Tutorando con Gunter
Varillas, nudos y torturas (Parte I)
Varillas, nudos y torturas (Parte I)
Tutorar, es decir, el acto de poner tutores a las plantas, es una necesidad más imperiosa o menos dependiendo en gran medida de dos factores: la variedad y el tiesto/sustrato.
Según que variedades plantemos, estás nos van a indicar si van a tender a estirarse hacia arriba como las Sativas, o van a ser más achaparradas como las Índicas. En ocasiones, un híbrido colocado directamente en el suelo en exterior, es posible que se sostenga por si mismo, pero lo normal es que el peso de los cogollos doble las ramas incluso que llegue a tumbar la planta.
En interior, el problema viene cuando usamos tiestos pequeños para no ocupar mucho espacio, y tenemos plantas medianamente altas a las que sabemos que le vamos a sacra unos buenos cogollos. Sobre todo en las últimas semanas de floración, el peso de estos va a ser mayor que cuando sequen, es decir, que van a pesar bastante. Cuando las ramas no son lo suficientemente anchas y duras para soportar este peso, usamos tutores.
Un tutor no es más que una varilla que se clava en el tiesto y que recorre el tallo principal a modo de muleta. Si trabajas son sustratos, puedes usar varillas de madera o bambú, pero si cultivas en hidropónico, tendrás que usar algo que no acumule humedad y moho, como las varillas de PVC.
Hay que prever el tutorado, pues lo ideal es hacerlo antes de que empiece a florar. De este modo, podemos colocar la varilla sin problemas y sin que nos molesten los cogollos. Un método muy práctico para atarlas al tronco, es usar las bridas que se usan para cerrar el pan de molde. Pon dos, una casi en la base y otra casi en la punta. Recuerda que la planta va a seguir creciendo, así que no aprietes mucho los nudos o lo que era un tutorado pasará a ser una tortura (cosa la cual dejamos para el lunes).
#CultivandoconGunter
*Texo y foto: Miky Pérez