Cultivo sencillo de autoflorecientes en el balcón
Hay que tener claro desde el inicio que las variedades autoflorecientes heredan sus genes de Ruderalis, por lo que existe el riesgo de poca producción comparada con las plantas normales. Ayudarlas a expresar todo su potencial y llevar la producción al máximo tiene que ser la tarea principal con estas variedades.
Las plantas de marihuana autoflorecientes son híbridos y polihíbridos de variedades comerciales de las especies Índica y Sativa con Ruderalis, para obtener una planta que florece independientemente del fotoperiodo y que culmina su ciclo vital en poco más de dos meses.
Las ventajas que nos brindan las variedades automáticas para un cultivador en áticos y balcones son evidentes:
• Plantas que pasan desapercibidas en balcones y ventanas ubicados a la vista del público.
• Plantas que florecen en el balcón, aunque reciban luz directa de la ventana o de una farola.
• La posibilidad de cosechar a partir de junio hasta que completen la floración las variedades fotodependientes.
Las primeras referencias científicas de Cannabis Sativa Ruderalis son de la URSS, en el año 1924 un geo-botánico de la Universidad de Kazán, Dimitri Erástovich Yanishevski, describe esta variedad, mientras forma parte de un trabajo más extenso a cargo del botánico Nikolai Vavilov, para investigar acerca de la diversidad de las especies.
Las plantas de Ruderalis que Yanishevski encontró en los márgenes del rio Volga crecen también de manera salvaje por Siberia Occidental, el Cáucaso y en la China, al sur del paralelo 60º.
El nombre Ruderalis identifica a plantas nacidas de forma silvestre en lugares de paso humano. Las Ruderalis son ejemplares de pequeña altura, de alrededor de medio metro y poco ramificados, que producen un escaso cogollo de muy baja potencia. Estas plantas crecen y florecen en 2 meses, porque son los meses que tienen en esas regiones del norte, el clima apto para el desarrollo. Cogollan independientemente de la luz, se han acostumbrado a florecer durante el poco tiempo en que las frías noches de las llanuras del Volga les permiten sobrevivir. Hay que tener presente que, en la meseta del Volga, al sur del paralelo 60º, la temperatura mínima de noche apenas supera los 12º en verano. Las horas de sol en cambio, llegan a más de 18 horas a finales de julio. En ese ambiente de muchas horas de luz y pocos meses aptos para desarrollarse debido al frío, la Ruderalis se ha adaptado de forma natural.
Durante los años 70, en Ontario, breeders locales la cruzaron con variedades con mucho THC para adaptar una marihuana potente al clima frío del Canadá. En los años 80 fueron llevadas a Holanda. Allí Neville Schoenmakers las trabajó en The Seed Bank. Luego de la venta de este banco de semillas y la transformación en el actual banco Sensi Seeds, se comienza a comercializar semillas con parte de genética Ruderalis, las Ruderalis Indica, un cruce con una variedad Indica, que le aporta más producción y mayor contenido de cannabinoides. Las Ruderalis Indica no son autoflorecientes al 100%, solo el 50 % es autofloreciente, el resto tienen el comportamiento de una Indica rápida.
Ya en este siglo, la Ruderalis fue cruzada con variedades comerciales para obtener plantas 100% autoflorecientes.
La primera variedad automática comercializada fue la Lowryder, un polihíbrido resultante del cruce de una planta Original Williams Wonder X Northern Lights #2, con una planta Ruderalis de supuesta procedencia mexicana, aunque podría venir de la variedad de cáñamo industrial Finola. Lowryder original era una planta muy baja, con poca producción y un colocón débil, comparado con las variedades autoflorecientes actuales. La segunda etapa fue el cruce de la Lowryder con una variedad brasileña para aportar mayor tamaño, producción y porcentaje de THC. Esta última es la variedad que se conoce como Lowryder #2 en la actualidad. El boom comercial que originaron estos cruces, motivaron la búsqueda de variedades cada vez más potentes y de mejor sabor.
Muchos bancos de semillas utilizan genéticas con contenido de Ruderalis para cruzarlas con variedades comerciales y conseguir variedades autoflorecientes con características similares a las originales. La Ruderalis aporta el patrón de crecimiento y la rápida floración. Las variedades comerciales le aportan mayor producción de cogollos, mayor cantidad de THC, sabores y aromas.
En los últimos años las variedades automáticas han pasado de ser pequeñas, de efecto suave y sabores muy similares entre sí, a ser variedades de tamaño medio, mucho más productivas y de mejor calidad en cuanto a efectos y sabores, algunas veces a costa de una o dos semanas más de floración.
Las variedades autoflorecientes tienen un ciclo de crecimiento muy corto, comparado con una planta normal. Comienzan el ciclo de floración entre las 3 y 4 semanas, después de la aparición del primer par de hojas reales, de forma independiente a la cantidad de horas de luz.
Para que estas plantas expresen todo su potencial en cuanto a crecimiento, producción y calidad de cogollos, es necesario que tengan muchas horas de luz. Un buen momento para el cultivo de estas variedades en exterior es de finales de marzo/abril a octubre, siendo el momento óptimo entre mayo y julio, ya que son los meses con más horas de sol en el hemisferio norte.
Como son variedades que tienen muy corto el ciclo de crecimiento, es indispensable que esas 3 o 4 semanas las aprovechen bien, cualquier factor que altere el crecimiento y produzca estrés puede originar plantas excesivamente pequeñas y con baja producción de cogollos. En un cultivo de plantas normales, un estancamiento en el crecimiento de una semana, dentro de un ciclo de crecimiento de más de 15 semanas (de abril a agosto), afecta menos. Si estableciéramos una comparación entre ambos periodos de crecimiento, una alteración de una semana en el crecimiento de una variedad autoflorecientes, es equivalente a un mes y medio en una variedad normal.
Evitar el estrés será la tarea principal
Para los cultivadores de marihuana en exterior, las variedades autoflorecientes, representan la oportunidad de conseguir un par de cosechas de plantas. Aunque sean de menor porte y nos brinden menor producción, serán un anticipo que nos permitirá fumar nuestros porros de la cosecha de exterior de este año, mientras esperamos la cosecha definitiva de otoño. Se pueden realizar hasta 3 cosechas de variedades autoflorecientes consecutivas, listas cada dos meses. Ten en cuenta que muchas variedades autoflorecientes han sido cruzadas y retrocuzadas con variedades Indicas y Sativas, para obtener mayor producción a cambio de alargar un par de semanas el cultivo. A finales de junio también puedes utilizar variedades de floración temprana para conseguir plantas de poca altura, ya que solo tendrán algo más de un mes de crecimiento, y obtendrás más producción que una autofloreciente. Estas variedades, germinadas a mediados/finales de junio, después de un mes o cuarenta días de crecimiento estarán listas a finales de septiembre, tendrán mayor altura y más cantidad de cogollos.Consejos en exterior
Para germinar es recomendable utilizar toallas de papel, unas diez alcanzan. Las toallas se humedecen con agua del grifo, es importante no pasarse con el agua, el papel se ha de humedecer, no empapar, ya que es indispensable que la semilla, aparte de humedad y temperatura adecuada, tenga aire disponible. Si llenamos de agua la servilleta no tendrá suficiente oxígeno y se pudrirá en vez de germinar, o en el mejor de los casos se demorará la germinación hasta que el papel se seque lo suficiente y la semilla tenga la cantidad de oxigeno adecuada. Doblamos las toallas de papel, metemos las semillas y las ponemos entre dos platos, de manera que no pase luz. Dejamos los platos en algún lugar cálido, con temperatura de entre 21-23 grados, por ejemplo, el hueco que queda entre el techo y la nevera, allí el motor da el calor suficiente de manera estable para poder germinar. ¡Revisamos cada 24 horas y a plantar! Mientras esperamos a que germinen las semillas, vamos preparando las macetas y el sustrato donde se han de cultivar. Como cultivar cannabis automático tiene por estrategia que las plantas no sufran estrés buscaremos un tiesto grande, de 25 litros o más. Si los vamos a reutilizar de cosechas anteriores lo lavamos bien y desinfectamos con lejía y agua, luego aclaramos con agua sola. Como las macetas para autoflorecientes estarán al sol, es indispensable que sean de color blanco, ya que el color negro o marrón absorbe mucho calor de la luz del sol, lo que termina cocinando las raíces. Buscaremos un sustrato esponjoso, de calidad, que permita un rápido desarrollo de las raíces, necesitamos sacar el máximo de producción de estas variedades y no podemos darnos el lujo de que se estanque el crecimiento una semana. Como las plantas van a estar en un ático o en un balcón es muy útil aislarlas del suelo, ponerlas sobre unas maderas o platos evita que el calor del suelo queme las raíces. Regar la tierra antes de plantar, así evitaremos estrés por falta de oxigeno. Como el sustrato ya viene previamente abonado y la planta es aún muy pequeña aportaremos estimulante de raíz, para que la plántula arranque con fuerza el sistema de raíces y tengamos plantas más frondosas y más ramificadas. Atentos a los riegos para evitar el estrés hídrico, pero tampoco pasarse con los riegos, un sustrato con demasiada agua, no tiene oxígeno y las raíces necesitan de ambos. Una buena forma de saber si necesitan agua es levantar el tiesto a pulso, así podemos controlar si tiene agua en el sustrato sin necesidad de meter el dedo, lo que puede dañar la masa radicular. Ten en cuenta que existen abonos específicos para plantas autoflorecientes, que ya desarrollan su formulación teniendo en cuenta los ciclos cortos de crecimiento y la floración, y que son ideales cuando el sustrato se queda con poco abono. A partir de junio empiezan a llegar las plagas, a estas plantas las trataremos solo con preventivos y productos biológicos porque tienen poco crecimiento y entran en floración a las pocas semanas. Si bien con estas variedades de ciclo vital corto no hay problemas de acumulación de sales en el sustrato, tendremos que tener cuidado con la calidad del agua de grifo. En caso de que contemos con agua dura o mala, es decir agua con una cantidad de sales disueltas superior a 0,9 mS, necesitaríamos contar con un equipo de ósmosis inversa y luego reconstituir el agua osmotizada a 0,4-0,6mS con calcio y magnesio. Saber la calidad del agua de riego es fundamental para el cultivo de las plantas. Para medir las sales disueltas y poder controlar mejor el abonado es necesario contar con un medidor de EC y un medidor de pH. Para asegurarnos que los nutrientes puedan ser absorbidos por nuestra planta es conveniente situar el pH del agua de riego entre 5,5 y 6,7. Un pH down o pH- será útil para dejar el agua de riego en los valores indicados. Los últimos 10 o 15 días antes de cosechar conviene regar con abundante agua sola o con agua de ósmosis sin reconstituir, de manera que se limpie el sustrato de nutrientes y excesos de sales. Esto hace que planta consuma los nutrientes que tiene almacenados en las hojas, así nos aseguramos de que las plantas conserven los aromas y sabores propios. Las plantas autoflorecientes se cosechan y luego se secan como las variedades normales, en un lugar oscuro y ventilado, si es posible a 20 grados y a 50% de humedad. Con un secado y un curado de unas semanas ya están listas para su disfrute. Las variedades autoflorecientes como crecen también durante la floración, tienen las hojas con mucha resina, que se puede aprovechar luego del manicurado para extraer los tricomas en seco, hielo, o tipo BHO. Incluso hay cultivadores que usan estas plantas para realizar extracciones cada dos o tres meses. El boom de las variedades autoflorecientes ha hecho posible que tengamos cruces autoflorecientes de todo tipo, plantas altas y bajas, con dominancia Indica o Sativa etc. En el próximo número ahondaremos en el tema de la selección de variedades de marihuana feminizadas y autoflorecientes para plantar en el balcón. Text: Bosterix
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