Se triplica la marihuana confiscada en España, pero el consumo sigue siendo el mismo
Desde que se pusiera en marcha la ley Mordaza, las operaciones de las autoridades contra los cultivos de cannabis se han disparado. Las intervenciones policiales se han duplicado en los últimos cinco años y la cantidad de marihuana confiscada en España se han multiplicado por tres. Aun así, el consumo de cannabis en el país se ha mantenido estable durante los últimos 15 años, experimentando un ligero aumento.
La marihuana se sigue extendiendo, imparable, a lo largo y ancho del país. Desde el propio Ministerio del Interior, han admitido que durante los últimos cinco años ha habido ``un aumento del cultivo de plantas de cannabis, tanto para autoconsumo como para tráfico a pequeña y gran escala´´. Este incremento se ha traducido en un aumento de hasta el 60% en intervenciones policiales.
Por ejemplo, en estos cinco años, se ha pasado a desarticular de cuatro grupos organizados a nivel nacional a 42 tramas, de las cuales 30 operaban fuera de las fronteras españolas. Así lo explicaba el propio Ministerio en una respuesta parlamentaria a la diputada socialista María Aurora Flórez. Sólo del 2015 al 2016, el número de grupos intervenidos se multiplicó por dos.
Pero sin duda, las cifras que más impresionan son las referidas al aumento de plantas incautadas entre 2013 y 2016. Durante este periodo, el número de incautaciones creció en un 240%. Sólo en 2017, se intervinieron más de medio millón de plantas en el territorio español.
Aun así, este aumento de la desarticulación de plantaciones y detención de cultivadores no ha mermado el consumo de cannabis en España, que se mantiene estable desde hace 15 años. Entre el 2001 y el 2015, el porcentaje de habitantes de edades entre los 15 y 64 años que admitió haber consumido marihuana durante el último año aumentó del 9,2% al 9,5%. El que lo había hecho durante el último mes creció del 6,4% al 7,3%, y el que lo había hecho a diario durante los últimos 30 años subió del 1,5% al 2,1%.
Esto demuestra que, a pesar de haber endurecido las penas por cultivo, consumo y tenencia de cannabis, y de haber confiscado más plantaciones en el país, estas acciones no han conseguido disminuir, y ni si quiera frenar, el consumo de esta sustancia.
La falta de regulación de clubes fomenta la proliferación de asociaciones fraudulentas
Parte de la culpa de este aumento de plantaciones confiscadas proviene de la proliferación de asociaciones fraudulentas que buscan hacer negocio gracias a la falta de regulación de los clubes. Frente a las asociaciones que velan por sus socios, ofreciendo un consumo compartido responsable y controlado, surgen CSC cuyo único objetivo es vender cannabis y lucrarse con ello. Y para eso necesitan proveedores, que encuentran en el mercado negro.
Las mafias chinas también han irrumpido en el país con mega plantaciones de cannabis tanto en interior como exterior, que luego exportan a países como Holanda o Bélgica, una práctica antigua que ahora ha encontrado nuevos agentes. El pasado mes de febrero, la Guardia Civil incautó en Chiva, Valencia, 12.000 plantas de marihuana. Detuvieron a cinco personas, todas de nacionalidad china.
Es por eso que asociaciones de consumidores y plataformas pro cannabis solicitan una regulación de los clubes de fumadores y del autocultivo para evitar la proliferación de estas mafias y al mismo tiempo evitar detenciones de autocultivadores.
Esto también ayudaría a reducir drásticamente el gasto que están empleando las autoridades para frenar este inevitable aumento de cultivos ilícitos, además de obtener grandes ganancias en concepto de impuestos. Una hipotética regulación del cannabis en España también ayudaría a fomentar el empleo en el sector, así como a ayudar a la recuperación de zonas rurales en desuso.
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