Planificar el próximo cultivo

Soft Secrets
22 Feb 2016

Elegir variedades con criterios lógicos, organización y preparación del próximo cultivo en el balcón. Sin duda estamos en los mejores meses del cultivador urbano de exterior, cuando ya tenemos nuestra cosecha curada y todo el trabajo listo. Este es un buen momento para planificar la próxima temporada y aprovechar al máximo las posibilidades de nuestro balcón.


Para organizar el cultivo lo primero que tendremos que tener en cuenta es que algunos factores son variables, es decir, los podemos modificar, y otros factores son fijos. Los factores fijos son los principales a tener en cuenta, ya que estos condicionan el tipo de cultivo, las variedades que podremos plantar sin problemas, etc... Son ejemplos de factores fijos los físicos como: la superficie de cultivo, la orientación solar, las horas de luz solar directa y la visibilidad, los factores sociales como por ejemplo un empleo, una boda, vacaciones, etc. No dependen totalmente de nuestra voluntad y determinan el tiempo que le podemos dedicar al cuidado de nuestras plantas. También podemos incluir entre los factores fijos el consumir cannabis como medicina, ya que restringe la selección de variedades a determinados tipos de plantas.

Estos factores tienen que ser los principales a la hora de decidir que sustrato, semillas y abono que utilizaremos en nuestro cultivo. Por ejemplo: un balcón pequeño que impida poner plantas que crezcan mucho, o la necesidad de terminar el cultivo en septiembre, o unas vacaciones en agosto fuera de casa nos pondrá en la necesidad de buscar plantas pequeñas, variedades rápidas o plantar variedades automáticas, respectivamente.

Un factor que sin ser fijo es importante a tener en cuenta a la hora de montar nuestro cultivo es la calidad del agua de la que disponemos. Si la calidad del agua es mala, es decir está llena de sales, no nos quedará más opción que utilizar un filtro de osmosis inversa para poder superar este escollo. Si quieres comprobar la calidad del agua de grifo con la que cuentas, puedes limpiar un frasco o botella, llenarlo de agua e ir al grow a pedir que midan la calidad del agua.

Recuerda que la calidad del agua puede ser blanda, normal, dura y mala, según la cantidad de sales disueltas. Si la EC es menor a 0,4 es blanda, si está entre 0,4 y 0,8 es normal, entre 0,8 y 1,2 es dura y más de 1,2 es mala. Si el agua es dura o mala la deberás mezclar con agua osmotizada, o utilizar solo agua osmotizada y agregar mono-nutrientes tales como magnesio y calcio.

En función del espacio de cultivo y del tiempo que le podamos dedicar, nos convendrá utilizar determinados sustratos, abonos y variedades. Por ejemplo, plantar en sustrato de coco permite un mayor crecimiento radicular, lo que se traduce en plantas más grandes, pero se hace necesario regar todos los días y a veces en pleno verano hasta dos veces por día, lo que implica que tengamos que estar más pendientes del cultivo que si plantamos en tierra. En balcones muy visibles y con poco espacio, una Sativa pura nos dará una planta muy alta para el tamaño del balcón y poca producción comparada con un híbrido Índico-Sativo o una variedad Índica. Se trata de alcanzar un equilibrio entre nuestros gustos y preferencias, las posibilidades de nuestro espacio de cultivo y nuestra dedicación y conocimientos.

A la hora de seleccionar las variedades es importante además del colocón, el sabor, ya que cumple un papel muy importante en hacer agradable la experiencia. También es conveniente que la variedad se adapte a nuestros medios de cultivo.

Puedes encontrar abundante información en esta misma revista y en su web, donde se publican siempre descripciones y análisis, salen suplementos especiales de variedades, etc. En Internet, en páginas de bancos de semillas, tiendas y foros de cultivadores. Y además de revistas cannábicas, hasta existen libros dónde aparecen descripciones de variedades legendarias y actuales de cannabis en inglés y en castellano.

También en las ferias podrás encontrar abundante información de las variedades, catálogos y hasta muestras gratis de semillas y abonos, aunque no tendrás la tranquilidad suficiente para comparar entre todas las variedades, por eso es mejor hacerse con catálogos antes o recorrer las webs de los bancos.

Aprender a separar la publicidad de la información y saber leer entre líneas, nos servirá a la hora de comparar las variedades entre sí. Más allá de los gramos por semilla que prometen, la información es útil como comparativa entre las variedades de ese banco; para saber cuál produce más, cuál tiene un sabor distinto al resto o cuál es más fácil de cultivar y requiere menos cuidados.

Este es un dato importante para tener en cuenta si no tenemos las condiciones de cultivo idóneas o son nuestros primeros cultivos, ya que una variedad fácil de cultivar, resistente a errores, plagas, sobreabonado, etc, nos brindará más satisfacción que una gran campeona, difícil de cultivar, con larga floración, que tengamos que cortar antes por problemas y que no llegue a expresar todo su potencial. Una analogía que nos puede orientar, es la del novato en la cocina que tiene que preparar una cena. Tendrás más posibilidades de llegar a un buen plato si lo intentas con una receta de calidad pero sencilla y fácil de realizar, que con una receta de alta escuela y de difícil ejecución. Una variedad resistente y temprana es una apuesta segura para el cultivador con poca experiencia.

Un balcón pequeño implica menos plantas, nos obliga a buscar plantas de gran producción y asegurar la cosecha con variedades que tengamos controladas. Un gran espacio de cultivo nos brinda la oportunidad de experimentar más.

Siempre es conveniente que una parte de nuestro jardín sean plantas fáciles de cultivar o con las que ya tenemos experiencia, para asegurar la jugada y garantizarnos la cosecha. También es interesante probar variedades que no hemos cultivado antes o para volver a plantar esas variedades que nos han deslumbrado en el pasado. Se trata de alcanzar un equilibrio entre plantas de fácil cultivo, otras que queramos probar y plantas de alta calidad y cultivo más complicado.

Al abrir un catálogo encontraremos a las variedades separadas en feminizadas, automáticas y normales. En las semillas feminizadas se ha revertido el sexo de la planta madre para crear semillas que darán origen a plantas femeninas. Esto supone un ahorro en sustrato y espacio.

Las semillas regulares son originadas por simple polinización, por lo que la semilla puede dar origen a una planta masculina o femenina. Las variedades automáticas son cruces con Rudelaris, una subespecie de cannabis que florece independientemente del fotoperíodo. La Rudelaris aporta su tiempo de floración y las Índicas o Sativas la psicoactividad. Con el transcurso de los años estas plantas han ido ganando en calidad. Son buenas para tener algunas plantas antes de tiempo, ya que desde la germinación suelen completar el ciclo entre dos y tres meses. Necesitan mucha luz para desarrollarse, por lo que son ideales para plantar de marzo a junio. Las hay regulares y feminizadas.

En algunos catálogos encontrarás también las plantas clasificadas en interior, exterior o invernadero. Esta clasificación se suele aplicar para el país de procedencia del banco de semillas, por lo que la mayoría de las variedades clasificadas como de interior en Holanda, se pueden plantar en exterior en la península y se suelen cosechar alrededor de la segunda quincena de octubre, pudiendo llegar algunas Sativas a diciembre. En cambio, los bancos españoles dan la fecha más aproximada de cosecha y señalan de exterior a aquellas plantas que por altura no son adaptables a un cultivo en interior.

Podemos elegir variedades para realizar una cosecha escalonada, es decir, ir recogiendo la cosecha por partes para evitar que se acumulen en el espacio de secado o bien para disponer de algunas plantas antes. Por ejemplo, puedes germinar a finales de marzo o comienzos de abril y cosechar en junio las variedades automáticas. También si dispones de espacio puedes ocultar algunas variedades para cambiarles las horas de luz y conseguir que florezcan antes, si comienzas a finales de mayo, a mediados de julio tendrás otras para cosechar. De finales de agosto a mediados de septiembre puedes recoger las variedades más tempranas. Y a partir de principios de octubre el resto. De esta forma evitamos colapsar la habitación donde las secamos. Y podemos disfrutar de parte de la cosecha en verano.

Si te han sobrado semillas de la temporada pasada, es mejor guardarlas en un envase hermético en la nevera. No las guardes más de una temporada ya que irán perdiendo fuerza para germinar. Si no conservas el envase original, apunta el nombre de la variedad para que no se te olvide. El sustrato no es conveniente reutilizarlo, ya que entre el espacio que necesitarás para limpiarlo bien, la cantidad de agua, tiempo que pierdes y posibilidades de contagio de hongos y plagas, no sale a cuenta. Se puede reutilizar para tener otras plantas en el balcón, decorativas o aromáticas.

Para saber, aproximadamente, la cantidad de sustrato que vas utilizar en todo el cultivo, realiza la siguiente operación: Suma los litros de todas las macetas que utilices para la floración, es decir las macetas con las que finalizas el cultivo.Esta cifra es la totalidad de sustrato que utilizarás. Por ejemplo, si vas a terminar el cultivo con 25 macetas de 30 litros, utilizarás 750 litros de tierra, lo que son 15 sacos de 50 litros. Si plantas variedades regulares, súmale al cálculo un 30% más de tierra a utilizar. Ten en cuenta a la hora de planificar el cultivo, que en exterior el cannabis funciona como una planta anual y la cosecha nos tiene que durar para todo el año. Que muchas plantas quedarán en el camino, las que salgan machos y las hermafroditas, o víctimas de desgracias naturales como por ejemplo lluvias abundantes en floración, granizo, viento, etc, que nos pueden afectar algunas plantas, lo mismo que plagas, hongos y sobre todo la falta de atención, pueden reducir considerablemente lo que habíamos planificado.

Para organizarnos mejor nos conviene preparar un calendario o agenda del cultivo, por ejemplo; En una hoja trazo 8 filas correspondientes a marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre es decir, los meses de cultivo, y trazo tres o más columnas según el tipo de plantas: auto, rápidas, normales. Ahora sólo se trata de apuntar la fecha de germinación y la aproximada de cosecha y tendrás un rápido pantallazo de las tareas, de los momentos en que tendrás mayor cantidad de plantas en el balcón o en el cuarto de secado, o las fechas de cosecha, trasplantes etc, y podrás planificar vacaciones o eventos sociales.

Nos resultará muy útil tener un cuaderno del cultivo donde apuntaremos desde el día que germinamos hasta el día de la cosecha, todo trabajo que vayamos efectuando en las plantas, descripción de las plantas y el resultado final. De tal manera que podamos consultar la fecha en que hemos puesto un plaguicida o cuándo comenzó la floración. Si en el calendario apuntábamos a futuro, en este cuaderno, que funciona como la bitácora de un barco, apuntamos todo lo que va pasando en nuestro cultivo.

Es muy importante ser metódico, poner fechas y anotar todo, desde la germinación hasta si ha resultado con buena producción, sabor, etc, ya que esta información no sólo nos muestra fallos y problemas del cultivo, también ofrece información muy útil para planificar las próximas cosechas para saber del comportamiento de determinadas variedades, resultados, resistencias a las plagas, etc.

Estos meses son también un buen momento para limpiar y guardar las macetas, lo que aumentará su vida útil y nos permitirá invertir más dinero en semillas. También es buen tiempo para hacer reparaciones en el lugar del cultivo, instalar una caseta, un invernadero, montar mallas de ocultación y sombreo, etc, ya que lo podrás hacer tranquilo sin tener que moverte entre las plantas. ¡Con estos consejos ya puedes ir llenando el vaporizador, sentarte frente al ordenador, buscar catálogos, libretas, lápiz, papel y comenzar a planificar el próximo cultivo!

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