Útiles importantes

Exitable
04 Dec 2011

Saludos, hace ya más de un año que empecé mi feliz colaboración con esta publicación y recuerdo como en el primer artículo comenté que daríamos por entendido que conocemos el funcionamiento de las herramientas básicas para el cultivo, pero creo que es una buena idea que demos un repaso a su funcionamiento e importancia.


Saludos, hace ya más de un año que empecé mi feliz colaboración con esta publicación y recuerdo como en el primer artículo comenté que daríamos por entendido que conocemos el funcionamiento de las herramientas básicas para el cultivo, pero creo que es una buena idea que demos un repaso a su funcionamiento e importancia.

Saludos, hace ya más de un año que empecé mi feliz colaboración con esta publicación y recuerdo como en el primer artículo comenté que daríamos por entendido que conocemos el funcionamiento de las herramientas básicas para el cultivo, pero creo que es una buena idea que demos un repaso a su funcionamiento e importancia.

Vamos a explicar los tres útiles que desde mi punto de vista son más importantes para el cultivo de cannabis, los medidores de pH, Ec, y lúmenes.

Medidor de Ec

Empezaré con el que para mí es el más importante, el medidor de electro conductividad (Ec), puede que mucha gente piense que es más relevante el pH, pero esto es un error. Cuando trabajamos con un agua, bien sea ácida o alcalina, es muy sencillo y económico modificar este valor hasta el punto deseado utilizando los ácidos correspondientes. Pero al medir la Ec lo que sabemos es el margen que tenemos de maniobra con los abonos o directamente si no es apta. Existe la falsa creencia de que en los cultivos de exterior no es necesaria esta medición, lo que lleva a pensar esto es que al utilizar grandes contenedores o tierra madre, esta masa de sustrato filtra el exceso de sales y lo diversifica, de modo que no colapsa la planta, como sí pasaría en las habituales macetas de interior, que suelen ser de entre tres y once litros.

Lo primero que debemos hacer antes de empezar a cultivar es saber con qué agua contamos, medimos la EC y observamos el valor. Debería estar entre 0.2 y 0.6 mili siemens (mS), como valor óptimo, si no somos tan afortunados y el problema es menor, o sea es demasiado pura, no llegando a esas dos o cuatro décimas deseables, le añadimos un poco de calcio y magnesio por partes iguales a la mezcla. A partir de ese punto tenemos un margen de hasta 1.4 para los fertilizantes, de sobra para cualquier fase.

Pero cuando el problema es que el agua es dura, entonces todo se complica, especialmente si queremos trabajar en sistemas hidropónicos o aéreos. Si hablamos de una Ec de entre 1 y 3 puntos lo podremos solucionar con una máquina de ósmosis inversa, podremos comprar una a partir de algo más de cien euros, suelen producir hasta cien litros por día las básicas. Hay que intentar hacerse con alguna que de un buen retorno, pues algunos modelos desperdician unas cantidades enormes de agua.

Si tenemos mala suerte y la Ec es incluso superior, utilizar una máquina doméstica no nos va a servir, las membranas se obstruirán cada poco y la calidad que dará no será suficiente, así que mejor olvidadlo. Os lo digo por experiencia.

Medidor de pH

Una vez que sabemos de qué dureza hablamos y suponiendo que es correcta pasamos al segundo paso importante, medir el pH. Como he comentado antes este paso es mucho más sencillo de corregir que el anterior, tenemos que tener un par de botellas con los ácidos correctores, existen para subirlo y lo contrario. Hay remedios caseros como utilizar vinagre, pero yo no os lo aconsejo, a menos que sea para un caso puntual, sobre todo por su inestabilidad, lo que lleva a variaciones en el resultado bastante rápido. Una botella de corrector es posiblemente la inversión más económica que podéis hacer, no por su precio pero sí por lo que dura, años y años.

Actualmente la mayoría de abonos específicos para el cultivo están muy especializados y ya llevan incorporados en su formulación correctores de pH, el problema es que al ser variable el pH y la Ec inicial, dependiendo del lugar del cultivo, es imposible que en todos los casos quede correcta. Así que una vez más necesitamos no confiarnos y medir, aunque el fertilizante ponga que no es necesario.

Luxómetro

El rango perfecto a la hora de regar es algo que acepta variables dependiendo de los cultivadores y de las variedades, hay unos parámetros de los que si nos salimos tendremos problemas, aunque no los percibamos estaremos perdiendo producción. La mayoría de personas experimentadas que conozco utilizan una progresión en el valor, empiezan la germinación y el crecimiento entre 5,8 y 6,2 para ir subiéndolo. Intentando entrar en floración sobre 6,4 y terminar la maduración en 6,8. Dentro de esta escala la mayoría de usuarios consiguen los mejores resultados.

Sin duda aconsejo utilizar un medidor digital, los medidores reactivos por gotitas que cambian de color no son fiables, una vez mezclados los abonos, ya que muchos de estos añaden otro tono que modifica la escala que sirve de índice. Sirven en cambio para agua limpia, emergencias o para comprobar si está bien calibrado el digital.

Las mediciones de pH siempre deben hacerse al terminar la mezcla, ya que como hemos comentado algunos nutrientes la modifican, aunque una vez conocemos la rutina es mejor añadir el corrector (si se necesita) previamente, pues al ser mucho más baja la Ec, con menos cantidad de corrector conseguimos el mismo resultado.

Detalle cogollo maduro

Ahora hablaremos de otro punto al que se le suele dar menos importancia y que hay que tener en cuenta: la luz; su potencia y distribución. Para medir estos valores utilizaremos un luxómetro, con este sencillo instrumento podemos aumentar nuestra efectividad. La mayoría de gente utiliza reflectores de alta calidad que permiten modificar el ángulo y revestimiento en las paredes, pero todo esto se queda cojo si no sabemos a ciencia cierta cómo se está repartiendo la luz, o si no sabemos cuándo hay que cambiar las bombillas.

Cuando tenemos el equipo montado pasamos con el luxómetro por todas las zonas donde van a estar las plantas y observamos las variaciones, a partir de ahí modificamos la altura o el ángulo de abertura de los reflectores, buscando el reparto más homogéneo posible. Del mismo modo apuntamos los lux que entrega el equipo nuevo y medimos cada mes para ver si el rendimiento ha descendido, las incandescentes, en un año de vida continuo, pierden mucha potencia y debemos cambiarlas o cada vez tendremos cosechas menos densas.

Con estas tres sencillas herramientas bien utilizadas vuestros cultivos darán un paso adelante y conseguiréis cosechas más productivas y potentes. Saludos y felices fumadas. X.

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