Nueve consejos prácticos para cultivar marihuana

Soft Secrets
18 Aug 2013

El mayor riesgo asociado al consumo de cannabis medicinal no son sus efectos secundarios, es la prohibición y su engendro llamado Mercado Negro. Allí se desconoce totalmente la calidad del producto, cómo ha sido cultivado y si se han usado pesticidas tóxicos. La única manera de obtener cannabis medicinal con plenas garantías de qué se planta y cómo se produce es, por ahora, cultivar tus propias plantas.


Por José T. Gállego

Consejos para cultivar marihuana

1. Escoge la variedad que necesitas. La genética de una planta determina su perfil de cannabinoides y su potencia, dos factores decisivos en las aplicaciones terapéuticas. Las Índicas van bien contra el dolor, la ansiedad, el insomnio o el estrés. Las Sativas estimulan el apetito, combaten el abatimiento y la desmotivación, alegran la vida y, aunque de modo distinto que las índicas, también relajan y disuelven el estrés. Las nuevas variedades ricas en CBD están específicamente seleccionadas para los usuarios de cannabis medicinal que quieren disfrutar de las propiedades terapéuticas sin colocarse, ya que su psicoactividad es limitada. 2. Utiliza macetas grandes. Las plantas son más fáciles de cuidar y dan menos problemas ya que no requieren riegos ni fertilizaciones tan frecuentes.

3. Limita el número de plantas. El cannabis necesita mucha luz y si hay muchas plantas en poco espacio deben competir por ella. 4. Prepara una tierra fértil y viva. El sustrato en el que crecen las raíces actúa como el sistema digestivo de las plantas. Los microorganismos que viven en el suelo cumplen la misma función que nuestra flora intestinal, deshacen los alimentos para que podamos aprovecharlos. Añade humus de lombriz, estiércol, guano, harina de algas y micorrizas a tu sustrato. 5. Abona orgánico. Los abonos químicos perjudican el medio ambiente: dañan los microorganismos del suelo, acaban con su fertilidad y, lo que es más importante desde el punto de vista terapéutico, se acumulan en los tejidos del cannabis con mucha mayor facilidad que los abonos orgánicos. Los cogollos tienen un aroma más intenso y complejo cuando se abonan con fertilizantes orgánicos y el humo es más suave y dulce en la garganta.

6. Adelántate a las plagas. Es mucho más fácil prevenir la aparición de plagas que acabar con ellas una vez se han establecido. Limpia el cultivo de hojas secas y plantas enfermas, pulveriza las plantas con preventivos ecológicos como el neem o la karanja. Nunca uses plaguicidas tóxicos. El cannabis medicinal debe estar completamente libre de productos tóxicos y resulta absurdo fumigar venenos sobre las plantas que vamos a consumir. 7. No abones las últimas dos semanas. Un consejo muy sencillo que tiene efectos muy claros sobre la calidad del producto final y que, aunque no cuesta ni un peso, muchos cultivadores nunca aplican. Cuando dejas de abonar, obligas a las plantas a consumir los nutrientes acumulados en los tejidos y que estropean el sabor de los cogollos produciendo un humo irritante que no es sano ni agradable fumar.

8. Cosecha según los efectos que busques. La regla general es cosechar cuando las glándulas de resina empiezan a cambiar de color, de transparente a ámbar, pero cortando las plantas una semana antes se potencia el efecto estimulante y creativo, mientras que haciéndolo una semana más tarde los cogollos serán más narcóticos y relajantes. 9. Vigila de cerca el secado. Los riesgos de sufrir una plaga no terminan con la cosecha. De hecho, uno de los momentos más peligrosos es el secado, sobre todo los primeros días. Si el clima del secadero no es lo suficientemente seco o aireado, las plantas podrían enmohecerse con mucha rapidez.

Consejos para cultivar marihuana

Suele suceder cuando llueve los días posteriores a la cosecha y, como el ambiente está tan húmedo, las plantas no se secan. Los hongos del secado pueden ser peligrosos para la salud, sobre todo para alguien que ya tenga el sistema inmunitario débil, como un enfermo de cáncer que esté recibiendo quimioterapia. Un ventilador que mueva el aire del secadero y un calefactor eléctrico que suba la temperatura ayudarán a acelerar el secado y evitarán la aparición de hongos.

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