Domina el difícil arte del injerto

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11 Mar 2015

Injertar es una técnica tradicional para unir dos plantas distintas y cultivar diferentes frutas o flores a partir del mismo sistema radicular. Además es el arma secreta contra las leyes que limitan el número de plantas. El injerto permite cultivar diferentes variedades en la misma planta y, al mismo tiempo, mantener pura la genética de cada variedad. Interesante, ¿verdad?


El injerto es una técnica ampliamente utilizada en el cultivo comercial de árboles frutales y tomates, pero raramente se emplea con el cannabis. Antes de empezar a explicar como hacerlos, vamos a ver de qué modos pueden cambiar nuestros hábitos de cultivo gracias a los injertos de cannabis. 

 

Aplicaciones de los injertos

En lugares donde la ley sólo permite cultivar un pequeño número de plantas, el cultivador debe buscar un equilibrio entre probar muchas variedades nuevas con las que podría acertar o equivocarse, o bien mantener unas pocas variedades favoritas y ya probadas, de las que proveerse de esquejes. Con los injertos de marihuana se puede mantener una planta viva pero logrando que haya varias variedades creciendo en ella, lo que permite escoger entre distintas variedades para cada cosecha, pero manteniendo sólo una planta madre.

Todos queremos probar algunos variedades pero no nos decidimos a comprometernos con ellas por ser variedades poco productivas (Urkle, OGKush, Mendo Purps, Girl Scout Cookies, entre otras). Ahora puedes germinar una semilla feminizada, esperar a que tenga unos cuantos pares de hojas, e injertarla en tu variedad habitual. Así cosecharás una sola rama de la variedad deseadas, si es tan buena como esperas, puedes probar a cultivar más. Si no es tan fantástica como creías, no habrás perdido el tiempo y el esfuerzo de hacer florecer una planta entera para algo que no merece la pena.

Los criadores que busquen diversión podrían injertar juntas diferentes variedades femeninas, junto a un potente macho, logrando que una sola planta pueda polinizarse sin introducir los poco deseables genes hermafroditas. Esta multiplanta podría ocupar el espacio de una planta normal, en lugar de una habitación completa, pero permitir realizar un gran número de cruces en una sola cosecha. Si sólo se emplea una variedad masculina, y se etiquetan bien los diferentes tallos femeninos, se podría saber exactamente a qué cruce pertenece cada semilla. Lógicamente, de cada cruce solo se obtendrían las semillas que fuera capaz de producir una sola rama pero, salvo que se quieran vender al por mayor, serán más que suficientes para obtener nuevas genéticas estrella. Yendo un paso más allá, se podría forzar la aparición de flores masculinas en tu variedad hembra favorita usando ácido giberélico e injertándola, de modo que las semillas resultaran automáticamente feminizadas.

Si prefieres darle algo más de protagonismo al destino y te sientes aventurero, podrías injertar diferentes variedades masculinas en la super planta, de modo que la genética de cada semilla sería un misterio y una aventura. Las posibilidades de esta ruleta de la suerte son infinitas, sin duda, podrían dar algunas genéticas F1 increíbles.

Los cultivadores que, teniendo un pequeño cuarto de cultivo, deseen sembrar variedades puras o las Sativas de más larga floración, deben equilibrar el deseo y la práctica. Algunas variedades Sativas selectas pueden tardar dieciséis semanas o más en florecer, a menudo se hacen enormes, pero no siempre dan una producción acorde. A veces, un cultivador tiene que escoger una variedad más pequeña y regular para maximizar la producción, a costa de no poder probar algunas de las más raras Sativas de larga floración. Con el injertado, podrías cultivar diferentes Sativas en una misma planta, por lo que sólo necesitarías el espacio de una planta grande para tener una buena variedad de hierbas entre las que escoger al final de la cosecha. Cuando llegue el día de la cosecha puedes mantener unos cuantos brotes y hojas en las plantas para revegetar las multiplantas, y hacer todo el proceso de nuevo.

Una alternativa, si tienes una planta sana y madura de una variedad que quieres eliminar, puedes injertar otras variedades sobre ella, de modo que se beneficien de un pan de raíces ya  establecido. Como se puede ver, para un cultivador que necesite mantener bajo el número de plantas, o simplemente para aquellos que deseen poseer las plantas más raras, los injertos abren una multitud de posibilidades.

 

Técnicas de injertado y terminología

La técnica para hacer injertos es muy similar a la de hacer esquejes. Se necesita:

  • Un bisturí afilado y limpio 
  • Tijeras limpias y afiladas
  • Bolsa ligera y trasparente de plástico. Una bolsa de ziplock funciona muy bien.
  • Un pulverizador con una solución nutriente completa de crecimiento. Con EC ligera de 1,0, pH 6 (siempre es conveniente pulverizar las plantas con una solución ligeramente alcalina para evitar quemaduras por ácido en las hojas).
  • Luz suave y fría. Unos 110w de luz fluorescente T5 van muy bien.
  • Una superficie limpia para cortar el tallo con el bisturí.
  • Clips de silicona para injertos.
  • Si no encuentras clips para injertos, puedes improvisar con un pajita de plástico y un poco de cinta adhesiva.

Escoge una planta en crecimiento fuerte y con varias ramas. Será el pie o portainjertos. Lo ideal es usar una planta que sea fácil de cultivar, ya que es fundamental que el portainjertos se mantenga con buena salud, hasta la cosecha para que el proyecto tenga éxito.

El proceso de injertado debe realizarse con rapidez y eficiencia, para evitar que los tallos se resequen. Repasa todo el proceso mentalmente ante de llevarlo a cabo para que no haya dudas. En primer lugar, elige las ramas que vas a usar para el injerto. Selecciónalas en la planta portainjertos y en la planta donante.

En el portainjertos usa una rama baja, así, si deseas revegetar la planta tras la cosecha, te será más fácil mantener la planta con buena forma durante la segunda ronda.

Coloca el clip para injertos en la base del tallo escogido del portainjertos y, con cuidado, súbelo un poco, dejándolo unos dos centímetros por debajo del primer internudo. Pulveriza la planta ligeramente, luego corta limpiamente la rama escogida justo por debajo del primer internudo.  Si quieres, puedes enraizar esta rama como esqueje, o sencillamente tirarla.

A continuación saca el bisturí y, con mucho cuidado, en el tallo cortado que ha quedado en la planta, realiza un corte por el centro. Tu objetivo es dividir por la mitad alrededor de 1,5 cm del tallo. Inmediatamente pulveriza el corte para mantenerlo húmedo mientras pasas a la siguiente fase del proceso.

Escoge ahora la rama donante de la segunda variedad, aquella que quieres injertar sobre el portainjertos. Necesitas escoger un esqueje sano y vigoroso, con varios pares de hojas e internudos. Idealmente, el esqueje debe medir unos 12 centímetros, aunque también se pueden obtener buenos resultados con esquejes más pequeños. Fumiga ligeramente la planta donante y corta el esqueje mientras todavía esté húmeda.

Trabajando con rapidez, elimina las hojas grandes de la base del esqueje, dejando unos tres centímetros de tallo desnudo. Es el mismo principio que el que se utiliza para preparar un esqueje que se desee enraizar, si dejas demasiada hoja el esqueje transpirará muy deprisa, se secará antes de que tenga tiempo de unirse con el portainjertos.

Con mucho cuidado y usando el bisturí, corta por ambos lados el extremo del tallo del esqueje para crear una punta afilada de aproximadamente 1,5 cm de longitud. Si mojas la hoja del bisturí antes, el corte se mantiene húmedo. Asegúrate de que no queda ningún trocito de tallo suelto, ya que podría pudrirse.

Inserta la punta afilada en la ranura que has hecho en la rama del portainjertos y, con cuidado, eleva el clip de injertar por el tallo hasta que cubra la unión, de modo que mantenga ambas piezas unidas. Fumiga de nuevo toda la rama.

Si no puedes conseguir clips para injertar, puedes usar una pajita de beber de plástico. Corta un trozo de un centímetro de longitud y ábrelo por el centro. Colócalo y apriétalo con un poco de cinta. No es necesario que apriete la unión, sólo tiene que mantenerse en su lugar. Ten en cuenta que lo tendrás que retirar más adelante, ¡no lo encintes con mucha fuerza!

Después, coloca la bolsa de plástico sobre la rama al completo, fumiga en su interior y sella alrededor de la base con cuidado para mantener dentro la humedad. Es muy importante que la superficie de la bolsa toque las hojas lo menos posible, así que sepárala de la planta para crear un microclima con abundante espacio alrededor de la rama.

Si usas una bolsa de ziplock ciérrala alrededor del tallo. No es necesario que quede completamente cerrada, siempre que la humedad se acumule en el interior, evitando que el tallo cortado se deshidrate. Con otro tipo de bolsas hay que atarlas suavemente por la base o  sellarlas ligeramente con alambre, cuerda, cinta o lo que sea. Debes fumigar el interior de la bolsa a diario, además puedes soplar un poco de amor y CO2 dentro. Cuando la selles de nuevo recuerda que la bolsa debe tocar las hojas lo mínimo posible.

También es posible colocar la planta entera dentro de un miniinvernadero bien sellado para mantener alta la humedad, pero en mi experiencia el proceso funciona mejor si la alta humedad sólo afecta a la rama injertada. No tiene sentido interrumpir los procesos respiratorios del resto de la planta y, en el tiempo que tarda en agarrar el injerto, podrías haber provocado la aparición de pudriciones en algunas hojas sanas.

El proceso tarda unas dos semanas en finalizar. En ese momento verás un engrosamiento, una especie de nudillo, crecer alrededor de la unión. Dos se convierten en uno, y la variedad B crece en el cuerpo de la variedad A. Enhorabuena, ya tienes una planta Frankenstein.

El nuevo crecimiento será vigoroso y sano. El injertado no mezcla las genéticas, el nuevo crecimiento que se produzca a partir del injerto será exactamente igual que la planta original de la que se obtuvo este. Es realmente cómodo para preservar genéticas.

Es posible realizar varios injertos al mismo tiempo. Yo he llegado a tener éxito injertando hasta tres variedades diferentes a la vez, sobre el mismo portainjertos. De todos modos, injertar varios injertos a la vez puede estresar a la planta demasiado. Es mejor empezar por un par de injertos  y ver que han agarrado, antes de pasar a añadir más variedades.

Sugiero hacer primero varios injertos de prueba en una planta que sobre, ya que el injertado es una técnica que tienen más potencial para el fallo que para el acierto. Es complicada y requiere práctica, aunque nada que merezca la pena llega sin esfuerzo.

 

Seleccionar variedades para injertar

Cuando seleccionas dos variedades diferentes que quieres injertar es importante escoger genéticas con tiempos de floración similares. Todos conocemos la importancia de dar a las plantas una limpieza final, solo con agua durante una o dos semanas. Si el tiempo de floración es similar, podremos limpiar la planta sin problemas, evitando causar una deficiencia nutritiva en la variedad de floración más larga.

Por ejemplo, si injertas una Sativa de floración larga en una Índica de floración lenta te enfrentas a un dilema, o cosechas la Índica antes de limpiar la planta, lo que provocará peor sabor o cogollos de menos calidad, o la limpias antes de cosechar la Índica, lo que causará una deficiencia nutritiva en la Sativa de floración lenta justo en el momento en que más necesita los nutrientes. Ninguna de estas opciones es buena, así que intenta juntar variedades cuya floración sea similar, con no más de una semana de diferencia.

La única circunstancia en que el tiempo de floración no importa es cuando preparas una planta madre que no piensas florecer nunca. Si la planta se mantiene siempre en crecimiento puedes unir las variedades que quieras, sin problemas. Cuando decides que quieres cultivar unos cogollos de una variedad en particular, sólo debes sacar un esqueje de la rama injertada seleccionada, dispondrás de la genética pura para disfrutar.

 

¿Llegaran los injertos a reemplazar a los esquejes? Seguro que no. Esquejar sigue siendo el sistema más fácil de obtener más plantas con rapidez y preservando la genética, pero a costa de usar un mayor número de plantas, así como el espacio, luces, tierra, nutrientes y cuidados que necesitan. Si no te preocupa el número de plantas, el consumo de electricidad o el espacio de cultivo, puedes seguir con los esquejes. Pero si quieres cultivar más inteligentemente, los injertos te ayuda rán a hacer el mejor uso de todos estos factores. ¡Ademas, es una técnica fascinante!

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