Policía se come una tableta de chocolate con THC que había confiscado y acaba en el hospital

Soft Secrets
13 Nov 2018
De tontos está lleno el mundo. Y este policía canadiense lo corrobora. Nunca hay que subestimar los efectos de la marihuana, y menos todavía cuando viene en formato comestible. Sí, sabemos que esos brownies 'espaciales' que venden en todos los coffee shops de Amsterdam tienen una pinta increíble y parecen inofensivos, pero si te pasas con la dosis, es probable que acabes sufriendo un buen amarillo. Esto es lo que le pasó al agente Vittorio Dominelli, que, tras comerse una tableta de chocolate con THC y avellanas que acababa de confiscar, sufrió uno de los peores momentos de su vida. Este policía de Toronto, que ha sido declarado culpable de manipular pruebas y ha sido calificado por los propios jueces que le han juzgado como ``un completo idiota´´, fue a ejecutar junto a su compañera Jamie Young una orden de registro en el Community Cannabis Clinic. Este dispensario de marihuana, que está al oeste de la ciudad, tenía unas tabletas de chocolate con THC y avellanas que no podían vender, por lo que los agentes procedieron a requisar el material. Pasado un rato desde la operación, ambos agentes vigilaban las calles de la ciudad desde su coche patrulla, cuando se les ocurrió comerse entre los dos una de las tabletas de chocolate. Los dos policías, ingenuos, pensaban que estaban consumiendo la droga en una cantidad pequeña, y que apenas les haría efecto. Lo que no sabían es que, el cannabis, consumido por vía oral, produce un efecto mucho mayor que si se inhala. Y aunque digan que cuando ingieres THC tarda alrededor de una hora en hacer efecto, Dominelli comenzó a sentir sus efectos pasados 20 minutos, cuando empezó a sudar y sintió que se iba a desmayar. El todopoderoso THC se había adueñado de su cuerpo, y el agente comenzó incluso a temer por su vida. Aunque no existan registros de sobredosis mortales por THC, todo aquel que haya sufrido un amarillo sabe el mal trago que se pasa, y que, aunque sea un efecto pasajero, puede asustarnos si no sabemos cómo manejar la situación. Por eso, Dominelli pronto perdió el control y, entre el colocón que llevaba y el amarillo que se apoderaba de él, comenzó a suplicar a su compañera que pidiera ayuda, porque creía que se iba a morir. La compañera rechazó ayudarle, ya que ella también había comido de ese chocolate y no quería que se enteraran sus superiores, pero finalmente Dominelli utilizó la radio usando el código policial 10-33, reservado para situaciones en las que un agente se encuentra en graves apuros. Ambos policías fueron llevados al hospital. Tras el incidente, la Fiscalía abrió una investigación contra los dos. Ahora, se enfrentan a cargos por mala conducta durante el servicio. Dominelli ha terminado por renunciar a pertenecer al cuerpo de policía, mientras que la jueza que lleva el caso, Mary Misener, subraya: ``La conducta aquí solo se puede describir de estúpida´´.
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