Un libro maravilloso sobre el regreso del cáñamo

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27 Oct 2014

El autor estadounidense Doug Fine, conocido por su brillante obra “Too High To Fail” ha escrito un nuevo libro sobre nuestra planta favorita. Hemp Bound, publicado el pasado abril, habla del cáñamo como materia prima. No sólo para hacer ropa, papel, cosméticos y otros productos que llevan siglos fabricándose a partir de la planta, también bioplásticos y biocombustibles. Un gran libro, con el humor, la energía y la profesionalidad que caracterizan el trabajo de este gran autor.


El autor estadounidense Doug Fine, conocido por su brillante obra “Too High To Fail” ha escrito un nuevo libro sobre nuestra planta favorita. Hemp Bound, publicado el pasado abril, habla del cáñamo como materia prima. No sólo para hacer ropa, papel, cosméticos y otros productos que llevan siglos fabricándose a partir de la planta, también bioplásticos y biocombustibles. Un gran libro, con el humor, la energía y la profesionalidad que caracterizan el trabajo de este gran autor.

El autor estadounidense Doug Fine, conocido por su brillante obra “Too High To Fail” ha escrito un nuevo libro sobre nuestra planta favorita. Hemp Bound, publicado el pasado abril, habla del cáñamo como materia prima. No sólo para hacer ropa, papel, cosméticos y otros productos que llevan siglos fabricándose a partir de la planta, también bioplásticos y biocombustibles. Un gran libro, con el humor, la energía y la profesionalidad que caracterizan el trabajo de este gran autor.

El año pasado, el Belgian Mambo Social Club y el VOC (Asociación holandesa para la abolición de la prohibición del cannabis) invitaron a Doug Fine a venir a Europa para pronunciar una serie de conferencias en, entre otros, la feria Canna Fest de Praga, la Universidad de Londres, el Cannabis College de Ámsterdam y el Mambo Social Club de Hasselt. El mensaje de Fine fue claro: la guerra contra las drogas ha terminado y la avalancha verde es imparable. En aquel momento, él ya llevaba un tiempo trabajando en la secuela de Too High To Fail y me explicó que sería un libro exclusivamente sobre cannabis no fumable, es decir, sobre cáñamo. Una de las plantas cultivadas más antiguas de nuestra historia.

El cáñamo industrial está a punto de volver en una escala que es difícil comprender: ese es el mensaje central de Hemp Bound. En la primera página, Doug escribe:

“El cultivo de cáñamo está muy cerca de volverse legal (y poco después, enorme) en Estados Unidos. Es algo que empezó a suceder cuando estaba a mitad de escribir este libro. No estoy acostumbrado a ganar totalmente grandes e importantes batalla sociales. Es una asombrosa obviedad. Y tiene un impacto directo en mi vida. Para poner un ejemplo: el día que el cáñamo se legalice estoy pensando en empezar a cultivar cuatro acres (1,6 hectáreas) para que mi querida mujer no tenga que seguir importando de China la tela que usa para hacer las camisas que me pongo para las entrevistas sobre el valor económico del cáñamo. 

2013 fue el año clave. De hecho, el año pasado fue el más importante de los 8.000 años que dura la relación entre la humanidad y la planta de cáñamo, “desde que el primer cazador del Paleolítico con un ampolla en el pie descubrió que la fibra de cáñamo le permitía hacer sandalias más resistentes que las de cualquier otro”. El estado de Kentucky legalizó el cultivo de cáñamo industrial, como Colorado, un estado que también legalizó el cannabis fumable. Hoy en día, un total de diez estados de Estados Unidos de América han legalizado el cáñamo hasta cierto punto. El Congreso está trabajando en una enmienda que permita a todos los estados legalizar el cáñamo sin permiso federal.

En Canadá la industria del cáñamo ya mueve unos 500 millones de dólares al año. El gobierno canadiense empezó a moverse en una nueva dirección a mediados de los años noventa al financiar la investigación sobre qué variedades de cáñamo serían más adecuadas para cultivar en las distintas regiones del país. Estados Unidos, por tanto, tiene que recuperarse de su retraso, aunque se están produciendo un rápido desarrollo que Fine explica brillantemente. Su profunda investigación y su ameno estilo literario dejan claro su pasado como periodista. La extensión del libro le brinda espacio suficiente para explicar su historia personal además de los hechos. Esta combinación ya le sirvió para escribir el hilarante “Farewell my Subaru”,, en el que cuenta su metamorfosis de típico chico urbanita neoyorkino a granjero de cabras y usuario de energía solar en Nuevo México. El libro fue publicado en 2009 y supuso el descubrimiento de Doug como autor de no ficción.

El año pasado, durante la gira de Too High to Fail, en su visita a la ONU en Viena invitado por Encod, conocí a Doug, una especie de cruce entre un optimista vaquero americano y un intelectual europeo medioambientalmente concienciado. Con sombrero de cowboy pero sin el tono de voz excesivamente alto de algunos de sus compatriotas. Doug tiene un fino sentido de la ironía y desprecia el cinismo. No es un activista radical cannábico, es alguien que se diocuenta mucho más rápidamente que sus colegas de que una revolución iba a ocurrir: el final de la guerra contra las drogas, “la peor decisión política estadounidense desde la esclavitud”, y el regreso del cannabis como medicina, estimulante y materia prima. Según Fine, hasta hace muy poco, ese regreso parecía impensable. El Congreso se reía de la legislación tolerante con el cannabis: “durante las tres cuartas partes de un siglo, la vida entera de mi padre, la verdad fue irrelevante, hasta el pasado junio. El cáñamo se liberó de nuevo en nuestra memoria genética”.

Hemp Bound nos explica, con la rapidez de un torbellino, cómo puede el cannabis cambiar nuestras vidas. Entre los títulos de los capítulos encontramos: “Cultiva tu próxima casa (o fábrica, escuela o rascacielos”, “Diablos, cultiva tu tractor al completo con cáñamo”, “Llénala de cáñamo”, “No sólo legalízalo, subvenciónalo”. Doug llevó a cabo la mayor parte de su investigación y de las entrevistas en Estados Unidos, pero también empleó el tiempo que pasó en Holanda en noviembre del año pasado para visitar HempFlax en Oude Pekela. Michel Degens, del Mambo Social Club, y yo le acompañamos al norte. Fue un día memorable que está extensamente narrado en el libro.

Hemp Bound es un libro necesario para cualquiera que desee saber más sobre la historia y, especialmente, sobre el futuro del cáñamo. Un montón de información que probablemente no verás en los medios de comunicación de masas hasta dentro de unos cuantos años. En palabras del activista cannábico y leyenda de la música country, Willie Nelson: “Hemp Bound nos cuenta, con interesantes detalles y mucho humor, cómo podemos conseguir una Tierra Prometida sostenible. Doug ha creado el anteproyecto para el futuro de América”.

Doug Fine
Hemp Bound: Dispatches from the front lines of the next agricultural revolution
Chelsea Green
Publishing Co
192 páginas, €13.49

Pídelo online:
http://dougfine.com/books/hemp-bound/

Fragmento de Hemp Bound:
“Los prados del norte de Holanda todavía estaban blancos por la escarcha cuando partí una mañana de otoño a visitar el cuartel general de HempFlax en la provincia de Groningen. La que fue, probablemente, la parte más interesante de mi investigación para este libro –y escogerla es tan difícil como elegir entre tus sabores favoritos de helado- sucedió casi al final, en la fábrica de HempFlax. Allí me encontré mirando (y tocando) las fibras de cáñamo que se introducen en los paneles de las puertas de los Mercedes y BMW. Salían de un separador mecánico que enviaba los restos del proceso a otra tolva para fabricar arena para gatos. Hemp Flax parece extraída del artículo publicado en 1938 en Popular Mechanics que ensalzaba los 25.000 usos del cannabis. Hemp Flax comercializa parte de la cosecha europea de cannabis industrial para papel, textiles y aislamiento en construcción. La enorme y ruidosa fábrica que estaba visitando está fría mañana procesa más de 600 kg de fibra de cáñamo cada hora.”

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