EE.UU. hacia una Ley Federal para Legislar el Cannabis con Colorado y California a la Vanguardia
EE.UU. está viviendo una revolución verde. Los productos orgánicos, la batalla por la obesidad y la creciente industria del cannabis medicinal, invaden el mercado y direccionan el país hacia nuevos rumbos.
La demanda del cannabis como medicina y la lucha de los colectivos y organizaciones civiles crean un terreno propicio para el avance en materia de legislación y cambios profundos en torno a la planta y sus usos. En esta línea, el 6 de noviembre de 2012 dos estados del país, Washington y Colorado legalizaron el cannabis y crearon un modelo para la producción y distribución para fines recreativos. Un hecho sin precedentes en un país que había luchado como ningún otro para erradicar el cannabis.
Para todos aquellos que habían defendido durante años esta postura, el mensaje fue inequívoco: EE.UU. está viviendo una nueva era, vive la revolución del cannabis.
El país comenzó a dejar atrás casi un siglo de prohibición y sacó de la sombra a la planta medicinal y la sustancia más popular del mundo. El giro no fue inocente y mucho menos esporádico. Una industria millonaria y una de las políticas públicas y de salud más complejas del siglo XXI, daba su salto más significativo para adelantarse y servir de modelo mundial. Se vislumbra así el fin de la prohibición y el fin de la guerra contra las drogas que por años dejó víctimas, violencia y racismo.
El mercado siempre despertó gran interés en la Casa Blanca y los países del continente. Uruguay que había llevado a cabo su propio proceso hacía la legalización, se convirtió en el primer país en seguir a Washington y Colorado.
Luego de casi 100 años de prohibición y cambio de identidad, el cannabis vuelve a ser considerado como una medicina para millones de personas. Así como sucede con los nuevos hallazgos científicos, el cannabis adquirió un nuevo atractivo: los inversores de Wall Street, plataformas de cultivo colectivo como JuicyFields, emprendimientos y demás negocios especializados en cannabis ya están recibiendo cuantiosos beneficios económicos.
EE.UU. ha legalizado el uso medicinal en 35 estados, 4 territorios y el Distrito de Columbia. El uso recreativo vive un proceso más lento pero que no se detiene; es legal en 15 Estados, 2 territorios y el Distrito de Columbia, pero sigue siendo ilegal a nivel federal y está despenalizada en otros 16 estados y 1 territorio.
El cannabis es la sustancia ilícita más consumida en el planeta. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de 180 millones de personas consumen cannabis cada año y su uso está al alza en todo el mundo pese a su prohibición. 3.9% de la población en 2011, consumió en algún momento de su vida cannabis. Hoy, una década después, el cannabis se ha instalado entre científicos, médicos, pacientes y colectivos, pese a los nuevos intentos por desterrarlo.
El consenso prohibicionista que comenzó a principios del siglo XX en el corazón de EE.UU. en donde surgieron las primeras leyes de restricción, se extendió como pólvora estado por estado de manera incesante hasta 1937, cuando se crea la Ley Federal que prohibió el cannabis en todo el país. Pocos años después se crea en 1961 la Convención Única sobre Estupefacientes de la ONU, el paraguas perfecto para la proliferación de leyes en casi todos los países que querían mantener la planta fuera de sus mercados y territorios.
La prohibición del cannabis construida desde la desinformación y huérfana de rigor científico, comenzó en los EE.UU. con un fin claro: crear una contrapropaganda que alejará a la sociedad de la planta y se asoció a ella, el crimen, la marginalidad, la violencia y el racismo.
Hoy un cambio de mirada e identidad, beneficia al cannabis de la mano de colectivos, organizaciones y científicos. El cambio en el perfil del consumidor generó una nueva idea y visión acerca del cannabis. En los años 60, la planta se instaló en la vida universitaria estadounidense como símbolo de resistencia, rebeldía y protesta. Décadas más tarde resurgió con su poder medicinal al descubrir el sistema endocannabinoide en el cuerpo humano ayudando a miles de pacientes con patologías incluso terminales.
California es una síntesis de la transformación del país. Uno de los estados con más latinos de EE.UU. gracias a la migración mexicana, fue uno de los primeros en prohibir el cannabis en 1913 y el primero en abrir la puerta a la actual ola de legalizaciones desde 1996. Fue justamente en California, donde se forjó el “Triángulo de la Esmeralda” formado por tres condados Humboldt, Mendocino y Trinity, donde nace “Cannabusiness”, como se le llama al creciente y pujante negocio que rodea al cannabis.