Plantas de brujas: Datura Estramonio

A finales de agosto de este año, dos jóvenes aparecieron muertos cerca de un río en Getafe (Madrid), separados por unos cientos de metros y sin aparentes señales de violencia. Habían asistido a una "rave" en una finca cercana y, naturalmente, los medios de comunicación hicieron saltar todas las alarmas.

A finales de agosto de este año, dos jóvenes aparecieron muertos cerca de un río en Getafe (Madrid), separados por unos cientos de metros y sin aparentes señales de violencia. Habían asistido a una "rave" en una finca cercana y, naturalmente, los medios de comunicación hicieron saltar todas las alarmas. Frotándose las manos y relamiéndose de gusto ante una posible "sobredosis de drogas", nos informaron de que había un tercer intoxicado, que se encontraba ya fuera de peligro en un hospital, gracias a él, habían averiguado que los jóvenes habían consumido un brebaje hecho a base de semillas de estramonio.

Ríos de tinta comenzaron a correr sobre el tema de la terrorífica planta, que para mayor angustia de nuestras bienpensantes autoridades, crece silvestre en cunetas y descampados, abundantemente y por todo el país. Aparte de la infinidad de artículos e informaciones periodísticas, algunos más sensatos, otros directamente delirantes, el absurdo clima creado llevó al Ayuntamiento de Getafe a tomar medidas directas: ¡ordenó arrancar todas las plantas de estramonio del municipio! Es difícil encontrar un grado mayor de estupidez, especialmente pensando que la planta de estramonio se reproduce fácilmente, que sus semillas son operativas durante años, y que tarda en crecer solamente unos tres meses. No obstante, otras localidades se sumaron con entusiasmo a la iniciativa. Días después, la autopsia hecha a los cuerpos de los fallecidos demostró que la causa de la muerte había sido un golpe de calor, por lo que la sensacional noticia de "sobredosis mortal" se diluía un tanto. Sin duda la ingesta del bebedizo tuvo que ver, pero no tan directamente.

Composición y efectos

Pero sí, sí es posible morir por una intoxicación grave de esta planta. Pío Font Quer, en su "Dioscórides renovado", describe así la composición de la Datura Stramonium, una solanácea de la familia de las daturas:

"El alcaloide más importante del estramonio es la l-hiosciamina, que se distribuye por un igual en las raíces, las hojas y las semillas, todas las cuales, desecadas, la contienen en la proporción de 0,20 a 0,50 %. Parte de la hiosciamina puede hallarse convertida en atropina, y, a menudo, ambas van acompañadas de cantidades imponderables de escopolamina. Los tallos jóvenes, los rabillos de las hojas y la nervadura de las mismas contienen mayores cantidades de alcaloides que el parénquima foliar, esto es, la parte puramente laminar de las hojas. Las semillas de estramonio son ricas en aceite (del 15 al 20 %). [...] "

"[... ] Entre la atropina y la hiosciamina no existen diferencias esenciales en cuanto a la naturaleza de sus virtudes; pero la hiosciamina actúa con mayor intensidad. En el organismo humano ambos alcaloides comienzan paralizando el vago y otros nervios parasimpáticos. Si resulta excitación, no es de tipo directo, sino consecuencia de haberse paralizado los mecanismos que, en estado normal, son capaces de contenerla o frenarla, como lo hace el alcohol. Cuando se administran en cantidades muy pequeñas, de miligramos, sólo afectan al parasimpático. Si, en lugar de miligramos, se propinan centigramos, aparecen estados de gran excitación y de furia; pero bastan 10 centigrados , y aun a veces, 5, para conducir a la muerte (Starkenstein). [...] La escopolamina, aun a dosis muy pequeñas, provoca una parálisis generalizada del sistema nervioso central [...]"

"Intoxicaciones": [...] Los primeros síntomas aparecen pronto, al cabo de un cuarto de hora o media hora. Comienzan por una gran sequedad en la garganta, acompañada de intensa sed; la deglución no es posible; las pupilas se dilatan y la vista se enturbia, al paso que los ojos se abrillantan. El intoxicado siente vértigos y desvanecimientos; las pulsaciones se hacen más frecuentes y, si la intoxicación es grave, cae en estado de inconsciencia y, alucinado, delira. Finalmente, puede sobrevenir el coma y morir por parálisis respiratoria."

Los psiconautas y el problema de lo natural

El estramonio (conocido en Europa como "manzana espinosa") forma parte de casi todas las pócimas brujeriles de las que hay constancia escrita, junto con otras solanáceas como el beleño, la belladona o la mandrágora. En Asía, África, Australia y América eran drogas que utilizaba el chamán o brujo para adquirir poderes, no para compartirlas con el resto de la comunidad o la tribu en sus ceremonias. Dominarlas era su desafío. Uno de los raros casos donde sigue empleándose datura estramonio (toloache) en ceremonias colectivas ocurre entre los mayo de Sinaloa y los yaqui de Sonora. Allí las mujeres celebran periódicamente ritos parecidos a los menádicos, con ungüentos que se frotan en el pecho y el vientre; sesiones muy largas de danzas frenéticas, a las que sigue un pesado sopor, interrumpido por el sueño voluptuoso. Su uso como tanático también está documentado. Escohotado cita en su obra "Historia General de las Drogas" (Espasa, 1998), el caso del filósofo y científico francés Condorcet, se suicidó con un extracto de estramonio sin que su criada advirtiera ni siquiera un cambio de postura. Como droga recreativa pertenece a la categoría de los "alucinógenos", es decir, que se pierde la memoria de estar intoxicado y uno cree realmente que está ocurriendo lo que aparece en sus alucinaciones. Durante el trance se pueden cometer muchas imprudencias, tirarse al agua, caminar sin rumbo y perderse, deshidratarse ... Además, tampoco se recuerda después lo que ha pasado. En eso se distingue de otras drogas de excursión psíquica, como la LSD o la mescalina, drogas "visionarias" con las cuales, por profundas e intensas que sean las visiones o impresiones, siempre se recuerda que se han tomado, sus efectos también se recuerdan después y, por tanto, se puede aprender de la experiencia.

Pero los psiconautas (especialmente los más jóvenes) experimentan con todo lo que pueden y resulta una tentación demasiado grande disponer gratuitamente de una planta con efectos psiquedélicos que crece en cualquier parte como una mala hierba. Además, existe una creencia generalizada de que las drogas "naturales" son menos nocivas que las obtenidas en laboratorio, porque no se manipulan, ni se "cortan" con otras sustancias potencialmente peligrosas. Desde luego, todas las drogas ilegales tienen el problema de la dosificación, unas porque se cortan y otras porque cada planta tiene una diferente concentración de alcaloides. Sin embargo, las plantas tienen un peligro añadido, porque además del principio activo que produce la ebriedad, contienen otras muchas sustancias, en cantidades y concentraciones muy variables dependiendo del clima, el suelo, la época... como bien saben los lectores de Soft Secrets. Esa es la razón por la que la medicina y la química han preferido extraer de los productos naturales los principios activos puros, para poder dosificarlos con precisión y no correr tantos riesgos. El problema es que el mercado negro los devuelve a la impureza.

Por todo ello, cuando se ingiere una infusión o decocción de hojas y/o semillas de estramonio, se puede prever el "tipo" de efecto, pero no el grado ni sus consecuencias. No se puede dosificar, cosa bastante peligrosa en el caso de una planta tan tóxica. Y por si fuera poco, la ebriedad que produce suspende la memoria y, una vez pasada la experiencia, de nada nos ha servido. Demasiados inconvenientes para tan pobre recompensa.

Natural no quiere decir inocuo y, aunque la naturaleza es una inagotable y maravillosa farmacopea, hay que ser prudentes a la hora de consumir especies silvestres, sobre todo si nos consta su toxicidad.

En todo caso, y si te gustan las plantas, lo mejor es dedicarse a una especie tan de fiar como el Cannabis, de cuyo principio activo, el Tetrahidrocannabinol (THC), no se ha encontrado todavía la dosis mortal.