Trump amenaza la legalización del cannabis en EEUU
Cuando se escoge a personas incompetentes para liderar países tan importantes como lo es Estados Unidos, es probable que todo acabe sumido en un caos. Los españoles lo sabemos mejor que nadie, tras elegir en dos candidaturas consecutivas al partido más corrupto y mentiroso de la historia de la democracia. Este tipo de elecciones son las que están retrasando la liberación del cannabis en todo el mundo. Al otro lado del charco, Trump ya ha metido las narices para paralizar la masiva legalización del cannabis en EEUU.
Y es que su gobierno tumbó la semana pasada una norma aprobada por Barack Obama que, hasta ahora, había conseguido evitar las interferencias federales en las decisiones de los Estados Miembros respecto a las leyes sobre política de drogas. Por lo tanto, las regiones donde se ha despenalizado su consumo medicinal o recreativo, - con la riqueza que ello ha generado,- podrían verse gravemente afectadas.
El Fiscal General, Jeff Sessions, publicó un comunicado en el que exige a los fiscales de todo el país a que hagan cumplir la ley federal, y del mismo modo, a perseguir toda actividad que esté relacionada con la marihuana. El propio comunicado rezaba que es ''la misión del Departamento hacer cumplir las leyes''. De esta forma, los fiscales de todos los estados se verían obligados a hacer cumplir con la legislación general, en la que se prohibe expresamente el consumo de marihuana, independientemente de si es con fines medicinales o recreativos.
Desde 2013, el ejecutivo federal había mantenido una postura pasiva ante las regulaciones estatales del cannabis, gracias a una norma aprobada por Barack Obama en la que prohibía al Gobierno Federal interferir en las leyes sobre drogas de los estados miembros.
Ahora, la postura del Gobierno se ha vuelto completamente contraria, aunque el propio Donald Trump aseguró en campaña que la regulación del cannabis era un tema que debía ser sometido a la voluntad de todos los Estados. El cambio podría afectar a los 28 estados que han aprobado leyes que permiten el consumo de marihuana con fines medicinales, de los cuales siete también permiten su uso con fines recreativos. El último en unirse a la lista fue California.
Desconocemos los motivos por los que el Presidente Trump quiere meter las narices en las leyes de política sobre drogas. Pero nos los podemos imaginar; sólo en Colorado se generaron casi 1.000 millones de dólares de beneficios por ventas de cannabis y sus derivados, según la organización Cannabist. Tal vez el Gobierno quiera su trozo del pastel, o tal vez haya grandes empresas y organizaciones detrás a las que no les esté beneficiando la legalización del cannabis, y están presionando a Trump para que frene su imparable liberación.
Lo que sí que sabemos es que esta es una mala noticia para los derechos de los cultivadores y consumidores de cannabis estadounidenses, así como para todas las regiones que están creciendo entorno a este nuevo mercado, ganando millones de dólares en impuestos, y generando nuevos puestos de trabajo para sus ciudadanos. Pero, sin duda, lo que más nos duele es el peligro que corre toda esa gente que ahora mismo se está medicando con cannabis, y a la que le pueden arrebatar de un plumazo su medicina para abocarla de nuevo al consumo de los fármacos tradicionales.
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