Botritis y oidio

Exitable
22 Sep 2015

Millones de jardineros de todo el mundo sufren las consecuencias de la botritis y el oidio cuando están casi listos para cosechar, aunque estas enfermedades pueden atacar a las plantas de marihuana en cualquier fase del ciclo vital. 


Millones de jardineros de todo el mundo sufren las consecuencias de la botritis y el oidio cuando están casi listos para cosechar, aunque estas enfermedades pueden atacar a las plantas de marihuana en cualquier fase del ciclo vital. 


Este cogollo Sativa está afectado por moho gris y un poco de oidio.

El moho gris ataca las plantas al aire libre cuando hay niveles altos de humedad o lluvia.

Millones de jardineros de todo el mundo sufren las consecuencias de la botritis y el oidio cuando están casi listos para cosechar, aunque estas enfermedades pueden atacar a las plantas de marihuana en cualquier fase del ciclo vital. La susceptibilidad de un jardín a las enfermedades suele estar asociada a condiciones ambientales, como la temperatura, la humedad, la luz, el flujo de aire, el pH y los nutrientes. Los hongos se desarrollan cuando disponen de los niveles adecuados de humedad y temperatura, así como de unas condiciones de acidez y una buena fuente de alimento. Hay varias cosas que puedes hacer para proteger las plantas de estas enfermedades.

Moho gris (Botrytis cinerea, Botryotinia fuckeliana – pudrición del cogollo)

Las esporas del moho gris flotan en el aire, por lo que siempre están en contacto con las hojas de las plantas, que son sus posibles huéspedes. Sin embargo, necesitan un entorno húmedo y ácido para prosperar. Al principio, la zona infectada se vuelve pastosa y de color marrón. Luego, el moho desarrolla una capa algodonosa de color gris plateado que se compone de miles de racimos de esporas similares a los racimos de uvas. Las condiciones frescas y húmedas que prefiere el moho suelen darse con más frecuencia a principios de primavera y en otoño, durante la época de cosecha al aire libre, o en espacios húmedos y mal ventilados de interior.

El hongo Botrytis cinerea suele desarrollarse en los prietos racimos florales de cannabis cuando el flujo de aire es escaso. El moho del centro del cogollo puede no resultar aparente en principio, y un buen cogollo de aspecto estupendo puede, de hecho, estar “hueco” debido al daño producido por el moho. Éste es el motivo de que la enfermedad se conozca comúnmente como “pudrición del cogollo”, aunque el nombre correcto, Botryotinia fuckeliana, parece adecuado para este hongo patógeno.

Típica infección de oidio: las hojas parecen cubiertas de azúcar en polvo.

Al aire libre, los gruesos cogollos que maduran con tiempo fresco y húmedo pueden verse afectados por un brote. El follaje dañado o enfermo también es más propicio a hospedar el hongo. En interior, una mala circulación del aire da como resultado un estancamiento que hace que se acumule la humedad, lo que fomenta el crecimiento fúngico.

B. fuckeliana es un hongo parásito que puede destruir plantas o cogollos si no se controla. No necesita luz para crecer y prefiere los lugares frescos, húmedos, ácidos y poco iluminados. Si las esporas se posan en un sitio húmedo y ácido, brotan y desarrollan filamentos de hifas. A medida que estos filamentos van llenando el espacio, la colonia se hace más visible.

La masa de filamentos de hifas se desarrolla en un micelio, la capa algodonosa de color blanco grisáceo que indica de manera obvia la presencia de la colonia. El micelio absorbe nutrientes de la planta huésped, destruyendo las hojas y los cogollos en el proceso. Se liberan enzimas que descomponen la materia vegetal en una pasta de nutrientes que puede absorber el moho. Esto causa los mayores daños.

Mientras las condiciones sigan siendo favorables y haya material de la planta huésped, el hongo continúa extendiéndose. Al mismo tiempo, desarrolla estructuras reproductoras que sueltan esporas al aire. Una espora de B. fuckeliana puede germinar y madurar hasta producir nuevas esporas en cuestión de días.

Las infecciones de oidio se extienden rápidamente. Todo el jardín está infectado.

Una colonia libera miles de millones de esporas, y cada una de estas esporas es capaz de iniciar una colonia nueva. Si una espora cae en un entorno adecuado, germinará y seguirá el ciclo. Las esporas que se posan en lugares no propicios para la germinación permanecen latentes hasta que el entorno cambia. En ambientes secos, pueden permanecer años en estado latente.

Las esporas pueden entrar en el jardín de interior por el sistema de ventilación, en la ropa o en plantas contaminadas. Un mantenimiento adecuado de la casa puede reducir la cantidad de elementos portadores en el jardín, pero lograr que no entre ninguna espora en el jardín es algo irrealista en la mayoría de situaciones.

Controles

La mejor forma de evitar el moho gris consiste en no proporcionarle un hogar acogedor. Como el moho se desarrolla únicamente en condiciones de humedad, la primera línea de defensa es controlar la humedad para que los niveles se mantengan por debajo del 50%.

Es probable que la severidad de la infección por moho gris sea mayor en la parte más espesa de la canopia, donde la circulación de aire es menor. Las plantas frondosas de exterior pueden abrirse con cuerdas o redes para mejorar el flujo de aire. Elimina las ramas interiores y débiles para mejorar la circulación. Los ventiladores ayudan a prevenir el moho eliminando las bolsas de aire húmedo que rodean las hojas y las flores.

No apliques abonados foliares a las plantas durante los últimos 30 días de floración porque la humedad puede quedar atrapada dentro de los cogollos. Rocía las plantas al principio del día durante la fase vegetativa y a principios de floración, de manera que la humedad de las hojas o los cogollos pueda evaporarse antes de que llegue la oscuridad. Regar el jardín al comenzar el periodo de luz o temprano en el día hará que el exceso de humedad de las hojas tenga tiempo de evaporarse.

Corta y retira las porciones afectadas de las plantas o los cogollos, o elimínalos por completo para reducir los sitios portadores en potencia. Destruye cualquier material infectado, y desinfecta las herramientas para evitar que extiendan las infecciones. La hierba mohosa debe tirarse, aunque los cogollos no afectados de una misma planta pueden ser consumidos.

Las esporas de oidio son visibles usando una lupa de fotógrafo o un microscopio de mano.

Tras eliminar toda señal de infección, corrige los factores ambientales. Si las circunstancias no permiten controlar el medio ambiente, emplea medidas preventivas, como la aplicación de Bacillus subtilis (QST 713, conocido con el nombre comercial Serenade), o un fungicida como Ed Rosenthal’s Zero Tolerance Herbal Fungicide, que incluye bicarbonato de potasio. Resulta más efectivo usar los fungicidas de manera preventiva, así que aplícalos al principio de la estación húmeda. Hay jardineros que utilizan azufre para tratar las plantas en riesgo o ya infectadas. Puede aplicarse en polvo, en planchas de dióxido de azufre o con botes de azufre. El bicarbonato de potasio previene la germinación del moho; el bicarbonato de sodio (bicarbonato común) puede usarse como sustituto. Las pulverizaciones a base de canela, algas, D-limoneno (aceite de cítricos) y manzanilla tienen propiedades antifúngicas y ayudan a controlar los brotes de moho.

Oidio

El oidio (causado por distintos hongos) es la cruz de los cultivadores modernos de marihuana. Parece azúcar molido espolvoreado sobre las hojas. Al principio, se muestra como un círculo irregular en solo una pequeña porción de la hoja, pero pronto se extiende por los tejidos y cubre toda la hoja. Las colonias se desarrollan rápidamente en la vegetación circundante y en otras zonas del jardín. El oidio es más proclive a atacar las hojas jóvenes, de hasta dos o tres semanas de edad.

La planta se infecta cuando una espora, llamada conidio, se posa en una hoja y germina. En poco tiempo crece un apresorio, que es una estructura achatada que se forma en la punta de un filamento de hifa y la conecta con firmeza a la superficie de la hoja. El hongo emplea el apresorio como tubo de guía para perforar la pared celular y la membrana de la planta, e inserta un haustorio, que es una proyección de la hifa y sirve para absorber nutrientes del interior de la célula vegetal. El haustorio chupa los nutrientes de la planta y se los proporciona al hongo, debilitando la hoja y ralentizando el crecimiento. En una semana, el hongo produce unos tallos diminutos tipo champiñón, los cuales liberan millones de esporas listas para infectar la superficie de más hojas. El hongo también produce otro tipo de estructura, el cleistotecio, que contiene esporas. Permanece latente durante el invierno al aire libre, y también puede ocultarse en invernaderos y cuartos de cultivo tras la cosecha de un cultivo.

Los hongos

Cómo mínimo hay dos hongos distintos que causan el oidio en el cannabis. El primero de ellos, Leveillula taurica, probablemente se encuentre en jardines húmedos. El otro, Sphaerotheca macularis, es más virulento. L. taurica suele atacar con mayor frecuencia los jardines cálidos. Prefiere una temperatura alrededor de 25 ºC y puede germinar con poca humedad, pero funciona mejor entre 40 y 60% de humedad relativa, que son los niveles que suelen encontrarse en los jardines de interior. Su desarrollo se inhibe con la humedad de las pulverizaciones con agua, ya que destruyen las esporas.

S. macularis prefiere una temperatura más fresca, pero su virulenta expansión tanto en jardines de interior como al aire libre tolera mejor el calor y la luz brillante. Prospera con humedad moderada y sus esporas pueden vivir en el agua durante periodos cortos.

En un invernadero sin calefacción o al aire libre, las preferencias de temperatura de L. taurica y S. macularis se solapan, así que las plantas son susceptibles de ser infectadas entre 15 y 30 ºC. Se desarrollan bastante bien en climas moderados, mejor que cuando el tiempo es especialmente húmedo.

Las esporas de ambas especies se dispersan en el aire. Cuando caen en la vegetación adecuada, germinan y empiezan a robar los nutrientes de las plantas. Las esporas de S. macularis también se desplazan con el agua en movimiento, como gotas de agua que caen de hoja en hoja o son llevadas por el viento a otras plantas.

Controles

Debido al modo problemático de transmisión de estos hongos, puede resultar difícil evitar un brote de infección y, una vez que empieza, es un reto controlarla. En algunos aspectos, es más nociva que las plagas de insectos porque echa a perder la materia vegetal que toca, dejándola inservible. No obstante, los cogollos infectados pueden procesarse para hacer concentrados como hachís al agua.

En interior, es especialmente importante poner en cuarentena las plantas nuevas antes de introducirlas en el jardín. El filtrado del aire ayuda a impedir que el oidio entre en la habitación con la corriente. Si existe algún tipo de duda sobre el historial del lugar respecto al oidio, esteriliza la zona y los materiales de cultivo antes de iniciar un cultivo nuevo.

Plano detalle de oidio en una hoja de marihuana.

Una precaución añadida para el oidio consiste en añadir luz UVC en el jardín. Todo el aire de entrada de la ventilación debería pasar por la luz. La luz UVC es germicida, y acaba con todas las esporas en suspensión que pasen por ella.

Cuando un jardín de interior muestra señales de infestación por oidio, hay muchos enfoques distintos para erradicar el problema. Si se coge pronto, el jardinero puede podar las partes afectadas de las plantas. Es importante desinfectar las herramientas usadas para eliminar las plantas infectadas, y manejar con cuidado el material a desechar para no dispersar las esporas accidentalmente.

El oidio también se controla mediante la temperatura. Los dos tipos de hongos que causan el oidio son sensibles al calor, y dejan de crecen cuando la temperatura supera 32 ºC. Cuando la temperatura llega a 38 ºC, ambos hongos perecen. Provocar una subida acusada de temperatura para acabar con el oidio puede ser buena idea, pero si se hace de forma inadecuada podría ser perjudicial para las plantas.

Los hongos mueren si el entorno es alcalino. Ajusta el pH en la superficie de la hoja para que sea alcalino, con un valor superior a 8, usando bicarbonato de potasio o de sodio, o pH Up. Esto hace que la superficie de la hoja sea inhóspita para el oidio.

El silicio ayuda a fortalecer el tallo, sirve como regulador alcalino y tiene propiedades fungicidas naturales. Hay muchas maneras de aumentar la cantidad de silicio en la tierra y otros medios de cultivo, como añadir tierra diatomácea, greensand o arenisca verde, arcilla pirofilita y fertilizantes ricos en silicio, como Pro-Tekt.

El azufre también se ha utilizado durante siglos para controlar el oidio. Hay fórmulas para pulverizar sobre las hojas, y el azufre elemental puede usarse en quemadores para generar dióxido de azufre. El azufre es más efectivo para prevenir la formación de oidio que para tratar una infección. Cuando se usa de manera inadecuada o la concentración es excesiva, provoca daños en las hojas. Aún así, es un método efectivo de control.

También pueden prepararse pulverizaciones foliares o comprarlas hechas. Haz tú mismo una solución con aceite o té de canela, cobre, ajo, aceites herbales, peróxido de hidrógeno, D-limonene (aceite de cítricos), leche, aceite de neem y vinagre. Hay jardineros que recomiendan alternar estas opciones de tratamiento para lograr los mejores resultados. Una pulverización compuesta por el 10% de leche y el 90% de agua es útil para impedir que germinen las esporas.

Algunos controles biológicos también funcionan contra el oidio. Serenade, cuando se aplica semanalmente, hace que el oidio remita. Otra variedad de bacterias, el Bacillus pumilus (QST 2808, conocida por el nombre comercial Sonata), produce un compuesto que interrumpe el desarrollo fúngico. Sonata no erradica el oidio por completo, pero funciona bien en combinación con Serenade y otras soluciones para reducir en mayor grado la infección. Zero Tolerance Herbal Fungicide y Serenade funcionan de manera sinérgica para combatir el oidio y evitar su recurrencia.

Conclusión

Con el uso de las medidas preventivas enumeradas anteriormente, deberías ser capaz de controlar estas enfermedades debilitantes que destruyen los cogollos. Lograrás minimizar las pérdidas aunque las condiciones ambientales sean favorables a los patógenos.

[Nota final del editor: En España la casa Prot-eco está fabricando productos ecológicos para el tratamiento de botritis y oidio, bajo los nombres comerciales de Oidioprot y Botryprot, sus resultados son excelentes y recomendamos su uso como preventivo en las zonas donde se den problemas habituales con botritis y oidio]

E
Exitable