Cómo zafar de un test de drogas

Soft Secrets
20 Jun 2013

"De la piel para adentro empieza mi exclusiva jurisdicci Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y las lindes de mi piel me resultan mucho mas sagradas que los confines politicos de cualquier pas". Antonio Escohotado


¿Es posible que el test de drogas no las detecte?

Ningún ente o persona privada puede obligarte, nunca, a hacerte un examen de control de drogas. Sólo el Estado tiene esa facultad. Y es una facultad muy discutible. Entonces, si por ejemplo te entran ganas de unirte al Ejército o la Policía, bueno, mala leche, en algún punto deberás pasar a un cuartito donde debas dejar algo de ti. Sangre, orina o pelo. Y tal vez un cacho de alma, pero ése es otro tema.

Ahora, si por alguna razón te ves involucrado en un evento que altere el orden público o que pueda afectar a terceros, como podría ser un choque automovilístico, estamos frente a la otra gran razón por la cual nuevamente el Estado puede aparecer y llevarte al cuartito para ver si alguna sustancia dentro de tu cuerpo haya podido tener alguna influencia en el suceso.

¿Pero qué pasa en el mundo privado, cuando es otra persona o entidad la que pide este tipo de exámenes? ¿Hasta qué punto es legal? Y más allá de eso, si ese límite ya ha sido franqueado y no queda otra, ¿qué hace una persona que se ve entre la espada y la pared de tener que entregar parte de la propia información genética en un punto en que podría revelar sustancias que, de una u otra forma, podrían ponerla en un incómodo predicamento?

Test de drogas ¿Cuándo da positivo?

Aunque según el Laboratorio de Análisis Antidoping de la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de Chile pueden detectarse drogas en la saliva, la sangre, el sudor y el pelo, la forma más usual para identificar el consumo de drogas es el análisis de orina, que permite establecer el uso de sustancias en el pasado reciente. El examen de orina no puede señalar si una persona está bajo la influencia de la droga al momento de la muestra, como tampoco la profundidad de su nivel de consumo, pero indica, más o menos, si es o no un consumidor habitual.

Vamos a ignorar el “principio de Ockam”, ése que dice que ante varias posibilidades de respuesta, la explicación más sencilla es generalmente la correcta. Esto, porque la respuesta más obvia para salir negativo en un examen de drogas es, simplemente, no consumir drogas.

Mucho material existe en la Biblioteca Nacional de Medicina del Instituto Nacional de Salud de EEUU, donde los últimos 30 años se ha invertido (¿perdido?) tiempo, recursos y energía en determinar cuánto tiempo la marihuana puede quedarse en el organismo.

Tomemos, por caso, “Patrones de la excreción de metabolitos cannabinoides después de un último uso dentro de usuarios crónicos”, de Ellis, Mann, Judson, Schramm y Tashchian. Acá los muchachos examinaron “los patrones de eliminación urinaria de 86 consumidores crónicos de cannabis después de su último uso a través de dos métodos convencionales”. Bajo estricta abstinencia supervisada, su principal conclusión fue que “los consumidores crónicos de cannabis pueden dar positivo en orina hasta 46 días después de su consumo, pudiendo necesitar hasta 77 para conseguir permanecer 10 días consecutivos por debajo de la línea de corte del calibrador”. El estudio entregó una media de excreción de 27 días entre todos los sujetos.

En castellano claro, es probable que un consumidor habitual necesite de casi un mes para salir limpio en un examen de orina, un límite que para algunos desafortunados podría incluso estirarse un par de semanas más.

Con estos datos concuerdan Berghaus y Krüger, quienes observaron que el cuerpo –entre consumidores asiduos- puede tardar entre cuatro y seis semanas en dejar de registrar metabolitos cannabinoides en la orina tras un último consumo, registrando el caso de un consumidor con diez años de uso intensivo que tardó 77 días en dejar de dar positivo.

Sin embargo, esto varía entre los consumidores ocasionales, donde el cuerpo deja de arrojar metabolitos en la orina entre tres y cinco días siguientes al consumo, habiendo registrado casos donde incluso en pocas horas ya no se encontró nada.

Test de drogas: “Jefe, no quiero examinarme”

Si bien sólo el Estado está facultado para obligarte a hacerte un examen de drogas, existen casos de empleadores privados que efectúan o pretenden efectuar este tipo de controles entre sus trabajadores.

Según el Dr. Ernesto Eduardo González, en Chile, por ejemplo, las empresas mineras o navieras son algunos de los organismos que realizan pruebas de drogas a sus trabajadores. Citando a la Comisión Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace, actual Senda), el argumento es que el consumo de sustancias en estos trabajos son una variable de riesgo entre los trabajadores y su actividad, pudiendo poner en peligro a otras personas. “Sin embargo”, escribe González, se hace hincapié “en que éstos deben estar incluidos en una política de prevención de la empresa y haber sido aceptada por los trabajadores como parte de su contrato”.

Si bien técnicamente es posible negarse a un control de este tipo, ya que un empleador no puede obligar a sus trabajadores a hacerlo y en ningún caso está facultado para efectuar controles sin haberlo pactado en el contrato de antemano, por mucho que puedas decir que no, si lo firmaste antes se te puede acusar de incumplimiento de contrato. Pero si no está previamente normado, no te pueden obligar.

Test de drogas: Borrando rastros

Ya vimos que si se fuma poco y se debe enfrentar un examen, con una abstinencia de una semana o un poco más –para estar seguros- no habría problemas de detección. Pero si le das mucho al porro, como la gran mayoría de nuestros lectores, y te viene un examen la próxima semana, es otro tema.

Probablemente preguntes por ahí, googlees un poco y te encuentres con ideas tan variadas como disparatadas. Por ejemplo: “No sé”, escribe alguien en un foro de internet, “pero si es meando, una persona limpia mea en un condón, te lo colocas en el gayumbo atadito y en vez de mear lo pinchas. Yo sé de amigos a los que les ha funcionado... chao”.

Dejando los delirios de lado, las recomendaciones más comunes son tomar mucha agua y hacer ejercicio para que el cuerpo vaya eliminando los metabolitos. Se puede encontrar recetas que indiquen comer tal o beber cual, con dietas especiales y terapias para purificar la sangre. Si bien esto está perfecto, y capaz que te sientas mejor aumentando las frutas y verduras en tu dieta, el tema es que los metabolitos se alojan en el tejido graso y es sólo el ejercicio lo que ayuda, bebiendo mucha agua para evitar la deshidratación.

Lo que no es muy recomendable es seguir el consejo de quienes dicen que poniendo unas gotas de limón, agua o vinagre en la muestra, antes de entregarla, se neutralizarán los resultados. Lo que esto provocará será ‘descartar’ los resultados, porque diluirá el nivel de la orina o modificará el PH, y te repetirán la prueba. Encima, bajo sospecha de adulteración.

Lo lindo del capitalismo es que en cuanto encuentra una necesidad genera un producto, lo que para sus defensores es motor del progreso. Y como el miedo cotiza alto, no han faltado los vivarachos que sacaron al mercado una serie de productos con la promesa de eliminar los rastros del sistema para pasar pruebas sin problemas.

La verdad es que ni siquiera los mencionaremos, sería un gasto de tinta. En este punto Ockam parece tener toda la razón y acá la explicación más sencilla es la correcta. De esto dan fe Coleman y Baselt, conductores del estudio “Eficacia de dos productos comerciales para alterar los resultados de un test de orina”, del Instituto de Química Toxicológica de Foster City, California. Los investigadores, que trabajaron con un voluntario testado cuatro veces a la semana y bajo condiciones de control, llegaron a la conclusión de que, si bien los productos probados (varios de los cuales puedes encontrar en tu tienda amiga) provocaron una reducción en la concentración de metabolitos en la orina, “el agua sola fue casi tan eficaz en reducir los niveles como los productos comerciales”, por lo que “los intentos de ocultar el consumo de drogas a través de la dilución con agua pueden jugar un papel importante cuando las concentraciones están en el umbral de detección o cerca de él, para un estudio concreto, como por ejemplo, determinar los niveles de eliminación de drogas”.

Conclusión: si te ves en la necesidad de someterte a un test de drogas, no compres pescado. Agua y a correr.

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