Ralentiza el crecimiento
El objetivo habitual de los cultivadores de cannabis es que las plantas crezcan lo más rápido posible. Sin embargo, hay situaciones en las que deseamos justo lo contrario y nos gustaría poder detener el crecimiento, al menos durante unos días o semanas. Si te encuentras en un momento así te voy a explicar cómo puedes poner las plantas en pausa durante un tiempo.
Author: José T. Gállego
Lo reconozco, querer que las plantas crezcan despacio no es lo más normal. Casi siempre el cultivador busca rapidez en el desarrollo, velocidad en el crecimiento, aceleración de la floración... La lentitud no es una cualidad apreciada por los cannabicultores pues cuanto más tiempo requiere una cosecha mayor es el riesgo de que ocurra algo perjudicial para las plantas como la aparición de una plaga, el desarrollo de una carencia nutritiva, el descubrimiento de la plantación por los ladrones o su incautación a manos de la policía prohibicionista. Una cosecha rápida implica que se pueden realizar un mayor número de plantaciones a lo largo del año y, por tanto, obtener más producción.
La vida da sorpresas y no siempre respeta los planes. A veces no podemos dedicar el tiempo necesario a las plantas porque nos surge una emergencia familiar, un viaje inesperado o un pico de trabajo que requiere que hagamos horas extras. Mientras están en la fase vegetativa o de crecimiento las plantas son más fáciles de cuidar y requieren menos vigilancia, pero una vez que empiezan a florecer las semanas están contadas, en la mayoría de las variedades habitualmente cultivadas en interior la floración dura entre dos y tres meses, pero no se puede alargar. Una vez se cambia el fotoperiodo empieza la cuenta atrás hasta el día de la cosecha y el cultivador debe estar preparado para aportar a las plantas todo lo que necesitan en cada momento.
Si nuestra disponibilidad cambia por alguna razón, si estamos enfermos o de mudanza, o simplemente hartos de cuidar el indoor día tras día y necesitamos un descanso, puede que nos vaya bien echar el freno y parar el crecimiento de las plantas. Entre los cultivadores de interior es muy frecuente dedicar el espacio principal a la floración de las plantas y disponer otro pequeño espacio de cultivo, donde primero germinan las semillas o enraizan los esquejes y luego realizan toda la fase de crecimiento vegetativo. De este modo, el cuarto de floración está siempre bajo un fotoperiodo 12/12 mientras que en el de crecimiento el fotoperiodo es 18/6. Las plantas van creciendo hasta que alcanzan el tamaño deseado para empezar a florecer, momento en que se trasladan al cuarto de floración que ya debería haber quedado vacío tras cortar la anterior cosecha.
Pero ¿qué pasa si falla la coordinación? A veces la cosecha anterior se retrasa porque la floración es más lenta de lo que suponíamos o porque ha tenido problemas que han ralentizado el desarrollo de las plantas. En esa situación en que las plantas del cuarto de crecimiento ya están listas para pasar a floración, pero el cuarto de floración aún no está disponible, ¿qué podemos hacer? Si las plantas siguen creciendo, cuando finalmente pasen a floración serán demasiado grandes y cuando peguen el estirón de las primeras semanas de floración ocuparán todo el espacio disponible y es probable que acaben chocando con la lámpara y quemándose. ¿Hay alguna forma de lograr que las plantas se detengan y esperen a que el cuarto de floración esté libre?
El crecimiento silvestre del cannabis
Las plantas de cannabis han evolucionado para crecer durante la primavera y la primera mitad del verano y florecer en la segunda mitad del verano y parte del otoño. Esto quiere decir que en estado silvestre las semillas germinan y empiezan a crecer a partir de marzo o abril, según el clima específico de cada zona. En estos meses el sol calienta más que en invierno, pero todavía no está tan cerca de la Tierra como estará en verano y por tanto la intensidad lumínica es bastante menor, lo mismo sucede con la temperatura. En mi experiencia, muchos cultivadores olvidan este aspecto cuando cultivan en interior y aportan a las plantas la misma intensidad de luz durante el crecimiento que durante la floración.
Las plantas de cannabis son fuertes y capaces de soportar esta luz tan intensa, pero ni la necesitan, ni les resulta beneficiosa. Está claro que la luz escasa favorece que las plantas se estiren y crezcan débiles y larguiruchas y que la abundancia de luz durante el crecimiento potencia el desarrollo de una planta ancha y bien ramificada desde la base, pero para lograrlo no hace falta usar tanta luz como en floración. Por lo general, con 200-400 W de luz APS (alta presión de sodio) o HM (halogenuros metalizados) por metro cuadrado es suficiente para un crecimiento sano y vigoroso.
Hay que tener en cuenta que conforme las plantas van haciéndose más grandes, cada vez son capaces de aprovechar mejor una intensidad elevada de luz durante el crecimiento. No necesita la misma luz una plántula de una semana que una planta que lleva dos meses en crecimiento. Por tanto, las plantas en crecimiento requieren menos luz que en floración y suelen vivir en un ambiente más fresco. Menos luz y menor temperatura equivale a menor fotosíntesis y, por tanto, a las plantas les hacen falta menos nutrientes. Por eso las dosis de abono recomendadas para el crecimiento son menores que para la floración.
Los tres pilares de la lentitud
El sistema que proponemos para ralentizar el crecimiento de las plantas se basa en alterar tres factores básicos que afectan al desarrollo. Se podría decir que la idea es crear un clima similar al de principio de primavera, donde todo sucede más lentamente. Hay que bajar la temperatura, reducir la intensidad de luz y la dosis de nutrientes, todo de forma coordinada para lograr una reducción en el metabolismo de las plantas que ralentice o, incluso, detenga el crecimiento, pero sin afectar negativamente al futuro desarrollo ni generar carencias nutritivas o facilitar la aparición de plagas u hongos. Analicemos los tres factores uno por uno: La iluminación. Para bajar la intensidad de luz lo más sencillo y efectivo es alejar la lámpara de las plantas, pero si se dispone de un balastro electrónico regulable también se puede ahorrar algo de electricidad poniendo la bombilla al 50 o al 75 por ciento. Es muy importante no pasarse alejando la lámpara. La intensidad de luz disminuye muy rápidamente al alejar la fuente de las plantas, al doble de distancia llega tan sólo la cuarta parte de luz. Por tanto, a menudo es suficiente con alejar la lámpara tan sólo 20 o 30 cm más para lograr una reducción suficiente. La temperatura. Las plantas de cannabis se desarrollan a máxima velocidad cuando la temperatura durante el día se encuentra entre 22 y 25ºC aproximadamente. Las temperaturas por debajo de 10ºC detienen casi completamente la actividad de las plantas, tanto que las debilitan y las vuelven más vulnerables a plagas y enfermedades. Sin embargo, reduciendo la temperatura hasta 15ºC durante el día y 12-13ºC durante la noche se logra reducir considerablemente el metabolismo, pero las plantas mantienen suficiente vitalidad. Los nutrientes. Con menos luz y menos temperatura el metabolismo se reduce y las plantas necesitan comer menos pues no utilizan tantos nutrientes. Si se mantiene el mismo ritmo de fertilización y a las mismas dosis, lo más probable es que las plantas acaben sufriendo una sobrefertilización por todos los nutrientes acumulados y no utilizados. Para evitarlo lo más recomendable es reducir la EC de la solución nutriente entre el 20 y el 30 por ciento. Por ejemplo, si normalmente usamos EC 1.0 pasaremos a EC 0.7-0.8. [caption id="attachment_8191" align="alignnone" width="300"] Si el proceso se ha hecho bien, cuando las plantas florezcan lo harán sin problemas.[/caption]
El fotoperiodo como cuarto pilar
Además de reducir la intensidad de luz elevando las lámparas, o bajando su intensidad si es que dispones de un balastro electrónico regulable, una medida complementaria que resulta muy útil es reducir el fotoperiodo, bajando el número de horas totales de luz que reciben las plantas, pero sin provocar su floración. Muchos cultivadores usan siempre el mismo fotoperiodo de crecimiento, habitualmente 18/6, sin probar nunca otras combinaciones. Cualquier combinación de horas de luz y oscuridad en la que no haya ningún periodo de oscuridad ininterrumpida mayor de ocho o nueve horas mantendrá indefinidamente en crecimiento a las plantas de cannabis de floración fotodeterminada (esto no funciona con las autoflorecientes que florecerán sea cual sea el fotoperiodo). Un fotoperiodo ideal para combinar con los tres pilares que se usan para ralentizar el crecimiento es 12/5,5/1/5,5, es decir doce horas de luz seguidas de dos periodos de oscuridad de 5,5 horas separados por otra hora de oscuridad. O lo que es lo mismo, un fotoperiodo 12/12 pero con una hora de luz a mitad del periodo de oscuridad para evitar que las plantas entren en floración. Una de las ventajas de este sistema es que la factura de la luz es un 28 por ciento más baja que con el fotoperiodo 18/6. Bajo este tipo de fotoperiodo las plantas permanecen en crecimiento, pero el gran número de horas de oscuridad que reciben tiene dos consecuencias. Por un lado, el crecimiento en altura se reduce considerablemente pues hay menos horas de fotosíntesis y, por otro lado, las plantas sienten que el fotoperiodo es muy cercano al de floración y se preparan para florecer (sólo se preparan, no empiezan a florecer). Cuando finalmente se pasa al fotoperiodo de floración las plantas hacen el cambio enseguida y empiezan a florecer en cuestión de pocos días. Otra consecuencia de la preparación previa que han hecho las plantas es que durante la floración tienden a estirarse menos que cuando pasan de un fotoperiodo 18/6 al 12/12. [caption id="attachment_8192" align="alignnone" width="300"] Las plantas crecen más lentamente, pero siguen sanas.[/caption]
Cuidados y precauciones
Para que esta técnica funcione y las plantas se mantengan fuertes, vigorosas y listas para acelerar de nuevo y empezar a florecer es muy importante que estén sanas desde el principio, pues en caso contrario los problemas sólo se agravarán. Al reducir el metabolismo todos los sistemas de la planta trabajan mas despacio de lo habitual, incluido el sistema inmunitario, por lo que cualquier plaga o infección que ya esté instalada se desarrollará a mayor velocidad sin encontrar resistencia a su avance. Es muy importante asegurarse de que el sistema de raíces esté sano y bien oxigenado, para ello se puede sacar con cuidado el pan de tierra de una de las plantas y observar las raíces: deben ser blancas, verse sanas y crecer en gran número. Si la tierra está permanentemente húmeda, las raíces parecen débiles, muy finas o de color grisáceo o marrón debemos sospechar que no se encuentran en buen estado, deberíamos evitar frenar el metabolismo de las plantas pues podría desembocar en un problema de pudrición de raíces.
Conclusiones
Con este sistema se pueden poner las plantas en fase de crecimiento más o menos en pausa durante unas semanas sin que sufran daños, ni se perjudique luego la calidad ni la cantidad de la cosecha. Siempre que las plantas estén sanas desde el principio, no tienen porque tener problemas y seguirán creciendo, aunque mucho más lentamente de lo que lo harían en condiciones normales. Si el periodo de pausa se va a alargar bastante (más de tres o cuatro semanas) puede ser buena idea combinar la reducción del metabolismo con una buena poda de las principales puntas de las plantas para reducir su altura. En unas semanas, aún con el metabolismo ralentizado, tendrán tiempo de volver a brotar nuevas puntas antes de empezar a florecer