Todo sobre la melaza
Si eres un cultivador orgánico es posible que hayas probado alguna vez abonos de aspecto oscuro, espeso y muy denso, seguro que eran productos que contenían melaza.
El uso de la melaza ha sido bien conocido por los viejos cultivadores desde hace muchos años, pero no se ha discutido demasiado sobre los beneficios y la importancia que tienen para los microbios que viven en el medio de cultivo.
¿Qué es la melaza?
Las personas deben controlar la cantidad de azúcares y sales que ingerimos a diario. Lo mismo sucede con nuestras queridas plantas. Una forma de lograr que realmente ganen peso es alimentarlas con el equivalente a la comida basura de las plantas. De forma natural las plantas producen azúcar en relación a su nivel de fotosíntesis, son capaces de alimentarse a sí mismas sin ayuda. Como cultivador puedes añadir altos niveles de azúcar a las plantas que serán transformadas por los microbios del medio de cultivo. La melaza es un sirope espeso, viscoso y brillante que parece alquitrán. Es un residuo que sobra tras prensar caña de azúcar o remolacha azucarera. Conforme se va cristalizando y extrayendo el azúcar refinado, lo que queda se va hirviendo hasta formar este subproducto líquido, negro, espeso y rico en minerales. El contenido final en minerales depende de cuántas veces se haya hervido el jarabe durante el proceso de extracción del azúcar.
Microbios y carbohidratos
No existe una clara colaboración entre los cultivadores orgánicos de hoy en día y las bacterias beneficiosas. Como no los podemos ver, normalmente no somos conscientes de la importancia que los microbios que hay en la tierra o el medio de cultivo tienen para las plantas. Muchas empresas venden productos para el crecimiento o la maduración que son densos y espesos, con un aroma a caramelo dulce y salado. Estos productos están diseñados para engordar la planta, pero conviene recordar que los microbios deben digerir los azúcares antes de devolvérselos a las plantas.
Añadir melaza o cualquier otro producto con una base de azúcares durante la floración es muy beneficioso, y marca una gran diferencia si se usan como parte del régimen de alimentación desde el primer día. Una buena comparación sería entrenar como culturista en el gimnasio teniendo todas las proteínas y carbohidratos disponibles desde el primer día. Los resultados hablarán por si mismos enseguida, al contrario de lo que sucedería si no empezaras a comer proteínas hasta ver las primeras mejoras. Las bacterias beneficiosas requieren carbono, como cualquier otra forma de vida en la tierra, el mejor coctel de minerales y carbohidratos es la melaza. Hay una relación simbiótica natural entre las plantas y los microbios que existe desde hace miles de años, uno de los mejores ejemplos de esto es el suelo de la selva tropical.
El sistema de raíces y el suelo están interconectados gracias a una red de bacterias beneficiosas llamadas Trichoderma. Estas bacterias están también presentes en Canna Coco y pueden comprarse las esporas en polvo o disueltas en líquido. Imagina una pieza de fruta que cae en el suelo de la selva y empieza a descomponerse naturalmente. Los microbios que enlazan todos los sistemas de raíces de todas las plantas pueden alimentarse conjuntamente como una gran base radicular. Por supuesto que una simple pieza de fruta que alimente a toda la selva puede parecer una situación algo extrema, pero la idea es que los microbios descomponen todo y van liberando el nitrógeno y el carbono disponibles. Piensa que lo que llamamos compost es en realidad una masa de materia orgánica en descomposición.
¿Miel o melaza?
La miel también se puede usar como una materia prima rica en carbohidratos, por su originalidad podría darle al cultivador la sensación de que realmente está aportándoles a las plantas un producto orgánico natural y muy beneficioso. La miel es genial y puedes incluso enraizar esquejes usando miel, pero el empleo de miel en lugar de melaza tiene sus ventajas y desventajas. La melaza es muy rica en calcio, magnesio, potasio y muchos micro y macro minerales.
De hecho, en el pasado, cuando una persona estaba enferma se le daba una cucharada de melaza o una versión bebible con la melaza disuelta, con el fin de que se recuperara. Además de usarse para alimentar a los caballos, la melaza se ha ganado la reputación de ser una rica fuente de todo aquello que el cuerpo humano necesita. La miel es muy refinada y es un antiséptico natural, pero, desafortunadamente, no destaca por su contenido en minerales. Si buscas una fuente de carbohidratos, una buena miel tiene los mismos que la melaza, pero sin los beneficios añadidos de esta.
Distintos tipos de melaza
Cuando se prensa la caña de azúcar, la primera prensada que se cuece para concentrarla contendrá la mayor cantidad de azúcar disponible. La primera prensada se conoce también como sirope de caña. Se usa en cocina por su dulzor, el color del sirope suele ser marrón dorado, similar al sirope que se usa en Estados Unidos para las tortitas. El segundo tipo de melaza se conoce como melaza “blackstrap”. Es el más habitualmente usado por los cultivadores orgánicos y discutido en los foros de cultivo. Una vez se ha cristalizado y extraído la sacarosa de la primera prensada, queda un sirope espeso, brillante y oscuro, rico en vitamina B, calcio, magnesio, hierro y potasio. Este tipo de melaza es la que beneficia más a las plantas.
El tercer tipo de melaza se elabora a partir de remolacha azucarera. La mitad del peso final de la melaza de remolacha azucarera son azúcares en forma de sacarosa, glucosa y fructosa. La otra mitad, que no es azúcar, es rica en calcio, potasio, oxalato y cloro. Hay aún otro tipo de melaza que contiene azufre. El objetivo inicial al añadirlo era matar todos los hongos y bacterias para que se conservara más tiempo. El azufre tiene un efecto negativo sobre las bacterias del suelo, por lo que no esta melaza no es recomendable para el cultivo. A continuación, vemos un análisis típico de melaza “blackstrap”.
Carbohidratos 74.73 g
Azúcares 74.72 g
Fibra 0 g
Grasas 0.1 g
Proteínas 0 g
Contenido en vitaminas
Tiamina (B1) (4%) 0.041 mg
Riboflavina (B2) (0%) 0.002 mg
Niacina (B3) (6%) 0.93 mg
Ácido pantoténico (B5) (16%) 0.804 mg
Vitamina B6 (52%) 0.67 mg
Colina (3%) 13.3 mg
Contenido en minerales
Calcio (21%) 205 mg
Hierro (36%) 4.72 mg
Magnesio (68%) 242 mg
Manganeso (73%) 1.53 mg
Fósforo (4%) 31 mg
Potasio (31%) 1464 mg
Sodio (2%) 37 mg
Zinc (3%)
Té de compost orgánico
Cuando se prepara un té de microbios, un té de compost orgánico o cualquier otro tipo de té, el objetivo de airear el agua es multiplicar el número de microbios, de millones a billones. El oxígeno estimula el crecimiento de las bacterias aeróbicas, pero también hace falta una fuente de alimento que ayude en ese proceso. A la hora de preparar un té de compost orgánico para los microbios o como súper alimento de crecimiento y floración se necesita lo siguiente:
Té de microbios:
- 1 cucharada de melaza “blackstrap”
- Una fuente de bacterias aeróbicas beneficiosas
- Una bomba de aire para airear el té
- Una fuente de agua
- 24 horas de fermentación
Té de microbios para crecimiento:
- 1 cucharada de melaza “blackstrap”
- Una fuente de bacterias aeróbicas beneficiosas
- Extracto de ortiga
- Mezcla de pescado
- Una fuente de agua
- 24 horas de fermentación
Té de microbios para floración:
- 1 cucharada de melaza “blackstrap”
- Una fuente de bacterias aeróbicas beneficiosas
- Guano de murciélago en polvo
- Mezcla de pescado
- Una fuente de agua
- 24 horas de fermentación
Los tés de compost aireados aumentarán el aroma y el sabor de los cogollos[/caption] Al aplicar té de compost orgánico aireado superalimentarás el sustrato, permitiendo que la colonia microbiana se multiplique. Cuantos más microbios hay en el sustrato, más ayudantes tiene la planta para descomponer los minerales ricos en carbono y devolvérselos a la planta, en una forma en que los pueda absorber con comodidad. Las bacterias beneficiosas a menudo se infravaloran, pero están tan bien diseñadas que pueden marcar la diferencia entre una planta con deficiencias o no debido a la cantidad de nutrientes disponibles. Las recetas que hemos contado sólo son unos pocos ejemplos, pueden alterarse según las preferencias de los cultivadores.
Una buena recomendación cuando se trabaja con melaza es disolver una cucharada en un vaso de agua caliente para que el sirope se convierta en un líquido marrón claro y brillante, antes de añadirlo a la solución nutriente o al té de microbios. Remuévelo bien e intenta evitar que las partes no disueltas entren en los tubos de aire o en las piedras burbujeadoras.
Para acabar... ¿Dónde la encuentro?
Si quieres simplificar, no hay razón para prescindir de tu línea de abonos favorita, puedes encontrar en el mercado muchos productos con melaza, como por ejemplo el Flavor de Atami, Bud Candy de Advanced Nutrients o Top Candy de Top Crop. La melaza está presente en muchos abonos y finalizadores de floración, donde las marcas eligen las melazas más adecuadas para la cannabicultura.
También es posible adquirir en las growshops granjas de bacterias, que incluyen un tanque para el agua junto a bomba de aire y piedra aireadora, además de los productos para elaborar un te de compost perfecto como humus de lombriz, algas, melaza y las bacterias para activarlo todo.