Rober C. Clarke

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10 Jun 2014

Recién publicado, Cannabis: Evolution and Ethnobotany, es un libro fascinante que trata de los orígenes y el desarrollo del cannabis y de la larga y compleja relación entre los humanos y esta planta. Soft Secrets habló extensamente con uno de los autores, Robert C. Clarke, considerado uno de los mayores expertos sobre el cannabis del mundo.


Recién publicado, Cannabis: Evolution and Ethnobotany, es un libro fascinante que trata de los orígenes y el desarrollo del cannabis y de la larga y compleja relación entre los humanos y esta planta. Soft Secrets habló extensamente con uno de los autores, Robert C. Clarke, considerado uno de los mayores expertos sobre el cannabis del mundo.

Recién publicado, Cannabis: Evolution and Ethnobotany, es un libro fascinante que trata de los orígenes y el desarrollo del cannabis y de la larga y compleja relación entre los humanos y esta planta. Soft Secrets habló extensamente con uno de los autores, Robert C. Clarke, considerado uno de los mayores expertos sobre el cannabis del mundo.

Clarke lleva investigando sobre el cannabis desde principios de los años setenta y es autor de Marijuana Botany (1981) y HASHISH! (1998), la “Biblia” sobre la historia del hachís. Vive en Ámsterdam desde finales de los ochenta, donde trabaja como Gerente de Proyectos para la International Hemp Association. Clarke es un simpático sesentón al que los entendidos consideran una de las mayores autoridades en cannabis. No esperéis encontrar en sus libros instrucciones sobre cómo cultivar una súperhierba en poco tiempo sino investigación botánica e histórica profunda y concienzuda. Los libros de Clarke son caros y voluminosos, pero muy valorados por quienes se toman en serio a la planta. Para quienes desean producir hachís de calidad o desarrollar sus propias variedades de cannabis, su trabajo es esencial.

Soft Secrets: ¿Cuándo y cómo fue su primer contacto con el cannabis?
Clarke: “Estudié en la Universidad de California en Santa Cruz y llegué allí en 1971. En mi primera noche allí fume cannabis en una fiesta de presentación en mi residencia universitaria. Desde aquella noche, el cannabis nunca ha salido de mi vida. Llegó un momento en que, aunque mi interés principal estaba en el cannabis, la necesidad de graduarme me forzó a escribir mi tesis, The Botany and Ecology of Cannabis, que autopubliqué en 1976.”

Pocas veces da entrevistas y tiene fama de ser solitario, ¿es así en realidad?
“En realidad no, lo que pasa es que estoy muy ocupado investigando y publicando sobre cannabis. En mi tiempo libre me gusta viajar a lugares remotos a pescar. A veces puede ser complicado encontrarme, pero me encanta la compañía.”

El escritor Doug Fine dice a menudo que “trabaja para la planta”; ¿piensa usted lo mismo?
“Yo no creo que el cannabis necesite nuestro trabajo. A la planta probablemente le iría mejor si nosotros no interfiriésemos con ella. Nuestra relación coevolutiva, que dura ya miles de años, ha resultado beneficiosa para ambas partes; el cannabis se ha extendido por todo el mundo y para una gran variedad de usos, además de haber formado parte de nuestros dramas históricos. Al final del siglo veinte la planta vivió la amenaza de los programas de erradicación, la codicia humana y los avances modernos que llevaron a la destrucción y el desplazamiento de las variedades locales de fibra, semilla y droga, así como de las culturas tradicionales que cultivaban la planta.

Más recientemente, occidentales con las mejores intenciones llevaron híbridos “mejorados” a los países productores, contaminando genéticamente y expulsando las variedades locales que todavía existían allí. La diversidad genética del cannabis se ha visto severamente disminuida. Me preocupa que las medidas actuales que buscan suprimir el cannabis destruyan una gran parte de su potencial antes de que podamos explotar sus beneficios. El principal objetivo de Mark Merlin y yo al escribir Cannabis: Evolution and Ethnobotany era educar a la gente que no tiene el conocimiento suficiente como para tomar decisiones educadas y racionales sobre el futuro de la relación entre los humanos y la planta de cannabis.”

¿Puede decirnos algo sobre el banco de semillas Cultivator’s Choice? ¿Quiénes fueron los fundadores y cuál era su relación con Sacred Seeds?
“David Watson fundó los dos, Sacred Seeds y Cultivator’ Choice, en California, a finales de los setenta. Sacred Seeds se especializó en variedades de cannabis tradicionales (de polinización abierta) mejoradas y estabilizadas. Cultivator’ Choice ofrecía híbridos de alta calidad, basados en las variedades mejoradas de Sacred Seeds. Las variedades de Watson, incluyendo “Skunk 1”, “Afghani 1” y “Original Haze”, llegaron a Holanda a principios de los ochenta y sobre ellas se construyó la industria holandesa de semillas. Fueron los cimientos de la mayoría de las variedades occidentales modernas de cannabis psicoactivo. Cultivator’ Choice fue uno de los bancos de semillas originales en Holanda y todavía existe. Durante los primeros años de los bancos de semillas holandeses escribí el capítulo, What’s in a name? en la primera Cannabible de Jason King. “

¿Cuándo y por qué se mudo a Ámsterdam? ¿Qué aspecto tenía el mundo cannábico holandés en aquel entonces?
“Me trasladé a Ámsterdam a finales de los ochenta para trabajar con David Watson y HortaPharm, la empresa de investigación y desarrollo de cannabinoides medicinales. La primera vez que llegué a Ámsterdam me sorprendió que todo el mundo fumase cannabis mezclado con tabaco. ¿Una hierba benigna mezclada con el tóxico y adictivo tabaco? Si te paras a pensarlo... El único cannabis de alta calidad ampliamente disponible era hachís importado, proveniente de diferentes países. Sólo había unos pocos tipos de hierba importada disponible. Semillas obtenidas de esas hierbas y de los paquetes de alimento para pájaros se sembraban con frecuencia en Ámsterdam y los alrededores, por lo que cientos de estas plantas florecían en terrazas y macetas. Pero no todas ellas maduraban antes de que llegara la primera helada del otoño. La Nederwiet (hierba holandesa cultivada en casa) no era más que una novedad curiosa de muy mala calidad. La hierba holandesa sólo empezó a mejorar realmente cuando se trajeron semillas de híbridos de alta calidad de Norteamérica y se produjo cannabis sinsemilla con las técnicas holandesas modernas de cultivo en invernadero, que fue el origen de la Revolución Skunk.”  

¿Cuáles son las tres ideas falsas más comunes que tiene la gente sobre el cannabis?
“Número uno: la marihuana y el hachís llevan al uso de las drogas duras. Aunque esta idea se basa en una lógica falsa y no hay ninguna evidencia estadísticas, este cuento sigue vivo como principal argumento contra la legalización del cannabis, incluso en su uso médico. Segunda idea falsa: los medicamentos de cannabis son una panacea, una droga maravillosa. Aunque los medicamentos derivados del cannabis han demostrado ser eficaces para combatir los síntomas de muchas enfermedades, no funcionan para todo ni para todos los pacientes. Y actualmente no hay evidencia médica concluyente de que el cannabis pueda llegar a curar realmente alguna enfermedad. Al exagerar los beneficios del cannabis medicinal se puede llegar a impedir el progreso y resulta tan ridículo como afirmar que el uso de cannabis lleva al uso de drogas duras.

La tercera idea falsa más común es que el cáñamo puede salvar el mundo. Otra dañina exageración. Ninguna planta en exclusiva, ni siquiera una tan vieja, valiosa y polivalente como el cannabis, puede salvar el mundo. Esta exageración nace de la idea de que el cannabis es una mala hierba y que por tanto puede ser cultivada en cualquier lugar y en condiciones precarias. El cannabis puede sobrevivir en condiciones muy extremas pero las variedades de fibra y de semillas requieren  campos bien drenados y riegos periódicos. El terreno agrícola es escaso en todo el mundo por lo que el cáñamo compite directamente con cosechas alimenticias. El cáñamo requiere además mucha agua y la falta de agua es una de nuestras más acuciantes preocupaciones medioambientales. Además, el procesamiento de la fibra de cáñamo es muy laborioso y la industria no tiene tecnología moderna disponible para hacer que el cáñamo sea competitivo frente a otras fibras naturales y, principalmente, frente a las fibras sintéticas. En Eurasia, el cáñamo se cultiva principalmente en granjas pequeñas. Las fibras se procesan a mano, pero a un nivel de pequeñas explotaciones, para lo que el cannabis resulta especialmente apropiado.”

Háblenos de su nuevo libro. ¿Lo considera el trabajo de su vida?
“Mi coautor, Mark D. Merlin, es un profesor de botánica en la Universidad de Hawái y ha escrito varios libros sobre drogas. Además de hacer un extenso trabajo de campo, yo tuve un trabajo durante la mayor de los diecisiete años que necesitamos para este libro. Por tanto, hablar del trabajo de mi vida no es realmente exacto, aunque el libro nos ha mantenido ocupados durante una buena parte de nuestras vidas. La relación entre los humanos y el cannabis se remonta a miles de años atrás y ha afectado a casi todas las culturas y países del mundo, por lo que la cantidad de información disponible es inmensa. Repasar toda esa información ha sido una tarea enorme, citamos más de 700 libros y artículos científicos.

Cannabis: Evolution and Ethnobotany explora de manera amplia e interdisciplinaria el origen natural y la evolución temprana de esta famosa planta, haciendo énfasis en su papel histórico en el desarrollo de las sociedades humanas. La planta de cannabis ha sido muy apreciada por sus fibras fuertes y duraderas, su riqueza en aceite, sus nutritivas semillas y las sustancias medicinales y psicoactivas de sus flores femeninas. Los productos culturalmente valiosos y, a menudo indispensables, que se pueden hacer con el cannabis han influido profundamente las prácticas comerciales, medicinales, rituales y religiosas de las culturas humanas. El deseo de obtener esos productos condujo la evolución de la planta en la dirección de las variedades actuales. El interés por el cannabis está creciendo, así como el debate público sobre sus múltiples aplicaciones. Este libro puede ayudarnos a entender por qué la  raza humana sigue creyendo en esta planta y continúa adaptándola a sus necesidades. Tiene 464 páginas de gran formato y está ricamente ilustrado con fotografías, planos, dibujos y tablas. El texto está estructurado como un libro de consulta, para que cualquier interesado pueda encontrar rápidamente la información referente a un cierto aspecto de la relación entre los humanos y el cannabis.”

En el libro, llegan a la conclusión que la diversidad genética del cannabis está disminuyendo. ¿Qué podemos hacer para evitarlo?
“El que se haya destruido tanta diversidad genética se debe a una combinación de avaricia comercializadora y represión gubernamental. El uso de esquejes limita aún más la diversidad. Los cultivadores de marihuana sinsemilla trabajan con esquejes y plantas pero rara vez producen semillas, sólo si no tienen esquejes o si están buscando una nueva variedad. La reproducción sexual y la recombinación genética refuerzan y mantienen la diversidad genética. Para mantener una variedad de semilla y, especialmente para mejorarla hay que cultivar un gran número de plantas en un entorno favorable y aplicar ambas selecciones, la natural y la humana. Luego usas las semillas de las plantas más sanas y adecuadas para producir la próxima generación. Este ciclo debe repetirse para mantener una variedad pura y sana.

Si cortas un esqueje de una planta y no produces semillas, genéticamente hablando estás en un callejón sin salida. Las semillas feminizadas son, de hecho, esquejes en forma de semillas. Las plantas macho no nacen de semillas feminizadas, por lo que con ellas no hay opción de reproducción sexual, vuelves a estar genéticamente estancado y sin salida. Para conservar lo que queda de diversidad genética en el cannabis debemos hacer tres cosas. Lo primero: plantar y producir semillas. Como resultado sobrevivirá un mayor número de genes en la población de plantas, lo que estimula la diversidad. Dos: recolectar las variedades tradicionales que quedan, multiplicarlas, seleccionarlas y cruzarlas para preservar la integridad genética de cada variedad. Las semillas estabilizadas son las piezas básicas con las que se construyen las variedades híbridas. Y tres: parar de enviar variedades occidentales “mejoradas” a los países productores tradicionales. Ya hemos perdido las variedades más tradicionales y debemos hacer lo posible para salvar lo que queda”.

¿Qué aspecto cree que tendrá el mundo cannábico en cinco años?
“Me gusta pensar que en cinco años el cannabis será legal a nivel federal en todas su aplicaciones. Con todo el progreso que ha habido en el aspecto legal a nivel estatal creo que sería posible, aunque lo dudo. Todavía hay algunos grandes obstáculos en el camino de la legalización. El gobierno federal no cederá sin una fuerte lucha, lo que puede retrasarlo todo durante mucho tiempo. Las instituciones financieras, las grandes empresas agrícolas, productoras y comercializadoras lucharán contra la legalización del cannabis hasta el momento en que vean una oportunidad de beneficiarse de ella. Su oposición será difícil de vencer. Lo que necesitamos es la normalización del cannabis: legalizarlo con una regulación similar a la del alcohol y el tabaco, desarrollando un sistema de certificación de la producción y la venta.

No deja de ser sorprendente que una parte de la fiera resistencia a la normalización en California provenga de los cultivadores de cannabis, la mayoría de los cuales no empezaron a cultivar hasta hace pocos años. Los obstinados, engreídos y egoístas defensores del derecho a cultivar cannabis se quejan de que si el cannabis es legal las grandes empresas entraran en su espacio. Lo que olvidan con demasiada facilidad es que cada año 800.000 americanos son arrestados por cannabis, ¡uno cada 48 segundos! Además, muchos de los pioneros del cannabis que les precedieron están actualmente en prisión. Nuestra principal misión debería ser cambiar el sistema de tal modo que nadie vaya a la cárcel nunca más por consumir cannabis o cultivarlo para el propio consumo. Un signo positivo a nivel internacional es la legalización del cannabis que Uruguay ha llevado a cabo y que otros países están empezando a abandonar los dogmas que les habían sido impuestos durante décadas desde Europa y Estados Unidos. Están desarrollando sus propias reformas que se adecúan a las circunstancias locales”.

“Todo el cannabis es cannabis indica” fue el título de una entrevista con usted. ¿Qué quiso decir?
“Tradicionalmente los botánicos clasifican las plantas basándose en similitudes en su estructura física. En los últimos veinte años hemos empezado a usar también características químicas de las plantas, desde la estructura del DNA hasta la producción de sustancias secundarias como los cannabinoides (THC, CBD, etc.) y componentes de los aceites esenciales como los terpenos. Hasta hace muy poco, considerábamos la diversidad de variedades de cannabis de la siguiente manera: Cannabis Sativa era considerada la variedad más diversa  y extendida, con  variedades de fibra, semilla y droga repartidas por toda Eurasia, desde Europa hasta Japón. Las variedades de droga de México, Jamaica, Colombia, África, India, Nepal y Tailandia se suelen denominar hoy en día “Sativas”. Sólo las variedades tradicionales para hacer hachís tamizado de Afganistán y Pakistán se consideraban Cannabis Indica, y en general se llamaban “Índicas”. La mayoría de las variedades modernas de cannabis se consideran híbridos entre “Sativas” e “Índicas”. Como decían Firesign Theatre (N. del T.: grupo de humoristas muy populares en EEUU en los años setenta), “todo lo que sabíamos, estaba equivocado”. Si intentamos entender la evolución del cannabis, la distribución histórica y el modo en que la planta fue utilizada en el pasado, resulta útil emplear un sistema de clasificación más moderno. En “Cannabis: Evolution and Ethnobotany” usamos un sistema basado en el trabajo pionero de Karl Hillig de la Universidad de Indiana. Vemos la variedad cannábica y su evolución con una nueva luz y una nueva subdivisión,

Cannabis Sativa representa las variedades de fibra y semilla cultivadas en Europa y sus descendientes, como la variedad de hierba de cuneta (“ditch weed”) de Norte América (subvariedad Sativa) y las variedades silvestres de Europa y Asia Central (subvariedad Spontanea). La distribución y la diversidad genética de Cannabis Sativa son relativamente limitadas comparadas con las de Cannabis Indica, además Cannabis Sativa no incluye variedades de droga. Usamos el término “cáñamo de hoja estrecha” (narrow leaf hemp o NLH) para indicar las subvariedades Sativa de variedades de fibra y semilla. Para indicar poblaciones silvestres (subvariedades Spontanea), usamos el término “cáñamo de hoja ancha” (broad leaf hemp o BLH).

Cannabis Indica se cultiva para producción de fibra, semillas y droga, y se divide en cuatro subvariedades. Las subvariedad Indica es originaria del sur y el sudeste asiático y fue más tarde introducida en Oriente Medio, África y el Nuevo Mundo, particularmente para producción de droga. Usamos el término “droga de hoja estrecha” (narrow leaf drug o NLD) para indicar subvariedades de Cannabis Indica de variedades de droga.

La subvariedad Afghanica se origina en la región montañosa afgana del Hindu Kush y se usa tradicionalmente para la producción de hachís tamizado. Usamos el término “droga de hoja ancha” (broad leaf drug o BLD) para subdividir la subvariedad Afghanica. La subvariedad Chinensis se origina en China, Corea y Japón y fue introducida más tarde en el este de Europa. El término “cáñamo de hoja ancha” (BLH) indica las variedades Chinensis de cáñamo dentro de las subvariedades de Cannabis Indica. La cuarta subvariedad es Kafiristanica y se refiere a las variedades silvestres y a los posibles antepasados silvestres de Cannabis Indica. Usamos el término “ancestro de droga de hoja ancha” (narrow leaf drug ancestor o NLDA) para subdividir más la Kafiristanica. La distribución de Cannabis Indica es mucho más extensa y su diversidad y complejidad genéticas mucho mayores que las de Cannabis Sativa. Y lo que es más importante: todas las subvariedades de Cannabis Indica tienen el potencial genético para producir THC psicoactivo.

En resumen, se pueden extraer unas pocas conclusiones sobre la clasificación global del cannabis. La inmensa mayoría de todo el cannabis del mundo es, de hecho, Cannabis Indica, no Cannabis Sativa. La Sativa no se fuma, solo las variedades Indica tienen efectos narcóticos. Por tanto no hay variedades psicoactivas de Sativa, ni híbridos psicoactivos “Indica x Sativa”. Todas las variedades psicoactivas pertenecen a la variedad Cannabis Indica. Pero tanto la Sativa como la Índica producen fibras útiles en la industria textil y semillas nutritivas. La producción europea de cáñamo se basa en Cannabis Sativa, la china en Cannabis Índica.”

¿Cuáles son sus variedades favoritas de cannabis y hachís?
“Realmente depende de la situación, el set y el setting (el ánimo del consumidor y el contexto en que se realiza el consumo) son muy importante. Cuando hace falta creatividad y lograr que las cosas se hagan, las variedades más adecuadas son aquellas con genética de variedades de droga de hoja estrecha (NLD); la mayoría de los consumidores experimentan un efecto estimulante, tanto físico como mental. Las variedades de droga de hoja ancha (BLD) suelen tener un efecto más calmante y adecuado para el entretenimiento nocturno seguido por una noche de buen sueño. En general suelo evitar las variedades BLD y prefiero los fenotipos NLD. Suelo escoger variedades híbridas con características como aromas dulces, sabores complejos, potencia y efectos estimulantes. Estas propiedades vienen de variedades tradicionales, principalmente híbridos NLD como “Skunk No.1”, “Original Haze” y “Sage”, que por su parte descienden de híbridos complejos de variedades nacionales de Colombia, México, India y Tailandia. Como es obvio, estas variedades NLD son un material de base excelente para hacer hachís de extracción en seco o con agua. ¡Disfruten!”

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