Los secretos de Jamaica

Exitable
17 Sep 2014

En el artículo anterior os explicábamos como las perversas leyes jamaicanas sobre posesión persiguen y criminalizan a los jóvenes jamaicanos, dejando a tantos de ellos metafísica y económicamente encadenados a sus antecedentes penales que está teniendo un efecto negativo sobre todo el país. Desde Soft Secrets no queríamos dejarlo así sin contaros como están las cosas en el mundillo de los cultivadores y fumetas de esta maravillosa isla, habría sido una horrible injusticia.


Hay dos escuelas distintas de cultivadores de hierba, la vieja y la nueva. Los de la vieja escuela pueden pasar décadas trabajando en una variedad o en un método de cultivo en particular, mientras que los de la nueva escuela se interesan en las variedades de semillas de diseño y en producir hierba de calidad mundial. De todo el país, Westmoreland y Saint Elizabeth son dos de las provincias con la agricultura más valorada, así que allí nos dirigimos para hablar con algunos granjeros locales…

 

“En los viejos tiempos plantábamos la semilla en junio y cosechábamos en noviembre, era hierba de la vieja escuela, ¿vale tío?, la auténtica ganja. Ahora han traído nuevas semillas de Europa y América, nueva mierda que crece tan rápido que los jóvenes la plantan y cosechan todo el año. Yo todavía cultivo la hierba de la vieja escuela, la hierba original, mi semilla es de los ochenta –semilla realmente vieja, semilla negra, te lo aseguro hermano: ¡es la autentica mierda!”

 

La hierba de Red, la auténtica mierda de semilla negra de los viejos tiempos, era terrible, la peor que encontré en toda la isla. Estaba llena de sus queridas semillas negras y sabía como un cenicero de la noche anterior. Una basura de cosecha. Desde luego no era el tipo de hierba que un cultivador serio mostraría, y estaba muy por debajo de la calidad que cualquier camello jamaicano con un poco de dignidad se atrevería a vender. Sin embargo, Red era un fumeta de la vieja escuela, sabía que su hierba no era nada especial pero a él le gustaba fumar algo suave y, a pesar de sus muchos años, seguía en buena forma física, con la mente despierta y en pleno dominio de sus facultades.

 

Un corto paseo después nos encontramos con otro personaje de los viejos tiempos que se presentó como The Bush Doctor. Nos contó que dejaba sus cogollos en la planta durante nueve meses, hasta que tenían un color marrón dorado. Este tío estaba tan loco como el que más, tenía los ojos saltones y no paraba de moverse, como si fuera de speed. Estaba desesperado por vender su hierba y nos dio lástima así que le dimos 250 dólares (algo más de tres euros) con la idea de fumarnos un porro y tirar el resto. Error, error, error. Aquellos pequeños cogollitos eran más dulces que un mango y pegaban como una mula, con auténtica potencia psicodélica, con un subidón como de éxtasis que casi hace que se me salgan los ojos y que me dejó enraizado en el sitio con una extraña cara de incredulidad. Realmente este tipo había descubierto algo –buscad una planta inmune a la pudrición del cogollo, cuidarla durante muchos meses y contadnos lo que sucede.

Pero ¿sabría a algo sobre Lambsbread? La caza de esta mítica vieja variedad de ganja que hicieron famosa Scratch Perry y Prince Far I era una misión personal, ¿podría The Bush Doctor iluminarme? 

 

“Lambsbread? Es un nombre bíblico, Lambsbread no es un tipo especial de planta, hermano, como su nombre indica, Lamb (cordero) es el Hijo de Dios, y bread (pan), significa alimento para el Hijo, así que Lambsbread es un regalo de Él, que está en el Cielo. No puedes llegar y comprar esa mierda, tío, Lambsbread crece silvestre, ningún hombre la cultiva, simplemente crece como un milagro de la tierra en lugares especiales donde nunca nadie ha ido antes, aparece cada siete años, ella sola, o eso es lo que dicen. Esa sí que es una planta rara tío, si encuentras Lambsbread, sería como una bendición especial de Jah.”

 

¿Cómo van las cosas por la nueva escuela? Gracias a las semillas traídas desde Europa, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos nos encontramos con lo último en genética de importación pero tanto el medio ambiente como las técnicas de cultivo son exclusivamente jamaicanas. Unos cuantos cultivadores han aprendido algo de hidroponía en el extranjero y aplicando este conocimiento estos cultivadores de la nueva escuela están produciendo hierba de exterior tan buena, si no mejor, que cualquier hierba que puedas encontrar en cualquier lugar del planeta.

 

“Creo que no ire más a Inglaterra, tío, no hay nada que hacer en una tormenta aparte de cultivar hierba, fumar hierba y ver la estúpida televisión. Cuando yo volví a casa me traje muchas semillas conmigo, hay semillas peligrosas en ese país –¡Pineapple Haze y Ice son el caliz! Mira esta dulzura…”

 

Fue hasta su coche y trajo un largo cogollo sinsemilla de cincuenta centímetros, perfectamente manicurado y seco, brillaba al sol como un millón de pequeños diamantes. Una joya de cogollo.

 

“Esto es Ice, dos mil por este cogollo, y es barato por ser para ti hermano, los turistas americanos pagan ocho mil sin problema, dos mil es el precio jamaicano, ¿lo quieres?”

 

El clima y la fertilidad del suelo en este rincón del sudoeste es lo que realmente le convierte en el epicentro del cultivo de hierba en Jamaica, pero aún hay unos pocos lugares de la región aún más privilegiados.

 

“Tenemos suerte por aquí, hay una gran cueva cerca, llena de miles de murciélagos, y ¡todos cagan en ella! Usamos un poco de estiércol seco de vaca, también guano seco de murciélago y algas secadas al sol –excavamos una zanja circular alrededor del lugar donde vamos a cultivar cada planta, mezclamos toda esa mierda y rellenamos la zanja con ella. Tío, con esa mierda se hacen árboles enormes.” 

 

No solo hay felicidad en la vida de los granjeros jamaicanos. Las autoridades hacen redadas constantemente y cortan las plantas y queman los campos. Mientras estábamos allí había una avalancha de polis por toda la región:

 

“No puedo llevarte a ver mis plantas porque la policía las quemó la semana pasada desde uno de sus helicópteros. Yo permanecí tumbado entre los arbustos y los vi, si hubiera corrido me habrían visto y yo no corro muy rápido con estas piernas. Nadie me va a dar un trabajo con mi invalidez, por lo que mi familia no tendría dinero, así que mis opciones son tener una familia pobre o cultivar hierba para alimentarlos. Pero Babilonia quema mis plantas y tengo que encontrar nuevas semillas, y eso no es fácil, tío, no es fácil encontrar buenas semillas por aquí… Si quieres ver plantas creciendo vas a tener que pagar muchos dólares o encontrar a algún loco. Si la gente te ve entrando a la selva con un blanco sabrán que estás cultivando plantas y eso te puede causar muchos problemas, tal vez no con la policía, tal vez con ladrones que buscan conseguir una cosecha gratis, o sacarse un dinero, contándoselo a la policía, o no contándoselo a la policía”.

 

La pobreza y la policía han convertido en mundo de los cultivadores en un mundo de paranoia, pero esta cultura de cultivo en secreto es también la causa de que su escena cannábica sea tan diversa y experimental, como hay tantas cosechas a pequeña escala, cultivadas por una o dos personas, las plantas reciben mucho cuidado y atención. Además, quien consigue los mejores cogollos obtiene orgullo personal y posición social por lo que son plantas cultivadas con mucho amor.

 

En cuanto a la cultura del consumo, Jamaica es un lugar donde se fuma en porro. No esperes que ningún jamaicano te ofrezca una calada de su porro, cada uno se lía y se fuma el suyo. Te mirarán raro si intentas hacer otra cosa. La mayoría de ellos mezcla la hierba con un poco de tabaco, aproximadamente un tercio de un cigarrillo Craven A. Lo mezclan con un poco de hierba desmenuzada a mano y lo lían con un Rizzla en un porro grueso, cónico y sin filtro. Pero la verdad es que funciona. Pinky me lo mostró en el ropero de una discoteca, corto y cónico, cada calada sabía fantástica y te elevaba a las alturas.

No supo decirme qué estábamos fumando. Cuando la hierba llega al consumidor el nombre de la variedad ha sido olvidado o cambiado, pero a la gente de la calle no parece preocuparle demasiado:

 

“¡La hierba ha llegado!” 

Lennox caminaba con una gran sonrisa en su cara.

“Hey tío, ¿qué has conseguido?”

“¿Qué? Tengo hierba, ¿qué crees que tengo?”

“Sí, se que tienes hierba, pero ¿qué tipo es?”

Se río. “Los nombres ya no significan nada, tío. Tienen Purple Spaceship Haze, Juicy Pussy Fruit que te llevan a la Luna y te ponen a orbitar al Sol. Yo no sé nada sobre eso, pero esta es buena hierba, eso es todo lo que necesitas saber. Es buena mierda, limpia y agradable, y esta bolsa cuesta doscientos dólares… Y esta es hierba apestosa de primera clase, la bolsa cuesta quinientos dólares, pero es un buen precio hermano. Si eres listo cogerás la mitad y la venderás por lo que tú pagaste para recuperar tu dinero. La gente paga bien por hierba como esta.”

 

Todo lo que se encuentra es hierba, hay muy poco hash por aquí, es lo esperable estando la mayor parte del país al nivel del mar y en el trópico. Dicho esto, conseguimos encontrar algo extraño a lo que llamaban hash:

 

“Hago esto con ron, con el ron Wray and Nephews con graduación del 70 por ciento. Desmenuzo la ganja, la meto en el alcohol y lo pongo al fuego, con el calor justo. Lleva tiempo pero tienes que probarlo, la gente vuelve a buscarlo, a los americanos les encanta.”

 

Jez era un buen tipo, tranquilo, honesto y decente pero tuve que reírme cuando me enseño el hash del que llevaba hablando dos días –parecía un trozo de alquitrán mezclado con unas pocas briznas de hierba. No se liaba bien, ni quemaba bien, ni hizo mucho más que hacer que me preguntara con qué estaba envenenando mis pulmones. ¿Alquitrán de hachís?

 

No importa. Más tarde mi hermano me dijo que iba a comprar una onza por cinco dólares americanos. Nos reencontramos media hora más tarde. ¿Una onza? Más bien no, pero por cinco dólares seguía siendo un buen trato. Sacamos los cogollos de los tallos y los pesamos, ¡35,2 gramos! Calada, calada, calada… Si tío, mierda de la vieja escuela, al estilo de Bush Doctor. Jah nos bendiga.

 

Hay un montón de culturas cannábicas diferentes alrededor del mundo, desde Marruecos hasta California, México, Sudáfrica, Ámsterdam, etc... pero si hubiera un campeonato del mundo es difícil imaginar que ningún país pudiera vencer a Jamaica en la lucha por la medalla de oro. Casi en cualquier sitio al que vas y en casi cualquier cosa que hagas estarás acompañado por una banda sonora de reggae; el profeta más famoso del país (y prácticamente del último milenio) es también el jamaicano más popular y el fumador de ganja más conocido del mundo; es el lugar de nacimiento de la cultura y filosofía Ras Tafari, e incluso el clima y el lugar parecen llevarte permanentemente a encender un buen peta y sentarte a admirar la Creacion de Jah –las perfectas playas de postal, el brillante cielo azul, el sol abrasador, las mil sombras de lujurioso verde selvátivo, esas formidables sonrisas jamaicanas… Adelante, sabes que quieres hacerlo, no seas gallina y reserva esos billetes de avión y enamórate de un lugar especial.

 

* Ninguna de las personas que aparecen en las fotos son traficantes o cultivadores.
**  World War Weed: Tales from the Trench, el primer libro de The Professor, ya está disponible en www.worldwarweed.com así como en The Dam Good Headshop, Ebrington Street, Plymouth. En el artículo anterior os explicábamos como las perversas leyes jamaicanas sobre posesión persiguen y criminalizan a los jóvenes jamaicanos, dejando a tantos de ellos metafísica y económicamente encadenados a sus antecedentes penales que está teniendo un efecto negativo sobre todo el país. Desde Soft Secrets no queríamos dejarlo así sin contaros como están las cosas en el mundillo de los cultivadores y fumetas de esta maravillosa isla, habría sido una horrible injusticia.

 Hay dos escuelas distintas de cultivadores de hierba, la vieja y la nueva. Los de la vieja escuela pueden pasar décadas trabajando en una variedad o en un método de cultivo en particular, mientras que los de la nueva escuela se interesan en las variedades de semillas de diseño y en producir hierba de calidad mundial. De todo el país, Westmoreland y Saint Elizabeth son dos de las provincias con la agricultura más valorada, así que allí nos dirigimos para hablar con algunos granjeros locales…

 

“En los viejos tiempos plantábamos la semilla en junio y cosechábamos en noviembre, era hierba de la vieja escuela, ¿vale tío?, la auténtica ganja. Ahora han traído nuevas semillas de Europa y América, nueva mierda que crece tan rápido que los jóvenes la plantan y cosechan todo el año. Yo todavía cultivo la hierba de la vieja escuela, la hierba original, mi semilla es de los ochenta –semilla realmente vieja, semilla negra, te lo aseguro hermano: ¡es la autentica mierda!”

 

La hierba de Red, la auténtica mierda de semilla negra de los viejos tiempos, era terrible, la peor que encontré en toda la isla. Estaba llena de sus queridas semillas negras y sabía como un cenicero de la noche anterior. Una basura de cosecha. Desde luego no era el tipo de hierba que un cultivador serio mostraría, y estaba muy por debajo de la calidad que cualquier camello jamaicano con un poco de dignidad se atrevería a vender. Sin embargo, Red era un fumeta de la vieja escuela, sabía que su hierba no era nada especial pero a él le gustaba fumar algo suave y, a pesar de sus muchos años, seguía en buena forma física, con la mente despierta y en pleno dominio de sus facultades.

 

Un corto paseo después nos encontramos con otro personaje de los viejos tiempos que se presentó como The Bush Doctor. Nos contó que dejaba sus cogollos en la planta durante nueve meses, hasta que tenían un color marrón dorado. Este tío estaba tan loco como el que más, tenía los ojos saltones y no paraba de moverse, como si fuera de speed. Estaba desesperado por vender su hierba y nos dio lástima así que le dimos 250 dólares (algo más de tres euros) con la idea de fumarnos un porro y tirar el resto. Error, error, error. Aquellos pequeños cogollitos eran más dulces que un mango y pegaban como una mula, con auténtica potencia psicodélica, con un subidón como de éxtasis que casi hace que se me salgan los ojos y que me dejó enraizado en el sitio con una extraña cara de incredulidad. Realmente este tipo había descubierto algo –buscad una planta inmune a la pudrición del cogollo, cuidarla durante muchos meses y contadnos lo que sucede.

Pero ¿sabría a algo sobre Lambsbread? La caza de esta mítica vieja variedad de ganja que hicieron famosa Scratch Perry y Prince Far I era una misión personal, ¿podría The Bush Doctor iluminarme? 

 

“Lambsbread? Es un nombre bíblico, Lambsbread no es un tipo especial de planta, hermano, como su nombre indica, Lamb (cordero) es el Hijo de Dios, y bread (pan), significa alimento para el Hijo, así que Lambsbread es un regalo de Él, que está en el Cielo. No puedes llegar y comprar esa mierda, tío, Lambsbread crece silvestre, ningún hombre la cultiva, simplemente crece como un milagro de la tierra en lugares especiales donde nunca nadie ha ido antes, aparece cada siete años, ella sola, o eso es lo que dicen. Esa sí que es una planta rara tío, si encuentras Lambsbread, sería como una bendición especial de Jah.”

 

¿Cómo van las cosas por la nueva escuela? Gracias a las semillas traídas desde Europa, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos nos encontramos con lo último en genética de importación pero tanto el medio ambiente como las técnicas de cultivo son exclusivamente jamaicanas. Unos cuantos cultivadores han aprendido algo de hidroponía en el extranjero y aplicando este conocimiento estos cultivadores de la nueva escuela están produciendo hierba de exterior tan buena, si no mejor, que cualquier hierba que puedas encontrar en cualquier lugar del planeta.

 

“Creo que no ire más a Inglaterra, tío, no hay nada que hacer en una tormenta aparte de cultivar hierba, fumar hierba y ver la estúpida televisión. Cuando yo volví a casa me traje muchas semillas conmigo, hay semillas peligrosas en ese país –¡Pineapple Haze y Ice son el caliz! Mira esta dulzura…”

 

Fue hasta su coche y trajo un largo cogollo sinsemilla de cincuenta centímetros, perfectamente manicurado y seco, brillaba al sol como un millón de pequeños diamantes. Una joya de cogollo.

 

“Esto es Ice, dos mil por este cogollo, y es barato por ser para ti hermano, los turistas americanos pagan ocho mil sin problema, dos mil es el precio jamaicano, ¿lo quieres?”

 

El clima y la fertilidad del suelo en este rincón del sudoeste es lo que realmente le convierte en el epicentro del cultivo de hierba en Jamaica, pero aún hay unos pocos lugares de la región aún más privilegiados.

 

“Tenemos suerte por aquí, hay una gran cueva cerca, llena de miles de murciélagos, y ¡todos cagan en ella! Usamos un poco de estiércol seco de vaca, también guano seco de murciélago y algas secadas al sol –excavamos una zanja circular alrededor del lugar donde vamos a cultivar cada planta, mezclamos toda esa mierda y rellenamos la zanja con ella. Tío, con esa mierda se hacen árboles enormes.” 

 

No solo hay felicidad en la vida de los granjeros jamaicanos. Las autoridades hacen redadas constantemente y cortan las plantas y queman los campos. Mientras estábamos allí había una avalancha de polis por toda la región:

 

“No puedo llevarte a ver mis plantas porque la policía las quemó la semana pasada desde uno de sus helicópteros. Yo permanecí tumbado entre los arbustos y los vi, si hubiera corrido me habrían visto y yo no corro muy rápido con estas piernas. Nadie me va a dar un trabajo con mi invalidez, por lo que mi familia no tendría dinero, así que mis opciones son tener una familia pobre o cultivar hierba para alimentarlos. Pero Babilonia quema mis plantas y tengo que encontrar nuevas semillas, y eso no es fácil, tío, no es fácil encontrar buenas semillas por aquí… Si quieres ver plantas creciendo vas a tener que pagar muchos dólares o encontrar a algún loco. Si la gente te ve entrando a la selva con un blanco sabrán que estás cultivando plantas y eso te puede causar muchos problemas, tal vez no con la policía, tal vez con ladrones que buscan conseguir una cosecha gratis, o sacarse un dinero, contándoselo a la policía, o no contándoselo a la policía”.

 

La pobreza y la policía han convertido en mundo de los cultivadores en un mundo de paranoia, pero esta cultura de cultivo en secreto es también la causa de que su escena cannábica sea tan diversa y experimental, como hay tantas cosechas a pequeña escala, cultivadas por una o dos personas, las plantas reciben mucho cuidado y atención. Además, quien consigue los mejores cogollos obtiene orgullo personal y posición social por lo que son plantas cultivadas con mucho amor.

 

En cuanto a la cultura del consumo, Jamaica es un lugar donde se fuma en porro. No esperes que ningún jamaicano te ofrezca una calada de su porro, cada uno se lía y se fuma el suyo. Te mirarán raro si intentas hacer otra cosa. La mayoría de ellos mezcla la hierba con un poco de tabaco, aproximadamente un tercio de un cigarrillo Craven A. Lo mezclan con un poco de hierba desmenuzada a mano y lo lían con un Rizzla en un porro grueso, cónico y sin filtro. Pero la verdad es que funciona. Pinky me lo mostró en el ropero de una discoteca, corto y cónico, cada calada sabía fantástica y te elevaba a las alturas.

No supo decirme qué estábamos fumando. Cuando la hierba llega al consumidor el nombre de la variedad ha sido olvidado o cambiado, pero a la gente de la calle no parece preocuparle demasiado:

 

“¡La hierba ha llegado!” 

Lennox caminaba con una gran sonrisa en su cara.

“Hey tío, ¿qué has conseguido?”

“¿Qué? Tengo hierba, ¿qué crees que tengo?”

“Sí, se que tienes hierba, pero ¿qué tipo es?”

Se río. “Los nombres ya no significan nada, tío. Tienen Purple Spaceship Haze, Juicy Pussy Fruit que te llevan a la Luna y te ponen a orbitar al Sol. Yo no sé nada sobre eso, pero esta es buena hierba, eso es todo lo que necesitas saber. Es buena mierda, limpia y agradable, y esta bolsa cuesta doscientos dólares… Y esta es hierba apestosa de primera clase, la bolsa cuesta quinientos dólares, pero es un buen precio hermano. Si eres listo cogerás la mitad y la venderás por lo que tú pagaste para recuperar tu dinero. La gente paga bien por hierba como esta.”

 

Todo lo que se encuentra es hierba, hay muy poco hash por aquí, es lo esperable estando la mayor parte del país al nivel del mar y en el trópico. Dicho esto, conseguimos encontrar algo extraño a lo que llamaban hash:

 

“Hago esto con ron, con el ron Wray and Nephews con graduación del 70 por ciento. Desmenuzo la ganja, la meto en el alcohol y lo pongo al fuego, con el calor justo. Lleva tiempo pero tienes que probarlo, la gente vuelve a buscarlo, a los americanos les encanta.”

 

Jez era un buen tipo, tranquilo, honesto y decente pero tuve que reírme cuando me enseño el hash del que llevaba hablando dos días –parecía un trozo de alquitrán mezclado con unas pocas briznas de hierba. No se liaba bien, ni quemaba bien, ni hizo mucho más que hacer que me preguntara con qué estaba envenenando mis pulmones. ¿Alquitrán de hachís?

 

No importa. Más tarde mi hermano me dijo que iba a comprar una onza por cinco dólares americanos. Nos reencontramos media hora más tarde. ¿Una onza? Más bien no, pero por cinco dólares seguía siendo un buen trato. Sacamos los cogollos de los tallos y los pesamos, ¡35,2 gramos! Calada, calada, calada… Si tío, mierda de la vieja escuela, al estilo de Bush Doctor. Jah nos bendiga.

 

Hay un montón de culturas cannábicas diferentes alrededor del mundo, desde Marruecos hasta California, México, Sudáfrica, Ámsterdam, etc... pero si hubiera un campeonato del mundo es difícil imaginar que ningún país pudiera vencer a Jamaica en la lucha por la medalla de oro. Casi en cualquier sitio al que vas y en casi cualquier cosa que hagas estarás acompañado por una banda sonora de reggae; el profeta más famoso del país (y prácticamente del último milenio) es también el jamaicano más popular y el fumador de ganja más conocido del mundo; es el lugar de nacimiento de la cultura y filosofía Ras Tafari, e incluso el clima y el lugar parecen llevarte permanentemente a encender un buen peta y sentarte a admirar la Creacion de Jah –las perfectas playas de postal, el brillante cielo azul, el sol abrasador, las mil sombras de lujurioso verde selvátivo, esas formidables sonrisas jamaicanas… Adelante, sabes que quieres hacerlo, no seas gallina y reserva esos billetes de avión y enamórate de un lugar especial.


**  World War Weed: Tales from the Trench, el primer libro de The Professor, ya está disponible en www.worldwarweed.com así como en The Dam Good Headshop, Ebrington Street, Plymouth.

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