Joven, sexy y extrovertida...
Siempre me han dicho que soy de ese tipo de personas que no conocen el límite, el control. Que la gente como yo estamos destinadas a la autodestrucción. Hasta los mismos que me dicen esto saben que se equivocan. Día a día voy descubriendo lo increíble que puede llegar a ser esta planta llamada marihuana.
Siempre me han dicho que soy de ese tipo de personas que no conocen el límite, el control. Que la gente como yo estamos destinadas a la autodestrucción. Hasta los mismos que me dicen esto saben que se equivocan. Día a día voy descubriendo lo increíble que puede llegar a ser esta planta llamada marihuana.
Siempre me han dicho que soy de ese tipo de personas que no conocen el límite, el control. Que la gente como yo estamos destinadas a la autodestrucción. Hasta los mismos que me dicen esto saben que se equivocan. Día a día voy descubriendo lo increíble que puede llegar a ser esta planta llamada marihuana.
El principio de mi relación con ella comenzó en mi adolescencia, el mismo día que le di mi primera calada a un porro. Fue en ese momento cuando yo misma pude comprobar y entender porqué había tanta gente aficionada al consumo de esta maravillosa creación de la naturaleza. Sabor agradable, efectos relajantes, risa instantánea... Fue amor a primera vista.
Hoy en día fumo habitualmente. Sabes que eres un catador cuando tu olfato es capaz de oler a kilómetros el humo de los petas, y si además puedes distinguir si son de hachís o de marihuana, e incluso si ésta última sido cultivada en exterior o interior. A pesar de ello, nunca me ha gustado convertir este pequeño ‘’hobby’’ en una rutina. Se que para disfrutar de la hierba hay que fumársela en el momento exacto, ya sea cuando estoy rodeada de buena compañía como cuando, estando a solas, necesito fundirme un canuto en mi habitación, donde lo puedo aspirar desnuda sin ser detenida por alteración del orden público.
Instruyéndome entre sabios.
En mi visita a Growmed, también hubo tiempo para disfrutar del ocio con mis pálidas amigas. |
Coincidió en ese momento que llegaba a mi ciudad un ambicioso proyecto: Growmed, la mayor feria de este producto jamás realizada en España. Era la excusa perfecta para ir allí a ponerme fumada y de paso aprender las diferentes formas de cultivo. Así que decidí pasarme los tres días entre todos los expertos que habían venido desde diferentes partes del mundo para enseñarnos a plantar la mejor maría.
Como era algo nuevo para mí y que desde el primer momento que supe de su existencia había llamado mi atención, decidí hacer un fotorreportaje. Como soy estudiante de periodismo, he tenido que aprender a ser autónoma desde un primer momento, y buscar las oportunidades idóneas para hacer un buen trabajo, así que me llevé conmigo mi cámara para poder plasmar las escenas más curiosas que allí pudiera encontrarme.
Como era de suponer, antes de entrar ya llevaba unos tarros de esos que hasta te duelen, pero todo cambió cuando me adentré en ese gigantesco recinto. Lo que había allí dentro era una cultura, un ideal. Cada grow era una familia que te acogía en su seno para enseñarte sus mejores trucos. Aquí no había fórmulas secretas, todo el mundo instruía y era instruido.
Cuando una chica con escote y pantalones de esos con los que le pueden leer hasta los labios (y no precisamente los de la boca) entra a un lugar donde predomina el sexo masculino, no es de extrañar que los hombres le traten con extremada amabilidad. Todo el mundo estaba dispuesto a invitarme a un canuto y de paso, explicarme los beneficios del cáñamo, mostrarme las nuevas e impresionantes variedades y guiarme para elegir adecuadamente las semillas y los productos necesarios para poder crear mi pequeña huerta cannábica.
Un nuevo comienzo.
Resultó ser que mi álbum fotográfico acerca de Growmed fue todo un éxito, y además las diminutas semillas que había comprado allí eran ya hermosos plantones cargados de resina. Acababa de darme cuenta de que el periodismo y el cannabis, mis dos pasiones, eran más compatibles de lo que me imaginaba, así que decidí comentar con mis seguidores de Twitter las experiencias que estaba teniendo en este arte tan interesante como ilegal del cultivo de marihuana.
Pero no era suficiente, quería ir más lejos, así que publiqué en esta red social mi interés por encontrar un trabajo de ensueño; De esos con los que nunca crees que vas a tropezar. Quería compartir con el mundo todo lo que poco a poco iba descubriendo, y necesitaba un medio que me permitiera hacerlo. Un medio que no estuviera subordinado al control de masas y sobretodo, que no se limitara a contar las cosas desde un único punto de vista.
Fue entonces cuando Soft Secrets me brindó la oportunidad de colmar una de sus páginas explicando todas esas locuras que cometo día tras día, esas de las que la gente normal suele avergonzarse. Y es así como nace un proyecto que rompe con las normas establecidas, que tiene como objetivo ofrecer una visión diferente, donde yo voy a ser la protagonista. Esa niña dulce e inocente que veis en las fotos, pero que en realidad es la mala influencia de la que os hablaban en el colegio, aquella persona que te ofrecía fumar y beber. Esta es una sección que va a dar al lector la posibilidad de adentrarse en cada noticia, en cada suceso, en cada acontecimiento. Llena de capítulos no aptos para menores, donde yo voy a contar mis investigaciones acerca de temas que pocos se atreven a tratar, los descubrimientos y experimentos que cada día hago con mi cuerpo y con mi mente y sobretodo, de como disfruto del sexo, de la hierba y del desfase, de mis tres vicios, buenos vicios, que llenan de momentos las páginas de mi juventud.