, porque ellas marcharon con sus hijos”, se lamenta Gavancho. De hecho, entre los nueve detenidos estaba la presidenta de la asociación. La policía en Perú sabe elegir activistas, evidentemente. Luego de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski enviara el proyecto de ley al Congreso, los legisladores trabajan en otros dos proyectos más. Uno de Alberto de Belaunde que habla de clubes de cultivo, autocultivo y cannabis medicinal; es muy reglamentarista y tiene un nada despreciable acuerdo interpartidario por detrás. También hay otro proyecto que se enfoca en lo estrictamente medicinal y solo regula el CBD. Gavancho dice que “si el autocultivo es tan difícil de regular, como dicen ellos, que permitan los clubes de cannabis es lo mejor, porque pueden llevar medicina a cero costo a la gente que lo necesita, como lo hacen en países con mayor estándar médico”, sugiere a los políticos. por Boris Mackena
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